Terror Universal
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Seccion: Biografías (Lecturas: 13953)
Fecha de publicación: Febrero de 2002

Peter Cushing, el Rostro del Miedo

Entrevista con Peter Cushing, en la que nos narra las distintas etapas de su carrera, desde sus comienzos hasta sus éxito internacional con la Hammer.

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Darío Lavia



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Entrevista presente en el filme PETER CUSHING: ONE WAY TICKET TO HOLLYWOOD (Peter Cushing, El Rostro del Miedo-1989)
Transcripción de Darío Lavia

Escena de CAPTAIN CLEGG (1962)Cushing: Desde que tengo memoria creo recordar que siempre quise ser actor, sin tener noción cabal de lo que verdaderamente significaba eso. Siempre me estaba disfrazando, jugando a inventar situaciones, poniéndome sombreros y otras cosas de mi madre. Estoy seguro que Freud tendría algo que decir al respecto, pero, era algo que llevaba muy adentro. No sabía como iniciar mi carrera así que le pedí a mi padre que me ayudara a ir a Hollywood. Él me compró un pasaje, pero de ida solamente. Así que desde entonces me he preguntado si él pensaba que yo era capaz de ganar dinero suficiente como para volver por mi cuenta, o bien si creyó que no volvería nunca más.

Siempre tuve la idea de que en California había mucho sol. Cuando llegué a Los Angeles diluviaba, y yo tenía un traje de tweed, muy británico, y valijas enormes; y caminé, para ahorrar, desde el centro de Los Angeles hasta Hollywood, unas cuatro o cinco millas, con mucho calor y humedad. Llegué a la Asociación Cristiana de Jóvenes y recité un parlamento que había ensayado mucho: "Acabo de llegar de Inglaterra para trabajar en películas, tengo un reloj Engleson, barato pero muy confiable, y 16 dólares; ¿aceptarían esto como garantía hasta que haga las películas y pueda pagarles?

¡Qué extraordinario, cuando sea lo que sea que hayamos planeado hacer en la vida, uno tiene la suerte de llegar al lugar indicado, en el momento indicado! En Hollywood, James Whale estaba dirigiendo una película con Louis Heyward en la que él hacía de dos gemelos, uno muy bueno y el otro de verdad muy malo. Y Whale necesitaba un actor que actuara con Louis sabiendo que nunca aparecería en la pantalla, porque literalmente pegarían las partes de Louis Heyward y yo terminaría en el piso de la oficina donde hacían el montaje. Se me permitió ir a ver lo cortado y me vi a mí mismo actuando muy convincentemente, suavizando mi tono gradualmente hasta alcanzar un nivel cinematográfico. Es decir que fue una oportunidad realmente maravillosa.

Como una especie de yapa me ofrecieron decir unas líneas montado. ¿Y saben que dije? «¿Cómo podría equivocarme, yo ya he estado allí?» Pero también tenía que luchar, hacer esgrima con Warren William, después de la famosa línea, y James Whale me preguntó: "¿Alguna vez practicó esgrima?" y yo le respondí: "¡Síiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Mucho!" Nunca había tocado ni sabía lo que era un florete. ¡Pensaba que era la envoltura de los chocolates! Pero le dije que sí, y él me dijo: "Muy bien, vaya a ver al Sr. Havern, un esgrimista francés maravilloso, fabuloso, y él le indicará lo que tiene que hacer". Así que fui a ver al Sr. Havern, y tomó su espada y me la pasó. La tomé y me dijo: "¿Ha practicado esgrima alguna vez?" y yo le respondí: "¡No! Pero cuando el director me lo preguntó tuve que decirle que sí porque necesito este trabajo con desesperación." Y él dijo: "Bueno, si me hubiera dicho a mí que sí no solamente hubiera fundido mi arte sino también mi honor, así que ahora que me dijo la verdad lo convertiré en el mejor esgrimista de Hollywood. ¡On Guard!"

Dick Vosbergh: ¿Usted no era solamente actor sino también fanático de cine, verdad?

PC: Sí, sí. Todavía lo sigo siendo. Era simplemente maravilloso; no solo conocer a esta gente legendaria a quien yo había visto en la pantalla, sino también tratarlos y trabajar con ellos. Por ejemplo, Ida Lupino estaba haciendo una película con Humphrey Bogart y estaban en una localidad de las montañas, la película era SIERRA ALTA. Louis Heyward y yo fuimos allí para estar con Ida. Y Bogart estaba simplemente maravilloso: muy poco seguro de sí mismo, nada que ver con los personajes que le tocaba interpretar. Realmente esto es algo que se da en todos los sectores, todos somos una total pila de nervios, pero tratamos de que no se note. Y él era un ejemplo de esto, porque se lo pregunté. Tenía una rapidez asombrosa para sacar el revólver y disparar. Podía lanzar una moneda al aire y acertarle nueve tiros de diez antes que cayera al piso. Era algo asombroso.

DV: Louis Heyward lo ayudó bastante en los comienzos de su carrera, ¿no es así?

PC: Oh, sí. Se portó magníficamente conmigo. Heyward me llamó por teléfono y me dijo: "Pete, ¿te gustaría venir esta noche a cenar?" Yo dije que "sí, me encantaría", y me quedé durante dos años. Ida solía presentarme como su hijo. Cuando la gente le decía, "no sabía que tenía un hijo", ella decía, "¡Peter ven aquí!". Era una relación encantadora.

DV: ¿Y conoció y trabajó con Carole Lombard?

PC: Oh sí, sí... Dios la bendiga. Fue su penúltima película, porque después de filmar TO BE OR NOT TO BE (Ser O No Ser-1942) murió en un accidente aéreo, ¿no?... Fue maravilloso haber hecho películas de esa manera, haber aprendido tanto. Por supuesto, no era cuestión de soplar y hacer botellas; las cosas no siempre eran fáciles. Lo que me molestaba, porque sentía un gran amor por mi propio país, a pesar de lo agradecido que estaba y que estoy todavía en Norteamérica, era la guerra. Me había tomado completamente por sorpresa, no se si me entiende. Así que decidí tratar de volver a Inglaterra.

DV: Gracias a Louis Heyward que le proporcionó un cheque fue que logró llegar a New York, donde realizó su primer cometido bélico.

PC: Sí, pero no demasiado exitoso, mi amigo. Yo caminaba por una calle y vi en un hospital un cartel que decía "Done sangre para Inglaterra". Pensé que, "bueno es lo único que tengo para dar en este momento, así que entremos". Entré y me sacaron sangre. Cuando salí a la calle, me caí redondo en la vereda, y me tuvieron que volver a llevar adentro. Tuvieron que hacerme una transfusión, el doble de lo que me habían sacado. A todos los actores ingleses les hacían una revisión médica y la mía fue bastante floja porque varios años antes me había golpeado jugando al rugby, y ellos me dijeron que me mantuviera a la expectativa.

Había llegado a Canadá y estaba parando en la Asociación Cristiana de Jóvenes. Les dije "Miren, estoy en bancarrota como siempre, pero ¿podría encargarme del turno noche o algo por el estilo?" Me dijeron que sí, y fue maravilloso: justo necesitaban a alguien. Siempre llegaba a un lugar cuando alguien estaba haciendo falta. Después me conecté (se me había olvidado con el paso del tiempo)... me había olvidado que conseguí un trabajo en el dpto. de arte de un estudio de filmación en Montreal, estaban haciendo algunos efectos especiales para una película que se rodaba con Eric Portmann, titulada PARALEL 49 (Cinco Hombres-1940), y necesitaban dos esvásticas. Un tipo macanudo del dpto. de arte me dijo que las podía llevar a la Asociación y hacerlas, si quería, en el intervalo entre mis otros dos trabajos. De modo que así lo hice. Las sujeté con pequeños alfileres para que se secaran. Pero, resulta que, las hice a la mañana, las dejé ahí, y cuando volví a hacer mi trabajo en la Asociación, me encontré con dos policías canadiense, de la montada y armados, como dijo Noel Coward "hasta los dientes". Estaban allí para detenerme.

Cuando regresé a Inglaterra, finalmente, en una semana logré entrar en la ENSA (Entertainment National Service Asociation) para hacer la parte de Noel Coward en PRIVATE LIVES (Vidas Privadas). ENSA era la sigla de Asociación Servicio Nacional de Entretenimientos, pero en las Fuerzas Armadas la habían bautizado "Every Night Something Awful" (Todas las Noches Algo Horrible) y no sin causa, debo reconocerlo.

DV: ¿Así conoció a su esposa?

PC: Me acuerdo que había subido a la oficina de Henry Oscar, en el Teatro Row Lane, porque él era el jefe del dpto. de dramas del ENSA. Cuando bajé, allí estaba esta querida dama. Fue como si nos hubiéramos vuelto a ver. Nunca nos habíamos visto antes, pero fue como si nos conociéramos, fue muy curioso. Enseguida nos sentamos juntos en la primera fila, en el ensayo, y hojeamos el texto. Era un gran rol, fantástico, muy atractivo. Después lo estrenó Lawrence y Noel Coward había escrito la obra para sí mismo. Se trata de dos personas que realmente nunca paran de hablar. Como ella sabía su parte, pronto terminamos con eso, y comenzamos a hablar de otra cosa, y nos dimos cuenta que pasaríamos juntos el resto de nuestras vidas. No fue algo como enamorarse, sino más bien hallar su propia alma, si es que no suena algo demasiado rimbombante. Pero todo se lo debo a Helen, fue una gran bendición.

DV: En su libro usted afirma algo que me resultó chocante. Dice que usted se casó por dinero.

PC: ¡Jajaja! Sí, Helen tenía 17 libras, creo, y yo 15.

DV: En una de las obras de teatro que usted hizo, A.E. Matthews estaba en el elenco, ¿no es así?

PC: ¡Oh...! Matthew, sí... sí... sí, ¡ja ja! Era famoso, creo, primero por... ¿cómo se dice cuando uno vive mucho?

DV: Longevidad.

PC: ¿Lo puede repetir?

DV: Longevidad.

PC: Longevidad, gracias. Además de ser un maravilloso actor cómico, siempre decía que todas las mañanas leía los avisos fúnebres del diario para ver si seguía estando vivo. Teníamos un traspunte que se encargaba de llamar a escena durante las representaciones de EL ENFERMO IMAGINARIO. Matthew tenía la costumbre de descansar entre la función de la tarde y de la noche. Y una vez, seguía tirado en el piso de su camarín cuando el traspunte golpeó la puerta, media hora antes de empezar. En aquellos días se acostumbraba a avisar media hora antes, un cuarto de hora antes, y al empezar llamando a los que aparecían primero para que estuvieran listos. Pero no tuvo respuesta. Abrió la puerta y cuando lo vio a Matthew allí tirado, boca abajo, corrió hasta el director de escena y le dijo: "Mr. Smith el Sr. Matthews, está muerto." Y cuando después se vio que no estaba muerto, Matthews llamó a quien había proclamado su muerte prematura y le dijo: "Escúcheme bien, nunca tiene que decir algo semejante porque lo único que logra es transtornar a todos. En el futuro lo que deberá hacer es dirigirse a alguien con autoridad y decirle con mucha calma y tranquilidad: 'Me parece que el Sr. Matthews está muerto'".

DV: A pesar de que usted actuó en muchas obras después de su regreso a Inglaterra, fue tres años después de terminada la guerra que hizo su primera película británica, ¿no es así?

PC: Laurence Olivier estaba armando su propia compañía. Estaba preparando una comedia maravillosa, que ya le digo... BORN YESTERDAY (Nacida Ayer) de George Hanin, creo que era norteamericano. La película fue maravillosa, con uno de mis actores favoritos, William Holden. Mi agente me propuso para el rol de Holden. No se si conoce la obra, pero el personaje era muy versado, una especie de sabio, un joven erudito, pero Sir Laurence... no, por entonces no era Sir Laurence, sino el viejo y querido Larry, como gustaba ser llamado, dijo: "Oh, no, es fundamental que todo sea norteamericano." Yo necesitaba el trabajo con desesperación y quería trabajar con él. Me encantaba la parte, y todo lo relacionado con la obra. Pero me daba cuenta que no podría lograr el acento adecuado, que sonaría falso, que estaría mal, y eso sería injusto para todos. Le dije: "No puedo hacerlo, muchacho," y me respondió: "tú has estado en Norteamérica," y yo le dije: "sí, he estado allí, y también en Aberdeen, pero no he podido aprender el gaélico," y me dijo: "bueno, entonces, muchas gracias por no hacernos perder el tiempo." Anthony Burshell, un hombre muy querible y bondadoso, me llamó un día por teléfono y me dijo: "Larry está haciendo Hamlet, ¿Alguna vez pensó usted en hacerlo?" y yo le respondí: "¡Hamlet!"; me dice, "No, eso es la parte de Larry," y yo dije: "Mejor, porque nunca quise tratar de aprenderla."

Si HAMLET hubiera sido una película de Hammer, habrían dicho que era muy mala, con todas esas muertes, todos muriendo. Cuando se piensa en todos los cuerpos que quedan tendidos en el suelo, al final de HAMLET, uno no se imagina caminando por allí, sobre los muertos.

Qué extraordinario haber rechazado un rol norteamericano en una comedia moderna, y haber terminado en un papel clásico, actuando con uno de los actores más grandes del país.

DV: Peter Cushing es un invitado especial estelar habitué del show de Morcam y Weiss. Ahora usted es un hombre importante de la TV por primera vez. ¿Cómo llegó a serlo por primera vez?

PC: Lo que ocurrió es que mi muy querida esposa y yo, después de estar muy bien, habíamos llegado a un estado tal, que yo no había trabajado por años, y no teníamos dinero ni nada. Nos teníamos el uno al otro, lo que es maravilloso. Entonces ella me dijo, "voy a escribir a todos los productores y escritores de la BBC para decirles que tú estás libre," y yo le dije, "oh, querida, nadie sabe de mí, excepto tú, mamá y papá," y me dijo: "no seas tonto, déjalo por mi cuenta,". Y así lo hizo. Escribió y yo le dije que eso sería terrible, que no funcionaría. Casi enseguida, recibí un montón de respuestas, especialmente una, de Harold Fleighton, diciendo, "nos encantaría ofrecerle el rol principal en Cornelius." Yo no lo podía creer. Entonces, Helen me lo explicó: "Lo que pasa, querido Peter, es que tienes todo en contra para ser actor, más allá de un cierto aspecto bastante fotogénico, y de algo de talento. Pero eres tímido y nervioso, como un caballo de carrera." Me siguió diciendo varias cosas más, para terminar agregando, "ahora tienes que sacar algo positivo de todo esto, yo te voy a ayudar."

Hice no se cuantas obras para la BBC, pero más de la mitad de ellas, ya eran éxitos consagrados en el teatro: "Ricardo de Burdeos", estrenado por Gielgud, fue uno de esos papeles maravillosos que me tocó hacer. Y, ¿sabe qué? Creo que hay que ser un muy mal actor para no salir airoso en cualquiera de esos roles.

DV: Su primera obra en vivo para la TV debe estar aún en su memoria.

PC: Un actor borracho. Es curioso lo importante que Priestley es para mí. El primer libro realmente adulto que leí fue "Buenos Compañeros". La primera obra que hice para la televisión fue "El Fin del Edén". Mi primera obra para el teatro fue "Cornelius". Y esto no es todo, porque con Priestley a veces los caminos de dos personas se cruzan más de una vez.

DV: Debe recordar muy bien la controvertida realización para la televisión de "1984".

PC: Estaba la escena que los villanos de la película, que eran los que pasaban por ser "el Gran Hermano", averiguaban el talón de Aquiles de todos a quienes consideraban rebeldes, y se aprovechaban de esa debilidad. Y averiguaban la de Winston Smith, el más grande héroe de ficción, que lleva el nombre "Winston" por Winston Churchill y el apellido "Smith" por el "hombre común", creo que esta idea de George Orwell era muy buena síntesis, ¿no le parece?

Averigüaron que Winston Smith les tenía miedo a las ratas, y lo obligaron a vérselas con ellas para obligarlo a hacer lo que ellos querían. Así que el dpto. correspondiente de la BBC tuvo que conseguir dos ratas. Para eso, en aquellos días, no se si hoy en día existen, en Londres había cazadores de ratas. De modo que un cazador de ratas fue enviado a las alcantarillas para conseguir dos, cosa que hizo. Llegaron tan sucias, enchastradas con todo lo que uno puede imaginarse que hay en las alcantarillas; y allí estaban, en medio del set, en una jaula dorada, con un aspecto muy patético, tiritando, y estas encantadoras lámparas les daban calor. La gente iba a verlas y les tiraba pedazos de queso, cosa que les encantaba. Daba la impresión que pensaban "esto es vida". Me refiero al hecho de que viniendo de las alcantarillas, aquello les parecería espléndido. Finalmente, llegó el momento en que tenían que hacer su parte en la obra, que consistía en trepar por mi cuello, gruñendo y mostrando los dientes como Drácula. Cuando debieron hacer la escena, estaban totalmente dormidas después de haberlo pasado bien. Estaban abrazadas una a la otra. Afortunadamente solo se trataba de un ensayo. Se llamó al cazador de ratas, pero no estaba disponible, y hubo que correr hasta el negocio de mascotas más cercano y conseguir un par de ratas amaestradas. Eran de color marrón, y hubo que pintarlas de gris en el dpto. de maquillaje, con un cartel que decía "no den de comer a estos animales bajo ninguna circunstancia"; y allí estábamos con esos encantadores animalitos, cada vez más hambrientos y más enojados, ¿quien no les daría?, esperando el almuerzo que nunca llegó y el té que tampoco llegó.

Momento doloroso en BRIDES OF DRACULA (Las Novias de Drácula-1960)DV: Algo que en la televisión es natural.

PC: Es muy natural, así que, así estábamos.

Resulta que la transmición iba a ser un domingo a la noche. Creo que empezamos a las siete y media u ocho; a esa hora las ratas estaban famélicas. Aullaban de hambre, al punto tal que tuvieron que ser transladadas a otro estudio. A mí me dieron un monitor, y en un momento dado, alguien colgó un pedazo de queso, o algo comestible, encima de ellas, y saltaron por la jaula tratando de alcanzarlo. El jefe del estudio me dio la señal, y yo salí gritando...

Los domingos a la noche estaban destinados a los dramas. Y se volvían a hacer en "vivo" (cómicamente llamados en vivo) los jueves siguientes. Así que el pobre actor tuvo que vivir esos tres días, entre las representaciones, en un estado de terror. No había ni videos ni cintas y en esa época existía otra forma de reproducción en la televisión, pero, no digo esto en contra de los técnicos, porque les tengo la mayor consideración, pero los directivos de la BBC pensaban que para los técnicos era mejor grabar la segunda presentación, ya que esto le permitía ubicar mejor las cámaras, los micrófonos y todo lo demás. A mí la repetición me sacaba de quicio. La obra era a tal punto intensa que en la BBC se planteó la cuestión de si se permitiría repetirla al jueves siguiente. Yo no aguantaba, porque hacía de Winston Smith, y era una parte muy larga, un papel muy fuerte emocionalmente, y no lo podía aguantar. Así que...

DV: Creo que existe la filmación de la obra, y aún es estremecedora.

PC: Todavía lo logra. Eso es lo asombroso.

DV: Entiendo que en "1984" fue su debut profesional como cantante.

PC: ¡Ja! ¿Quién dijo esto: "Los cisnes cantan antes de morir"? Pero no estaría mal que algunas personas murieran antes de cantar. Ese era mi caso. Fue bastante encantador, porque mi querido Rudolph Cartier fue muy directo, esa es la palabra, porque dirigió 1984, y a veces, para aligerar un poco las cosas, a pesar que no soy capaz de cantar una nota, me hacía cantar un número que estaba grabado en un disco de 78. Yo siempre estaba cantando esto en los ensayos. Y Rudolph me dijo: "hay una canción en 1984 y quisiera poner, cuando André Morrell abre la puerta, que se escuche la voz que llega cantando, bastante impresionante, una canción dedicada al proletariado; tu la vas a cantar," y yo le dije: "Mi querido amigo, no puedo cantar, cosa que te he demostrado una y otra vez," pero él me dijo: "No podemos pagar un cantante, así que tú cantarás para mí."

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