Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 15976)
Fecha de publicación: Febrero de 2002

El Drácula de Philip Glass

Philip Glass presenta el acompañamiento musical que compuso para DRACULA de Tod Browning.

Darío Lavia



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Artículo publicado en Horror-Wood
Traducción de Darío Lavia

En el principio fue Dracula. Pero Dracula no tenía música. Así que el estudio dijo, "debe tener música". Y el compositor Philip Glass lo hizo. El resultado es...

"Dracu-Glass"

La musicalización de DRACULA, el clásico del cine de terror de 1931, por el compositor Philip Glass ha provocado considerables controversias entre críticos y fans, tanto del filme como del músico.

La partitura de Glass para KOYAANISQATSI, una película sin diálogos, fue un festín para los ojos y para el oído. Glass compuso la música para varias películas, incluídas el controversial documental THE THIN BLUE LINE (1988)

Desde el cine o el teatro a los Juegos Olímpicos, Glass muestra un estilo único... memorable.

Recientemente Glass, junto con el Cuarteto de Cuerdas Kronos, arremetió a insuflar nueva vida al filme de Tod Browning, que originalmente carecía de partitura musical. La única música que se escucha son piezas de "El Lago de los Cisnes" de Tchaikovsky y la obertura de "Die Meistersinger" (Los Maestros Cantores) de Wagner, a través de una partitura que acompañaría cada escena.

¿Fue bueno?

Depende a quien le pregunte.

Para algunos, mutila una película que dependía más del diálogo y de las imágenes quedas que de la música, en una época en que el cine recién comenzaba a hablar.

Para otros, la música acentúa una película que carecía de acompañamiento sonoro y la hace más accesible al público que busca más de lo que la película sola ofrece.

La música es la que más de una vez crea y controla las tesituras dentro de la película. La música puede aumentar tensiones, relajarnos, ponernos tristes y demás.

En Drácula parece que la intención de Browning fue que el silencio cumpliera el trabajo de la música, permitiéndonos involucrarnos en la atmósfera y dejar que Lugosi, Frye y compañía nos envuelvan.

La película, al igual que otras versiones de celuloide, es meramente una interpretación de la novela de Bram Stoker. La música de Glass toma la interpretación en otro paso, y nosotros podemos escoger entre ignorarla, si así lo sentimos, o degustarla, según el talante de cada uno.

Ya en el inicio del filme hay diferencias. El clásico tema musical del principio, tan familiar a las películas Universal de la época, se ha ido. Y en su lugar, lo mismo que a través de todo el resto de la película, hay una nueva partitura, con remolinos circulares, casi hipnóticos, de cuerdas que nos atraen hacia el vertiginoso mundo de Drácula. Glass es cuidadoso en no avasallar los efectos sonoros, tales como el aullido del lobo, las puertas de castillo que crujen o los diálogos, incluídos "The blood is the life" (la sangre es la vida), "I trust you kept your coming here... a secret?" (confío en que guardará su visita aquí... ¿en secreto?), y el inmortal "I never drink... wine" (nunca bebo... vino). Tomó gran cuidado en no bloquear estos momentos memorables, mientras en otros momentos, la música se abulta para acentuar momentos de tensión. Tal es lo que pasa con el estallido de las cuerdas en el momento que Renfield se corta el dedo o durante el ataque inicial del Conde sobre Mina.

En la escena del Teatro de Londres, cuando Drácula conoce al Dr. Seward y compañía, la música del soundtrack original fue dejada en su lugar, al igual que la melodía de la caja musical en la recámara de Lucy. En otras instancias tampoco se escucha música, como por ejemplo en la escena en que Martin, el guardián, dispara al "intruso" en el "sanitarium" y exclama a la mucama de sus empleadores: "They're all crazy..." (están todos locos). Esta escena tiene un ribete de comedia, y la música habría estado fuera de lugar. Así que sensatamente en estas secuencias, las cuerdas guardan silencio.

De algún modo, siento que la música modernizó toda la película, tomándola de su tiempo y transportándola a otro. Creo que Drácula es una historia para todas las épocas. Y, como Lugosi mismo dijo en una entrevista, años después de que el film le trajera tanta popularidad, "Dracula nunca muere". Al principio, mientras veía y escuchaba, medité sobre lo que pensarían Browning o Lugosi de estos cambios. Luego de un rato, acepté la nueva música como una parte más de la actual versión.

¿Hace a Drácula esta adición musical una película de Philip Glass más que de Tod Browning? No creo eso.

La versión musicalizada de 1984 del clásico de Fritz Lang METROPOLIS (1925) fue mi primera oportunidad de ver esa gran película en pantalla grande. Desde ese momento, he visto otras versiones en video, incluída una versión de pacotilla con un acompañamiento musical sumamente inapropiado que la hicieron parecer más como una comedia del estilo "Our Gang" (La Pandilla).

El poder de la película había disminuído por completo, y cuando la ví, tuve que bajar el volumen, y prender mi stereo, con un soundtrack diferente. Luego, más recientemente, vi la versión de Kino, con imagen clara y una partitura dinámica que correspondía perfectamente al filme. ¡Había encontrado mi Metrópolis!

Otro buen ejemplo de musicalización posterior es el NOSFERATU (1922) de Murnau que realizó el renombrado compositor de la Hammer James Bernard. (¡Qué música hace!)

Con películas mudas, la musicalización parece ser una práctica aceptada por los fanáticos y aficionados, y, cuando es bien realizada, complementa al filme más que distorsionarlo. Más allá de esto, es difícil para nosotros quejarse de la alteración de la música "original" de estas películas, ya que la mayoría de nosotros no estuvo allí cuando se estrenaron con acompañamiento musical en vivo.

Es en el campo visual que Metrópolis, Nosferatu y otras permanecen con nosotros. La visión de estas grandes películas siempre sobrevivirá a musicalizaciones posteriores, aunque el sonido correcto definitivamente ayuda.

En el caso de Drácula, la película siempre será como abrir una botella del añejo vino del Conde. Siempre será saboreada como una nostálgica gema con la que muchos de nosotros crecimos. No estoy molesto, en absoluto por esta musicalización, al contrario de como me enfadé con la anodina colorización de películas como el clásico WHITE ZOMBIE (1932) del mismo Lugosi. Este proceso hace que este y otros filmes se vean como empapelados viejos.

¿O qué hay acerca del innecesario remake de PSYCHO (Psicosis-1960)?

Bueno, tenemos la posibilidad de la elección.

Podemos bajar la perilla del color en White Zombie hasta dejarlo en un sólido blanco y negro.

Asimismo, podemos acceder a la obra maestra original del Maestro del Suspense.

Y con respecto a la musicalización de Drácula, el tiempo dirá si sirve para atraer nuevas víctimas a las garras del Conde. Solo asegurémonos que los nuevos "hijos de la noche" estén adoctrinados para apreciar su poder de decisión, y dejar lugar en sus videotecas para los originales.


Nota del traductor:

Como espectador en el Teatro Colón de Buenos Aires de la versión de Drácula con música de Philip Glass (con el mismo Glass ejecutando la música), tan solo se puede tener la certeza que la música de Glass conforma una obra aparte. Se integra perfectamente con las escenas, con intersiciones tan breves, que el espectador debe decidir en varias ocasiones entre apreciar la música o la imagen, dado que se requiere mucha concentración para lograr la percepción ambivalente. La copia (excelente calidad) estaba en idioma original, sin subtitulado, cosa que ni siquiera habrá molestado a la mayoría de los fanáticos y aficionados. Este mismo detalle habrá por supuesto complicado la percepción de los no fanáticos.

La partitura logra momentos culminantes de emoción en el primer ataque de Drácula a Mina (con el rostro encrispado de Lugosi y un manchón negro por boca). El viaje del buque a Inglaterra es otra admirable página de esta magnífica partitura. Solo se puede criticar el medio técnico de sonido que tenía el teatro (en ciertos momentos el volumen de la música sobrepasaba al del diálogo de la película). Pero en sí la obra es soberbia, compensa la carencia musical del filme de Browning y es un excelente ejemplo de minimalismo (algo que muchos críticos cinematográficos aún no abarcan en sus reseñas), con arpegios repetidos hasta el hartazgo, notas de pedal y rítmicas complejas. Esto nos abre un nuevo interrogante, un verdadero crossover en la Historia del Arte: ¿Fue Drácula de 1931 un filme minimalista?


Tracks del Disco

Dracula {Glass} (1:16)
Journey To The Inn {Glass} (0:43)
The Inn {Glass} (3:24)
The Crypt {Glass} (1:18) Carriage Without A Driver {Glass} (2:13)
The Castle {Glass} (3:13)
The Drawing Room {Glass} (1:09)
"Excellent, Mr. Renfield" {Glass} (2:48)
The Three Consorts Of Dracula {Glass} (1:31)
The Storm {Glass} (1:34)
Horrible Tragedy {Glass} (1:23)
London Fog {Glass} (1:17)
In The Theatre {Glass} (2:50)
Lucy's Bitten {Glass} (2:24)
Seward Sanatorium {Glass} (2:58)
Renfield {Glass} (2:56)
In His Cell {Glass} (1:32)
When The Dream Comes {Glass} (2:10)
Dracula Enters {Glass} (4:02)
Or A Wolf {Glass} (4:40)
Women In White {Glass} (3:13)
Renfield In The Drawing Room {Glass} (3:26)
Dr. Van Helsing And Dracula {Glass} (2:22)
Mina On The Terrace {Glass} (4:42)
Mina's Bedroom / The Abbey {Glass} (3:52)
The End Of Dracula {Glass} (4:07)