Terror Universal
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Seccion: Entrevistas (Lecturas: 1748)
Fecha de publicación: Marzo de 2018

Situación del cine de terror argentino (I): Los Onetti y “Los olvidados”

En esta serie de artículos opinan los realizadores argentinos que hacen cine de terror y nos explican como hacen para hacerlo!

Darío Lavia y Carina Rodríguez



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2018 parece ser un año interesante para el cine argentino terrorífico ya que varias producciones acceden a salas comerciales que es, ciertamente, un patíbulo de la verdad, un matar o morir en comparación al ámbito más friendly de los festivales especializados nacionales o extranjeros. La realidad nos dice que el público siempre prefiere al cine hollywoodense pero... ¿qué pasaría si una película argentina se pareciera a ese cine que tanto agrada no solo al público sino a los exhibidores (cuyas salas son anegadas por aquel)?

Los olvidados (2017)Los olvidados

Director: Luciano Onetti, Nicolás Onetti. Guion: Luciano Onetti, Nicolás Onetti, Carlos Goitia. Música: Luciano Onetti. Fotografía: Facundo Nuble.
Con: Mirta Busnelli, Gustavo Garzón, Agustín Pardella, Victoria Maurette, Victorio D’Alessandro, Damián Dreizik, Paula Brasca, Paula Sartor, Chucho Fernández, German Baudino, Evan Leed, Tamara Garzón.

Review: La última aventura de los hermanos Onetti (Francesca y Sonno Profundo) nos aleja del giallo italiano para un slasher argentino que homenaje a La masacre de Texas. Con imágenes aéreas impactantes de Epecuén, vemos a un grupo de jóvenes dirigirse a la ciudad inundada. La excusa: van a filmar un documental sobre historias de vida del pueblo que quedó bajo las aguas en 1985. Sin embargo, allí descubrirán que en Epecuén aún reside una familia que asesina y come turistas. Los olvidados tiene la fórmula clásica del slasher y gore estadounidense: cuerpos atractivos, escenas de sexo, un festín de sangre y una vuelta de tuerca sorprendente. Se destaca la actuación de Victoria Maurette, sin dudas la scream queen argentina.

Pero antes de entrar en tema, traemos al presente una suculenta entrevista a dos voces, realizada por María Esther Vázquez para La Nación y publicada el 15/07/1973, en que dos valiosos realizadores respondían acerca de la "Situación del cine argentino".

Raúl de la Torre, en aquella entrevista, comentaba un detalle de su época: "una de las cosas que he oído para alabar una buena película es: ¡No parece un film argentino! Eso es bastante doloroso". Torre Nilsson que, a sus 49 años, ya tenía unas cuantas batallas en su haber, agrega que "hasta hace algunos años nuestra comunidad era muy cipaya y le interesaba más lo que venía de afuera que lo nuestro".

Estos dos grandes nombres del cine argentino coborroran, según pareciera, que antes, ahora y de seguro, dentro de 10 ó 15 años, se reitera y se reiterará este mismo cuadro respecto a nuestro cine y también, por extensión, al género fantástico y de terror. A primera vista, nos da la impresión que será difícil modificar semejante situación, pero al observar el crecimiento del cine argentino en los últimos años y, puntualmente, el estreno de sólidas películas del género terrorífico en los últimos meses parecería que, después de tantos años de bregar, algo mutó para bien, tanto en las instancias institucionales como en la percepción e interés del público.

Para opinar de estas cuestiones, a propósito del inminente estreno de Los olvidados, su nuevo filme, hoy nos responden...

Luciano y Nicolás Onetti

Los olvidados

¿Qué expectativas y percepciones les generan la actual situación del cine argentino fantástico (como decíamos, tanto desde el punto de vista institucional como del interés de los espectadores)?

Luciano Onetti: Personalmente, pienso igual que estos dos grandes realizadores del cine argentino. Y puedo darte mi explicación, o al menos por qué pienso de esa manera. Sin dudas la globalización tecnológica ha ayudado a que hoy el cine argentino pueda competir con el resto del mundo. Ya sea por la difusión publicitaria de un film realizado aquí, por la importación de cámaras profesionales de última tecnología y por un crecimiento en el factor humano, todo está atravesando fronteras sin importar el género, aunque probablemente hay un alto crecimiento en el género fantástico y de terror. 

Pensemos como era todo hace diez o veinte años atrás. A diferencia de hoy se hacían pocas películas por año; aclaro en todo el mundo, debido a que no existía la tecnología actual. La era digital modificó todo, las computadoras agilizaron la edición y el montaje. Hoy se puede tener una película terminada en menos de seis meses y en ese mismo año proyectarla en cines comerciales. ¿Recuerdas cuando una película se estrenaba en Norte América y a nuestro país llegaba al año siguiente? Probablemente hoy, una película terminada esté "pirateada" en alguna plataforma antes de su estreno comercial. 

Otro de los aspectos de mi fundamento es el siguiente. Hace diez o quince años (y tal vez un poco más) era la época donde a uno como hijo, le enseñaban que para afrontar el mundo del futuro debías estudiar una carrera universitaria como Abogacía, Medicina, Psicología, pero hubo un tiempo donde se creía que el futuro estaba relacionado con las computadoras (ingeniería en sistemas por ejemplo) y el estudio de idiomas. Te "vendían" que solo así podías llevar una vida sin preocupaciones. Igualmente había personas que estudiaban carreras artísticas. Estudiar cine y cumplir el sueño de hacer una película era para unos pocos favorecidos por familiares que estuvieran en ese mundo, donde de joven uno podía aprender de sus padres que eran directores de cine o algún tío productor que le enseñaba los secretos de la cinematografía. 

Por suerte con el pasar de los años algo cambió. La gente quiere vivir de lo que ama hacer. No tienen miedo aun sabiendo que nos pueda ir mal, pero es lo que vale: morir sabiendo que uno hizo lo que soñó, o al menos haberlo intentado, ¿no? Hay más universidades donde enseñan cine o diseño multimedia y no solo eso, esta avalancha de internet favoreció también a la educación online, a través de cursos o video tutoriales donde uno puede aprender lo que se imagine, y lo mejor, desde la comodidad de tu hogar. Por eso hubo un crecimiento en el factor humano.

Los olvidados

Si uno mira una película argentina de hoy, sin dudas tiene la misma calidad visual que cualquier otra película extranjera de nivel. ¿Y por qué? Por lo que te decía anteriormente. La tecnología de cámaras, lentes, islas de edición y factor humano están estandarizadas en todo el mundo. El cine llegó a ser como el McDonalds. En todos los países del mundo es igual. Claro que la diferencia puede estar en las producciones debido a la enorme diferencia de presupuestos, no digo en efectos especiales porque hoy en día se hace casi todo con VFX, CGI, etc; entonces es probable que pueda compararse un efecto de esos con una película de Hollywood, aunque considero que los efectos de aquí aún no han llegado a competir, es algo que falta pulir. 

Lo que queda por manifestar como parte de mi análisis es la cualidad de la imaginación. Ahí si, la imaginación es igual en todo el mundo, haya o no haya avance tecnológico. Lo que antes ocurría en Argentina era la frustración de no poder lograr el sueño de hacer una película; ideas siempre sobraron, y ni hablar de los guiones que ahora mismo deben estar guardados en un cajón esperando que la suerte o el destino o no sé qué, lo abra para mostrárselo al mundo. 

Y en realidad lo que decía Torre Nilsson respecto al interés sobre lo que venía de afuera era por la realidad histórica y social de aquel momento, sumado, en mi opinión, a los detalles que te mencioné antes. En aquel entonces no podíamos competir con films del exterior. Y hoy podemos afirmar lo contrario. 

Pero lamentablemente, como todo progreso trae consigo algo malo. Hemos llegado tarde. Hacer una película nacional y más en el género fantástico y de terror, por lo general es atacado por algunos espectadores y parte de la crítica. Y no así al mostrar esa película en otro país donde quizás tenga más aceptación. Llegamos tarde, hoy está casi todo inventado. Es obvio que influencias uno va a tener, como pasa con un músico u otro artista, aunque se hagan innovaciones, siempre pero siempre te van a comparar un film con otra película extranjera ya realizada. Lo curioso es que aquí se consume igual el cine extranjero, aunque hagan sus propios remakes de remakes! Personalmente la situación yo la veo diferente: los argentinos podemos hacer lo mismo.

"¡No parece un film argentino!", aunque para nosotros eso no era doloroso. Significaba que algo estaba bien, al menos como producto presentable. Y no porque compare las producciones nuestras con las extranjeras, sino por el "elogio" al género que queríamos dar. 

Los olvidados

Nicolás Onetti: Obviamente existe ese prejuicio, lo hemos visto con un montón de películas, a lo largo de estos años que hemos hecho ya cuatro películas y hay un prejuicio por parte del espectador a la hora de ir a ver cine argentino. Por suerte eso está cambiando, gracias a producciones muy buenas de mucha calidad que era lo que faltaba. En nuestro caso, con Los olvidados ganamos el concurso de cine fantástico que organizó el INCAA que tenía por objetivo tratar de que el espectador argentino fuera a ver una película más comercial.

Con Los olvidados ese fue uno de los objetivos, porque se hizo con la idea de que sea estilo las película taquilleras no tanto de autor que por ahí hay más rechazo por parte del espectador que compra su ticket y creo que también es el caso de Aterrados, yo creo que está cambiando con esta película de Demián Rugna que personalmente me encantó. Este estigma que hay sobre el cine argentino se está cambiando haciendo un producto de calidad con grandes actores locales, que esa es otra de las cuestiones, también se está venciendo ese prejuicio por parte de los actores. Fijate que tenemos intérpretes muy importantes como Mirta Busnelli, Gustavo Garzón y Vic Dallesandro que estaban acostumbrados a hacer otro tipo de películas o novelas. Y se animaron, les encantó la propuesta y ahora están teniendo una difusión bárbara por todos lados.

Y obviamente contamos con el alcance que te da la tecnología, poder acceder a eso y filmar igual a igual. Los medios locales destacaron la calidad de Los olvidados, utilizamos muchos drones, el Mobi-10 , una de las últimas tecnologías que nos permitieron hacer planos espectaculares.

Cuenten a nuestros lectores cómo llega esta nueva película a las salas comerciales, cómo nació la idea y evolucionó hasta la última instancia de su montaje...

Luciano Onetti: Como diría Stephen King: "la imitación es la forma más sincera de elogio". Con esto no digo que hay que imitar, pero elogiar un género de cine que de chico uno tanto amó, es inevitable. Y Los olvidados nació por ese amor al subgénero slasher dentro del terror, por ese entonces un género totalmente americano. 

Nicolás Onetti: La idea surgió en un viaje familiar que hicimos a Epecuén, a conocer las ruinas a través de un video de Youtube que andaban en las ruinas en bicicleta, por algo extranjero conocimos Epecuén, después nos enteramos por las noticias, que toda mi familia conocía, era un centro turístico muy visitado que se inundó en 1985 y quedó bajo el agua durante veinte años o más. Y ahora que retrocedió el agua, cuando fuimos ahí quedamos deslumbrados y dijimos "acá tenemos que hacer una película". Uno de nuestros géneros preferidos, que veníamos haciendo giallo, es el de Masacre de Texas, una de nuestras películas preferidas, la original; las nuevas nos gustan pero nosotros estamos más impregnados por la nostalgia que nos genera todo eso. Y bueno, fuimos por el slasher, así surge la idea, adaptar la idea que teníamos a Epecuén.

Los olvidados

Luciano Onetti: Luego de ese viaje, quedamos atónitos por las ruinas del lugar. Debíamos hacer una película ahí. Y así fue. Durante un año, junto a mi hermano Nicolás y Carlos Goitia (su cuñado, quién estudió cine y gracias a él también fuimos puliendo y aprendiendo sobre guiones) estuvimos escribiendo para presentarlo en un concurso que en aquel entonces realizaba el INCAA bajo el rubro Blood Window.

Finalmente, el proyecto fue seleccionado. Aprovecho también para contarte que el mismo proyecto había sido seleccionado en el prestigioso festival de cine de Sitges en Catalunya, pero como habíamos ganado aquí primero, por muchas cuestiones elegimos nuestro país. 

Aclaro que sin esta institución hubiera sido imposible rodar la película. Gracias al subsidio que nos otorgaron pudimos afrontar el pago para obtener todos esos factores que te mencionaba anteriormente, de tal manera pudimos lograr ese nivel que queríamos. 

Nicolás Onetti: Y a las salas comerciales llega luego de mucho trabajo. Fundamos una distribuidora, Rusty Robot, para distribuir en las salas nosotros mismos, más que nada porque la distribución de nuestras películas anteriores la hicimos internacionalmente, llevó mucho trabajo hablar cine por cine y con las cadenas que por suerte recibieron muy bien la película -en especial por malas experiencias que habíamos escuchado por parte de otros realizadores - y creemos que tanto trabajo merece una culminación buena, no solo hacer la película y mandarla a festivales o ni siquiera eso en algunos casos, sino que también es justo que tenga un desenlace bueno en salas comerciales y que así llegue a la máxima cantidad de espectadores.

Los olvidados

Luciano Onetti: El proceso de montaje y postproducción fue hermoso y agotador. Quizás porque hubo tareas que realicé solo, día a día encerrado en mi búnker, aprendiendo también, jugando, experimentando como si fuera un científico en un laboratorio, para darle vida al film. 

Considero que el montaje es otra forma de dirigir la película una vez terminado el rodaje. Pueden subsanarse errores, modificar hasta la historia o situaciones. Es divertido hacer de titiritero de planos y escenas. Trataba de ir haciendo muchas cosas a la vez, como por ejemplo terminar una escena y empezar a darle el color. Elegir un color es increíble y a veces puede ser interminable, porque a diferencia de llevarle el film terminado a un colorista y posibles ejemplos de otras películas como base, cuando tenes la oportunidad de hacerlo en tu propia casa, eso puede resultar estresante. Siempre digo que hacer de colorista funciona como ir a una heladería. Si vas a una heladería que ofrece mil sabores es probable que estés un buen rato para decidirte, y más si quieres combinar. Y si vas a una que tiene solo diez será más rápido. A veces es mejor lo simple. El color puede ser un capricho, pero uno que vale la pena trabajar. 

Respecto a la música, en esta película la compuse una vez que había terminado todo. Solo restaba la banda sonora. Por cuestiones de tiempo la hice en menos de un mes. Distinto es el caso, por ejemplo, cuando compuse la música de la película Ataúd Blanco de Daniel de la Vega, él me iba pasando escenas por partes, por lo que tenía más tiempo para jugar. 

Finalmente, terminada la película empezamos el recorrido en festivales internacionales, obteniendo algunos premios, como mejor película, mejor dirección de fotografía, mención para Mirta Busnelli y best promising directors en el festival de cine de Sitges.

Los olvidados

¿Qué proyectos (desde luego, que se puedan contar) les ocupan actualmente la imaginación…?

Luciano Onetti: Hoy, junto a mi hermano, que si no fuera por él y su trabajo como productor todo esto no hubiera sido posible, estamos felices. A días del estreno en salas comerciales de todo el país, el 8 de marzo, queremos mostrar un poco de terror argentino con clichés clásicos del género y alto nivel de actuación de grandes artistas como Mirta Busnelli, Gustavo Garzon, Damian Dreizik, Victorio Dalessandro, Victoria Maurette, Agustin Pardella, Paula Sartor, Paula Brasca, German Baudino, Tamara Garzon, Chucho Fernandez y Evan Leed, sumados a un gran equipo de trabajo, tanto de Capital Federal como de nuestra ciudad, Azul. 

Nicolás Onetti: Próximos proyectos, aún no lo anunciamos oficialmente, pero durante noviembre y diciembre filmamos el tercer giallo, vinculado con el mundo de la magia, esta la hicimos independiente, sin apoyo del INCAA, utilizamos mucha tecnología, un elenco muy bueno y un equipo técnico impresionante.

Luciano Onetti: Este año finalizamos la postproducción de Abrakadabra, el film de aquel género hermoso italiano de los años '60s y '70s. Finalizaríamos una especie de trilogía gialli junto a nuestras dos películas anteriores, Sonno Profondo y Francesca, presentadas en 2013 y 2015. Y luego tenemos un proyecto fuerte, muy argentino y con grandes sorpresas que desarrollaríamos todo este año para rodar el año siguiente.