Terror Universal
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Seccion: Entrevistas (Lecturas: 723)
Fecha de publicación: Octubre de 2018

El mundo en sombras de El Abuelito

Entrevista exclusiva al autor del libro "Cine de terror 1930 1939: Un mundo en sombras".

Darío Lavia



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Conversar con El Abuelito supone toda una quimera. muchos lectores nos preguntan "¿quién es el abuelito, existe, de dónde es?" Para que hablar un poco del pasado pero, fundamentalmente, de su futuro nuevo libro, hoy corremos ese halo de misterio que circunda el Desván y entrevistamos a...

El Abuelito

—Buenos días tenga usted, Abuelito, cuéntenos un poco acerca del origen de su mítico blog y qué experiencias le ha deparado esta andadura de más de una década en las ambiguas vertientes de lo virtual.

—¡Hola, jóvenes! Antes de que existiesen los ordenadores, aunque les resulte difícil creerlo, había vida. Como El Abuelito empecé a perorar en papel, en el fanzine 2000Maníacos, que es lugar donde fue acogido por vez primera el Desván. Pero como me gusta tanto hablar y hay tanto por descubrir del pasado a las nuevas generaciones, sean tebeos, folletines, pulp o cine rancio, no tardé en pasarme a lo virtual, donde durante seis años he estado alojado. Ahora el blog está en pausa, que todo cansa, pero la experiencia no ha podido ser más grata. Me di cuenta de que, aunque sea al otro lado del mundo, hay personas fascinadas con las mismas intrascendencias que yo, y que hasta se las toman más en serio aún. ¡Saber que no se está solo es maravilloso! ¡Y aprender de los demás también!

—¿Cómo fue la recepción del voluminoso Superhombres ibéricos en la Península? ¿Qué magnitud crees que tiene el interés de los lectores por la arqueología del cómic hispano? ¿Qué comparación hay con los interesados en el cine arcaico?

—No puedo quejarme. mis libros sobre el tebeo, Tragados por el abismo o Superhombres Ibéricos, crónicas de la serie B de la historieta española, han gustado mucho, por lo menos a esa inmensa minoría que formamos los enamorados de la cultura popular. Pero no nos engañemos, el pasado del cómic no es que sea tema de interés mayoritario ni en españa ni en ningún otro sitio. Y respecto al cine antiguo me da la impresión de que pasa un poco lo mismo, que es otra gran minoría fiel y constante la que pasa la vida hurgando celuloides polvorientos; de hecho a menudo somos los mismos quienes nos interesamos por ambos temas. Yo, por lo menos, no sabría vivir de
otro modo.

Cine de terror 1930-1939

—Tal y como los artículos del Desván, aquel libro estaba poblado no solo de hallazgos de
las viñetas sino también de una vital línea de análisis que servía para ponernos en contexto
de época. ¿Seguirá usted esa premisa en su inminente Cine de terror 1930-1939: Un mundo en sombras?

—Sí, claro. el libro sigue un curso cronológico, por un lado, y por países, por otro. Es imprescindible
conectar cualquier obra con su tiempo, y más cuando se trata de productos de masas: ya ven que el subtítulo alude a las oscuras circunstancias de los años treinta. Y no solo respecto a acontecimientos sociales o políticos, sino a parcelas de microhistoria –los cómics, las modas, las novelas, las formas de comercialización...— que puedan influir directamente en las películas tratadas. Es necesario, divertido y aunque quisiera, no sabría hacerlo de otra manera.

—¿Cómo surgió la idea de este volumen?

Cine de terror 1930-1939. Un mundo en sombras surge por iniciativa de Pablo Herranz, el editor de Desfiladero, viejo amigo, cinéfago y fanático absoluto, como yo, del fantástico antiguo. él es quien me convence para abordar el proyecto, un repaso exhaustivo por todos los títulos de miedo de la década, la más crucial en la historia del género, y la que mayor número de obras maestras ha dado, sin duda alguna.

Cine de terror 1930-1939

—En la actualidad mucho se habla (y bien se hace) del Pre-Code. Algunos tal vez puedan deducir que se trate de un mero rótulo para vender, pero hay toda una avalancha de interés, tanto intelectual como de los aficionados, por este rango temporal del cine. ¿Qué incidencia le da en su libro y qué lectura hace de ese cine sin tanta represión del sistema?

—La llegada del cenizo Hays con su puritanismo tiene un efecto nefasto en el cine de miedo. el erotismo sádico de Dr. Jekyll; la fascinación por la tortura de Murders in the Rue Morgue; la crudeza brutal de Freaks; el enfermizo clima moral de Kongo; las bromas blasfemas de La novia de Frankenstein... nada de eso vuelve a ser posible desde la implantación del Código. Al cine de terror se le castra para que no vuelva a convertirse en adulto, para que mute en género, con todo lo que tiene eso de limitado. Por más que nos siga enamorando, después de 1935 el miedo es más producto – a menudo excelente, eso sí- que obra única, que es la vocación con la que habían nacido la mayor parte de películas de la primera mitad de la década.

—¿Por qué fascina tanto el cine de terror de la década del treinta y cuáles fueron las películas que más le fascinaron a usted?

—Fascina porque con él empieza todo, planta las bases del género y define los temas por los que va a discurrir durante muchos años. Y lo hace de un modo más adulto que la inmensa mayoría de títulos que le siguen. Están también sus intérpretes, que hoy no sabemos ver sino como iconos; y sobre todo su estética, personalísima, nueva, de vocación artística, sin temor a discurrir paralela a las corrientes más vanguardistas de su tiempo. Sin esa estética buen parte de esos filmes estarían hoy olvidados, como sucede con tantos y tantos títulos de los treinta.

Cine de terror 1930-1939

—¿Cómo dividirá o segmentará el estudio de esta época en el libro?

—Cine se hace en todos lados, por lo que aunque lógicamente el americano se lleva la parte del león –desde el canon de Universal a los títulos del Callejón de la Pobreza- filmografías como la británica o la mexicana merecen capítulo aparte, lo mismo que la europea en general, la española y hasta la china. O la argentina, con ese underground avant-la-lettre que es El hombre bestia.

—Dénos por favor un decálogo abuelítico para que los lectores no iniciados puedan sumarse al club de adoradores del cine treintoso.

—Películas magníficas las hay a montón, en ese sentido hacer el libro ha sido una gozada. Lo de elaborar listas y jerarquías no me convence porque según el estado de ánimo con que me levante pueden ser unas u otras. Pero hay títulos que nunca fallan: Freaks, la cinta más salvaje que se haya rodado nunca; Mad Love y Kongo, recitales de cine enfermo de los que quitan el hipo; La novia de Frankenstein, por supuesto, pero también La sombra (El hijo)... que es el último filme de expresionismo radical estrenado comercialmente; el Dr. Jekyll de Mamoulian, ejemplo perfecto del terror erótico Pre-Code; Island of Lost Souls, delirio de aires zoófilos; Mask of Fu Manchu o del art-decó aplicado al pulp; Dracula's Daughter, que me gusta más que la de Browning; chifladuras lugosianas como Night of Terror; títulos que son esencia del fantástico europeo como Pan Twardowski o la hebraica Der Dybbuk; las alegres degollinas británicas de Tod Slaughter; la poesía oscura que desbordan El estudiante de Praga o Svengali; joyas olvidadas como la mexicana El fantasma del convento... qué sé yo... ¡Por unas o por otras todas terminan por gustarme! Hay gran cine, mucho, y terror barato, que es vicio oculto que muchos compartimos. ¿Quién puede pedir más?

Cine de terror 1930-1939

—Nadie, claro está. ¿Cuáles son los futuros proyectos del Abuelito que se pueden dar a conocer a la peña?

—Cuando este 3 de octubre presentemos este libro me embarcaré en otro, porque si no me aburro. Tal vez sea sobre cómics arcaicos de miedo –ibéricos, por supuesto-, tal vez sobre la vida y obra de los excluidos de Hollywood –enanos, gorillamen, chinos de mentira, fenómenos...-, tal vez, si Cine de terror 1930-1939 triunfa, lo continúe con la década de los cuarenta... en breve se lo
contaré, palabra!

—Muy bien, así que invitemos a todos los lectores a esta gran presentación que se llevará a cabo en la librería Bartleby, en Valencia, ¡ya voy preparando mis maletas para ir para allá!

Cine de terror 1930-1939 Un mundo en sombras