Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 533)
Fecha de publicación: Octubre de 2019

Halloween con Bela Lugosi

Misterio y sugestión siempre están presentes en las interpretaciones de Bela Lugosi pero también en sus entrevistas o bien, en los textos publicitarios que el departamento de difusión de Universal preparaba previo al estreno de cada una de sus películas.

Darío Lavia



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Acerca de sus roles cinematográficos

Bela Lugosi en THE RAVEN

He sido hecho con el mismo molde que el resto. No tengo cuernos por orejas, ni poseo alas de murciélago en mi espalda. Las cartas de los fans me llegan desde todas partes del mundo de gente que ha leído extraños relatos acerca de mi infancia en el pueblo húngaro de Lugos. Algunos me preguntan si mis padres eran hipnotistas; si yo comulgo con fantasmas y si practico o no lo sobrenatural en mi vida privada. ¡Dicen que mis ojos tienen una expresión diferente a la del resto de los seres humanos!

Mi niñez en las montañas negras fue como la de cualquier fornido y saludable chico de campo. Mi padre, el barón Lugosi, participaba del oneroso negocio bancario y no había nada raro o extraordinario en mi familia. Fue bajo las circunstancias que me convertí en una personalidad teatral que muchos creen que también son parte de mi vida privada.

Planeando una carrera

Bela Lugosi en THE RAVEN

Cuando era un adolescente, me atraía mucho el teatro. No tuve objeción paterna en la elección de mi carrera, debido a que en Hungría un hombre planea convertirse en actor con la misma seriedad con que escoge ser gobernante, abogado o banquero. Se estudia en la Academia de Artes Teatrales en Budapest por cuatro años, tal y como en cualquier colegio especializado para otras profesiones. Cada año los estudiantes que fracasan en los exámenes, son eliminados y para la época de entrega de diplomas habrá unos 50 graduados de los 500 incialmente inscriptos. Luego viene lo que podría ser llamado un curso de posgrado, haciendo una gira por las provincias con un amplio y variado repertorio.

Tal y como la Comedia Francesa en París, una vez que alguien se recibe de actor en el Teatro Real de Hungría, se consigue un trabajo de por vida, a no ser que se marche del país. Debido a que yo quería ver el mundo y ensanchar mi horizonte y también porque mi temperamento era el de la búsqueda de aventura en vez de aferrado a la certeza de una rutina, me sentí feliz y aliviado después de diez años de repetido éxito en poder irme como refugiado político luego de la insurrección de Bela Kun. Así llegué en 1921 a New York y me acostumbré a sus altibajos.

Drácula

Bela Lugosi en THE RAVEN

En parte por mi acento en aquella época y en parte porque mi nombre era desconocido y no significaba nada en las taquillas, descubrí que todos mis años de experiencia con las obras clásicas de Shakespeare, Ibsen, Rostand y Hauptmann, así como los más renombrados dramaturgos de mi país, no tenían mucho valor para los productores norteamericanos. No fue hasta que hice de Drácula por dos años que finalmente pude consagrarme.

Cuando Universal llevó Dracula a la pantalla hubo una gran controversia acerca si semejante desviación del común entretenimiento cinematográfico podría llegar a atraer al público masivo. La pronta respuesta se tradujo en el tremendo entusiasmo con que el público demandó en todos lugares por el que sería precedente de todos los futuros thrillers que se realizaron. Sin un específico acto volitivo de mi parte, de pronto hubo toda una demanda de mi figura para interpretar roles malévolos, místicos y misteriosos. Me vi identificado en producciones como Chandu el enigmático, El gato negro, Una noche de horror, Los crímenes de la calle Morgue, y mi actual filme, El cuervo.

Técnica actoral

Bela Lugosi en THE RAVEN

En mi opinión hay solo una técnica para el actor, sea para el que hiciera el papel de un gran amante como Romeo, un gran general como Napoleón o un gran villano como Barbazul. Debe tener, a través de experiencia e infinito dolor, sensibilidad e intuición, ser capaz de vivir realmente cualquier rol. Si solamente recurre a semblanzas epidérmicas, manierismos y trucos de astucia, será un títere de una personalidad; si suprime su yo y se calza su personaje como un guante, será un actor.

Me pone orgulloso que hasta en el más fantástico de mis roles fílmicos no uso make-up. En vez de depender de máscaras, moldes de yeso y falsos rasgos, creó la ilusión de una distorsión terrorífica o un make-up espeluznante recurriendo solamente a la imaginación. Una expresión diabólica en los ojos, una ceja levantada o una sonrisa impúdica, todas cosas que requieren control muscular que toma un largo tiempo de aprendizaje, todo esto son herramientas para hipnotizar al público y que vea lo que quiero que vean y lo que veo en mi ojo mental. De la misma manera es como uso mis dedos y gesticulo con mis manos, para dar la ilusión de estar deformadas, ser extra largas o pequeñas... o cualquier cosa que el personaje requiera. Creo que el arte del actor también incluye ser capaz de alargar o acortar su cuerpo o cambiar su forma por el poder de la sugestión, sin rellenos falsos o cualquier otro recurso artificial.

 

Breviario Bela LugosiFuente: Pressbook de The Raven (1936), publicado en The Bela Lugosi Blog, traducción Darío Lavia y publicado en Bela Lugosi, breviario de la colección "Titanes del Horror"