Terror Universal
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Seccion: Entrevistas (Lecturas: 1018)
Fecha de publicación: Julio de 2020

Evocando a Chicho Ibáñez Serrador

Entrevistamos Alejandro Ibáñez Nauta, que acaba de debutar como director cinematográfico con el largometraje "Urubú", en el que rinde homenaje al legado de su padre, el inmortal Chicho.

Darío Lavia



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Uno de los títulos fundamentales del fantaterror español, ¿Quién puede matar a un niño?, supone una pregunta retórica que exige una respuesta: Narciso Ibáñez Menta y Chicho Ibáñez Serrador.

En su niñez, Narciso Ibáñez Menta fue el niño Narcisín, el prodigio que atraía multitudes con cada nueva obra que los dramaturgos y comediógrafos escribían expresamente para él. En algún momento, durante la adolescencia, y esto lo explica bien su biógrafa Graciela Restelli en el libro Narciso Ibáñez Menta: Esencialmente un hombre de teatro, el actor tuvo que matar al niño prodigio antes de que la edad lo hiciera. Para eso estudió y se especializó en el arte de la caracterización. Creando monstruos logró matar al niño y convertirse en el actor adulto y versátil.

NARCISO IBÁÑEZ MENTA

A su vez, Chicho también tuvo que matar a un niño. No fue matanza cruel ni monstruosa, como la de su padre con Narcisín, sino una determinación tajante, un esfuerzo de voluntad por llevar una vida por completo opuesta a la del muchacho aburguesado, ultraeducado y bajo la influencia y control materno. Para ello, Chicho invirtió las pocas pesetas que tenía ahorradas, compró un pasaje en un barco de bandera turca y se fue a Egipto, a ganarse la vida. Tenía 16 años.

CHICHO LLEGA A ESPAÑA CON SU MADRE (1948)

Al volver a España, seis meses más tarde, Chicho ya no es el que se fue. Sigue con su problema de timidez, pero se ha demostrado su propia capacidad de superación. Así que idea una estratagema como defensa ante la vida, una forma de ser que proyecte seguridad de sí mismo. Uno de sus primeros trucos será usar gafas, no por prescripción médica o necesidad teatral sino porque le daban seguridad. También hablar con un peculiar timbre de voz, so riesgo de dar la apariencia de ser orgulloso y petulante. Pero este no sería más que un truco…

CHICHO EN EGIPTO (1952)

"Casi toda mi vida se ha basado en trucos"… diría Chicho en uno de sus últimos discursos, en el festival Nocturna Madrid de octubre de 2017. "Oíd, esto es precioso", prosigue aunque tras una prolongada pausa que crea desconcierto en el público. Hasta que aclara: "me refería al silencio. Si lo pensamos, ahora que estamos juntos tanta gente a la que le gusta el estremecimiento del terror, el silencio tiene una voz, el silencio es el prólogo del alarido. No valen gritos sin que antes no haya habido un silencio. Esta noche, cuando estéis en vuestra cama, en vuestro sofá o donde 'coño' dormís, pensad en el silencio y veréis que en silencio, poco a poco, se empieza a jugar a diseñar los miedos, el miedo que es el prólogo de cualquier terror. Si esta noche, poco antes que os durmáis, prestáis atención a lo que os rodea y desáis sentir ese silencio, con él, os llegará el miedo".

CHICHO EN NOCTURNA MADRID, 2017

Chicho nos dejó un 7 de junio de 2019. Un año después quisimos iniciar nuestra segunda temporada de "Cineficción Radio", ciclo radial de la revista Cineficción que conducen con brío el actor argentino Chucho Fernández y un servidor, dedicando el programa a su obra. Y, como broche de oro, pudimos entrevistar a Alejandro Ibáñez Nauta cuyas respuestas transcribimos a continuación.

Alejandro Ibáñez Nauta

En nuestra niñez las obras televisivas de Narciso Ibáñez Menta nos dieron pesadillas; en nuestra juventud nos topamos con el hallazgo de la obra cinematográfica de Chicho Ibáñez Serrador. Y cuando el mundo se globalizó, al conocer Historias para no dormir y las películas clásicas de Ibáñez Menta, reconocimos a dos creadores de universos fantásticos. Pero esta obra no tiene fin, no es mensurable, ya que por ejemplo, hace dos años nos asombramos, junto a los asistentes al festival Buenos Aires Rojo Sangre, con la proyección en sala cinematográfica del episodio perdido de Mañana puede ser verdad… Por eso es para nosotros un honor poder dialogar con Alejandro Ibáñez Nauta y nuestra primera pregunta tiene que ver con la estirpe a la que perteneces. Los historiadores del cine fantástico revelan que Lon Chaney nunca quiso que su hijo siguiera la carrera artística, debido a las dificultades y penurias que había afrontado hasta terminar de convertirse en una superestrella. No ocurrió nada parecido con Narciso Ibáñez Menta y Chicho Ibáñez Serrador, ya que el padre alentó al hijo a la actuación y la dramaturgia. Pero ¿cómo vio Chicho tu vocación artística como realizador?

– Pues... no es que él haya visto mi vocación artística, yo me sentaba desde pequeñito al lado de él en los controles de realización, me iba a los platós a ver los ensayos, a las reuniones de guion, o sea que desde pequeño me implantó estar en este medio. Y poco a poco yo fui aprendiendo un poco de todo lo que él sabía. Y más adelante, cuando empecé a realizar y dirigir los programas -yo me dediqué a hacer programas factual o documentales de astronomía, viajes, turismo- y es algo que él no llegó a hacer. Entonces evité esas comparaciones que a aveces pueden ser malas o buenas, sobre todo siendo el hijo de quien soy...

– Ciertamente, porque las comparaciones siempre son odiosas y siguiendo con el ejemplo anterior, lo mismo le pasó a Lon Chaney Jr… Ahora, ¿qué consejos te dio tu padre sobre la realización cinematográfica?

– Un gran consejo... no es un consejo que él me haya dicho verbalmente, es un consejo que yo he visto. Él siempre ha trabajado con los mejores y a los que él siempre ha escuchado. Y con todos los equipos que él ha trabajado, al final, siempre se transformaba en una familia. Una familia para lo bueno y para lo malo. Pero ese apiñe y esa unión que siempre he visto a mi padre con todos sus colaboradores, eso yo creo que era la magia que él hacía. El dar esa ilusión y esas ganas por hacer lo que hacen. Yo creo que ese es el consejo que no me ha dado verbalmente pero es el consejo que me ha dado durante todos esos años que lo he visto trabajar.

LA RESIDENCIA (1969)

– Para nuestro público, el recuerdo de Chicho Ibáñez Serrador está emparentado con la televisión, con los programas terroríficos que escribía para que protagonizara tu abuelo. Pero para la historia grande del cine legó dos largometrajes que hoy en día son fundamentales para comprender el fantaterror español, La residencia y ¿Quién puede matar a un niño? ¿Qué significan para ti como hijo de Chicho Ibáñez Serrador y también como realizador de cine?

– Las dos películas de mi padre, La residencia y ¿Quién puede matar a un niño? para mi, cuando se habla de ellas, es hablar de una pequeña parte de la historia del cine de género en nuestro país. Son películas que han marcado a muchísimos directores. Y eso lo podemos ver reflejado en algunas películas como Los otros de Alejandro Amenábar o El orfanato de Juan Antonio Bayona. La residencia para mi es una de las películas más bellamente filmadas del cine español. Y ¿Quién puede matar a un niño?, un terror a plena luz del día en los años '70, una locura: "voy a hacer esto", lo hizo y le salió bien. A mi la pregunta que me queda y que nunca voy a tener respuesta es ¿qué hubiese pasado si mi padre hubiese seguido haciendo cine de género, hasta dónde podría haber llegado?

¿QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO?

– Vaya, que es lo mismo que nos preguntamos unos cuantos también por estas latitudes… pasemos al presente: ¿cómo nació la idea de Urubú?

– La película Urubú nace de que en los dos últimos años yo ya veía a mi padre bastante enfermito y yo quería hacer algo para homenajear a su cine y para sentarme a su lado y disfrutar de ver la película. Entonces escribí un cortometraje. Pero como yo ya había grabado mucho en el Amazonas, con mi productor hablando, le digo "Oye, nos va a costar lo mismo hacer el cortometraje que hacer un largometraje". Entonces bueno, nos tiramos a la piscina y fuimos a por ello y transformamos el corto en el largo que hoy existe como Urubú y no teníamos otra pretención más que sentarnos al lado de mi padre y poder disfrutar de la película. Lamentablemente no llegamos a tiempo ya que mi padre falleció poco después de estar ya el primer chorizo terminado en edición.

ALEJANDRO IBÁÑEZ NAUTA EN "URUBÚ"

– Así es, y es justo decir que hace poco se cumplió un año de su fallecimiento. ¿Cómo pasaste de la planificación en tu estudio a verte ya en pleno rodaje en medio de la selva amazónica?

– Como te dije, yo me he dedicado en los últimos años a hacer documentales. Entonces mi plató en los últimos cuatro o cinco años han sido las selvas, sobre todo las de Brasil. Rodar la película en la selva fue muy complicado pero fue como estar en casa, prácticamente. Entonces fue divertido, satisfactorio pero eso sí: no lo vuelvo a repetir nunca más, una película así no la vuelvo a repetir en la selva nunca más.

ALEJANDRO IBÁÑEZ NAUTA EN "URUBÚ"

– Claro porque en esta opera prima asumes la triple tarea de guionista, director… ¡pero también cubres un rol como actor secundario!

– Pues, para la primera película tampoco lo aconsejo. Es una responsabilidad muy grande. Pues como dije antes, era homenajear el cine de mi padre y en ese homenaje tenía que estar yo. Dentro de la película interpreto un papel que habla sobre mi padre, que habla del capitán, yo fumo un puro y hay mucha gente que nos conoce que, si lee entre líneas, entenderá los mensajes que yo dejo a mi padre.

– ¿Qué resabio te dejó esta interpretación?

– El hecho de haberme puesto al otro lado de la cámara y haber dirigido me ha hecho entender muchísimo mejor al actor y creo que eso es muy bueno para los directores. El poder entender el otro lado. Esos tiempos muertos, esos tiempos que les hacemos esperar. A mi me ha venido fenomenal. Ponerme en la piel de los actores, ahora los entiendo mucho mejor y creo que luego es, no más fácil, pero sí hay algo que ha sumado a la hora de dirigir a los actores.

JUNGLE DEVIL (1953)

– Nuestros lectores son todos fans de Narciso Ibáñez Menta y muchos saben más de su carrera que el propio Narciso, así que no te dejarán escapar sin que cuentes algunos recuerdos de tu ilustre abuelo.

– Pues mi abuelo Narciso, aparte de para mí ser un estupendo, un magnífico actor, era un pedazo de abuelo. Tengo muchísimos, muy buenos, recuerdos. Todos los domingos venía a casa, a estar con nosotros. Nos llevaba a pasear al zoo, al cine. Mi abuelo, como abuelo, era fantástico. Y anécdotas... pues, era muy gracioso pasar las navidades con mi padre y mi abuelo, porque ahí había una pelea de egos increíble. A ver quien grababa, a ver quien dirigía, los se dirigían el uno al otro. Tengo vídeos que te mueres de risa viéndolos porque eran unas peleas entre actor-director, director-actor, a ver quien hacía el mejor plano, "Chicho, vente para aquí", "¡que no, papá!" Bueno... una pasada, la verdad que esos recuerdos son maravillosos.

NARCISO CON PEPA Y ALEX (1992)

– Por último, ahora todo está en compás de espera pero… ¿cuáles son tus proyectos ni bien se reactive el mundo?

– En el último proyecto que estamos ahora es en una película. Es una idea que se me ocurrió rodando Urubú hace ya dos años; el confinamiento nos ha dado tiempo para reescribir, repensar y poder terminar el guion del que estamos muy contentos y con muchísimas ganas de empezar esta nueva aventura en la que yo espero poder reflejar el terror que mi padre me enseñó, ya que ahora no me voy a centrar en el homenaje y va a ser otra película de género. Así que estamos muy contentos con este proyecto y esperemos que pronto empecemos ya a hacer la preproducción.

– Realmente ha sido un placer este diálogo, Alejandro, te damos las gracias por tu tiempo en nombre nuestro y también de todos los oyentes, estoy seguro de que muy pronto podremos asistir a la proyección de Urubú en el Buenos Aires Rojo Sangre!

– Muchísimas gracias por todo, un abrazo muy grande a todos los lectores.

Jullie D'Arrigo

Cuando difundíamos nuestro programa especial dedicado a Chicho Ibáñez Serrador, una joven oyente del Brasil nos escribió para consultarnos el horario de emisión. Se trataba de Jullie D'Arrigo, precoz niña actriz de 11 años que debutaba así en el cine internacional. A continuación, su testimonio acerca de Urubú...

PASANDO LETRA PARA "URUBÚ" (2019)

– ¿Qué personaje interpretas en "Urubú" y cómo te preparaste para ello?

– Mi personaje se llama Andrea, hija de la pareja protagonista: Tomás (Carlos Urrutia) y Eva (Clarice Alves). Fui seleccionada primero por video (Madrid) y luego competí con otros niños, personalmente, en Brasil. Hago teatro desde que tenía siete años, ya había participado en un cortometraje y dos series web. Y afortunadamente estaba trabajando exactamente en las clases de teatro las expresiones que usé para Andrea, lo que me ayudó mucho. Tío Alejandro, director, y la tía Ángela, que fue la coach de los actores, estaban conmigo para mejorar las características de Andrea. Además, tuve dos grandes actores que me inspiraron, los papás de Andrea y también el profesor, tío José Carabias.

JUNTO A CARLOS URRUTIA Y CLARICE ALVES EN "URUBÚ" (2019)

– ¿Cuál fue la escena más difícil para tí?

– Tuvimos escenas desafiantes porque estabamos en la selva; creo que lo más dificil fueron las escenas en el río, porque estaba oscuro, no podías ver lo que había en él, mismo sabendo que tenia un equipo de seguridad que nos cuidaba.

JUNTO A CLARICE ALVES Y ALEJANDRO IBÁÑEZ NAUTA EN "URUBÚ" (2019)

– ¿Quieres compartir alguna anécdota de rodaje o algun momento divertido durante la filmación con nuestros lectores?

– Sí, tuvimos varios momentos divertidos. Conocer la foresta y quedarnos varios días juntos fue uno de ellos, por la noche hablando de las escenas y jugando mucho. Pude acompañar la producción y todos jugaban conmigo. En la hora de la cena yo imitaba las personas, la manera de expresarse. Tuve un escena en el agua en la que una persona de la producción estaba con nosotras, Clarice y yo, y al sentir el cabello rastafari de él que me tocaba, me asusté y por un momento pensé era una serpiente de río... pero fue muy gracioso. La alegría que teníamos en el equipo era muy contagiosa. Y por sobre todo, también aprendí bastante.

Carlos Urrutia

No podíamos concluir esta cobertura sin agradecer a Carlos Urrutia, actor e investigador de la obra de Chicho Ibáñez Serrador, que nos permitió contactar primeramente con Alejandro Ibáñez. A pesar de dueño de una vasta foja de servicios en las tablas y en la pantalla chica, Urubú resulta ser su debut cinematográfico con lo cual recopilamos su valioso testimonio.

CARLOS URRUTIA EN "URUBÚ" (2019)

– ¿Qué resabio te dejó este protagónico cinematográfico en "Urubú"?

– Ha sido un regalo de Alejandro Ibáñez que nunca pensé recibir. Mi ámbito siempre ha sido el teatro y la verdad es que en el cine soy debutante, el tener la responsabilidad de interpretar a Tomás fue una de las cosas mas maravillosas que me ha pasado en mi vida. Cada minuto del rodaje lo viví como si fuera lo último que hiciera en mi vida, con la misma pasión del debutante y sobre todo saber que lo he dado todo y no me he reservado nada, creo que he sido honesto con mi trabajo, puede gustar más o menos, pero sobre todo que yo no me pueda recriminar el no haberme vaciado.

CARLOS URRUTIA EN "URUBÚ" (2019)

– ¿Cuál fue la escena que te resultó más desafiante?

– Todas las escenas en la selva eran un contínuo desafío, mi compañera y amiga Clarice Alves era como una amazona más y viendo su energía, la dureza de la foresta se hacía un poco mas llevadera. Mi escena favorita es la de las arenas movedizas, Tomás en ese momento está completamente fuera de sí, llora, ríe, grita y buscar todas esa transiciones hundido en el barro, rodeado de mosquitos y hormigas subiendo por todas las partes de mi cuerpo... fue un muy desafiante y a la vez increíblemente bonito. Lo que se ve en la pantalla no tiene trampa ni camelo: es cine a la antigua usanza, y quizás esa es una de las virtudes de Urubú, no tiene trampa ni cartón.

CARLOS URRUTIA EN "URUBÚ" (2019)

– Siendo un estudioso de la carrera de Chicho Ibáñez Serrador... ¿cómo crees que esta película se articula con la filmografía del inmortal Chicho?

Urubú está en conexión directa con la película de Chicho ¿Quién puede matar a un niño?, la película está llena de guiños a esa obra maestra del cine de terror y cuando el público la vea, recomendaría ver el día anterior ¿Quién puede matar a un niño?; la perspectiva de la película
cambia y se vuelve mas entretenida. Esta película es el mejor homenaje que un hijo ha podido hacer a su padre, cada minuto de Urubú es un abrazo de agradecimiento a Chicho. Alejandro nos trasmitió ese amor que quería regalar a su padre y creo que eso es Urubú, una muestra de amor, admiración y respeto por su padre.

– Muchas gracias, Carlos, por tu tiempo y amistad.

– Un abrazo muy fuerte a nuestros hermanos argentinos en estos momentos tan complicados y difíciles. Fuerza y ánimo, juntos lo lograremos.

Fuente de las fotografías:
Narciso Ibáñez Menta: Esencialmente un hombre de teatro de Graciela Restelli (Dunken, 2011)
Narciso Ibáñez Serrador de Jaume Serrats Ollé (Dopesa, 1971)
Archivo personal de la familia Ibáñez