Terror Universal
E mail Nombre

Seccion: Películas (Lecturas: 2785)
Fecha de publicación: Marzo de 2018

Necronomicon: El horror cósmico sobre el cielo de Buenos Aires

Informe especial, presentado por la revista Cineficción, con el backstage de Necronomicón: El libro del infierno, filme argentino centrado en ese ejemplar que Lovecraft quiso en una biblioteca de Buenos Aires.

Elmo Rocko



Registro de marcas

Bookmark and Share

El horror siempre estuvo allí, en paciente espera, aguardando por el momento propicio en el que su guardían ya no pudiese resguardarnos del espanto latente en las páginas de ese libro maldito, portal de dioses inpiadosos. Tal vez Borges se equivocó al ocultarlo en las tinieblas y la humedad…pretendiendo olvidar el poder latente de eones de maldad.

Necronomicón: El libro del infierno es un film argentino que se atreve a traspasar por primera vez una de las tantas puertas que H.P.Lovecraft dejase abierta en cuanto al grimorio más pesadillesco y peligroso de todos. Con sólidas actuaciones de sus interpretes y una logradisíma ambientación lovecraftiana el director Marcelo Schapces y los guionistas Luciano Saracino y Ricardo Romero relatan el inminente peligro que se cierne sobre Buenos Aires cuando el libro comienza a ejercer su oscuro poder de dioses primigenios y criaturas surgidas desde el abismo cósmico.

Necronomicon: El libro del infierno

MARCELO SCHAPCES – Director

El trabajo con los guionistas fue muy cercano y fluido. Si yo veía que alguna escena podía complicarse en la puesta tal como estaba escrita, lo comentaba con ellos y les planteaba las modificaciones que yo imaginaba. En otros casos hacía algunos cambios en el mismo momento del rodaje porque la opción me aparecía ahí mismo. El mayor desafío fue rediseñar el personaje de Dieter (el no-humano guardián del Libro) porque Federico Luppi había rodado unos pocos planos de cobertura y fue internado un día antes de su jornada de rodaje más importante, y ya no pudo volver de ese momento crítico hasta su fallecimiento. En ese momento no sabíamos cómo iba a ser su evolución y todas las opciones que se nos presentaban eran muy arriesgadas y el plan de rodaje era muy preciso y complicado de cambiar sin una pérdida económica importante. Tomé la decisión de achicar el personaje, hacerlo más misterioso aprovechando lo que teníamos rodado y en dos únicos momentos de la película apelamos a una digitalización a partir del rostro de Luppi. Fue muy complejo técnicamente pero también desde lo humano, porque para mí pesaba la cuestión emotiva: teníamos una muy buena relación con Federico y obviamente lo admiro como actor, y yo quería sostener lo poco que pudiera de él a toda costa. Había sido muy arduo convencerlo de participar porque él estaba bastante deprimido y teníamos discusiones de horas donde él diseccionaba toda la historia cuestionando esto y lo otro y yo trataba de defender cada punto o incluso modificaba el personaje según sus sugerencias. Me daba mucha ilusión que luego de sus participaciones con Guillermo del Toro volviera a una película de género con Necronomicón. El resultado genera cierta extrañeza (y hasta puede ser discutido) pero yo estoy conforme en cómo funciona en relación al relato de la película.

No tengo dudas que la lectura de Lovecraft fue una revelación. Yo tenía 11 años en 1970 y estaba fascinado con Poe y veía todo el cine de terror clásico de la Universal y el más contemporáneo de la Hammer. Y casi en simultáneo editan Los mitos de Cthulhu, el maravilloso libro de Alianza y sale una reedición en Minotauro de El color que cayó del cielo. Y al leer todos esos relatos quedé impresionado. No paraba de repetirme internamente esos nombres impronunciables (Nyarlathotep, Yog Sothoth, Tshattogua, Cthulhu, Shub Niggurath) y me conocía perfectamente todas las relaciones del universo lovecraftiano. Y además, varios de los cuentos de HPL son de los que más miedo real me han producido al leerlos. Una inquietud, una cercanía de lo siniestro como pocas veces me ha sucedido, y he leído muchísima literatura del género. En ese sentido Lovecraft y su obra es alguien muy cercano a mi desde siempre.

Necronomicon: El libro del infierno

El ciclo de creación y concreción de una película es muy largo. Hace más de cinco años que ya vengo trabajando concretamente en Necronomicón, hace cuatro años hicimos un primer tráiler para que el proyecto comenzara a tener entidad, hace tres años fue declarada de interés por el INCAA, y ya hace un año que rodamos. La experiencia es fantástica porque es un sueño concretado y también es agotadora, y cruenta, porque ahora el 1° de marzo se juega en solo un fin de semana la suerte en el ciclo de exhibición comercial de la película. Y nuestro mercado es complicado, salvaje e híper concentrado. Estoy feliz pero casi no hay cuándo parar la pelota. Pero es el desafío y hay que disfrutarlo todo lo que sea posible.

Nuestro aporte es el hecho de que el propio Lovecraft ubica uno de los pocos ejemplares que existen del Necronomicon en la Biblioteca de Buenos Aires. Eso nos da una…podríamos llamarla "legitimidad de origen", que nos habilita a contar la historia de ese ejemplar del Libro. Extrañamente, en los 80 años transcurridos desde la muerte de Lovecraft nunca se había tomado como base este dato concreto: ¡hay un Necronomicon en Buenos Aires! Yo desde los 11 o 12 años, cuando leí por primera vez a Lovecraft, quedé impresionado por este dato y siempre pensé que tenía que contar esa historia de alguna manera.

¿Por qué Lovecraft eligió en los años ’30 a Buenos Aires como uno de los destinos del Necronomicon? ¿Tal vez por exotismo, o por alguna referencia a la ciudad europeizada del sur del mundo? Lo cierto es que fuimos elegidos y nosotros queremos aportar desde nuestra película a esa genealogía mítica.

MARÍA LAURA CALÍ – Actriz protagónica

Todo trabajo que implica un nuevo desafío siempre me provoca mucha expectativa y responsabilidad. Me gusta tener personajes diferentes y poder componer. Esta propuesta fue claramente eso, si bien en un principio tuve dudas de no poder trasmitir lo que el personaje requería. En ese sentido Marcelo (el director y además mi pareja) siempre estuvo convencido y fue muy firme. Eso me ayudó a confiar en su mirada y entre los tres (Diego Velázquez, Marcelo y yo) pudimos darle cuerpo a ese mundo familiar sombrío que se quería transmitir. Hay cosas que quedaron fuera de la peli que eran muy bonitas pero sobraban a nivel de relato. Todo ayudó a generar ese clima de suspenso que pide Lovecraft.

Estoy en este proyecto desde que se empezó a soñar, hace varios años. No soy lectora de literatura de género ni de cine de terror. Fue esta película la que me acercó al mundo de Lovecraft. Leí sus libros.  Necesitaba descubrir el lenguaje de los Antiguos. Leer El color que cayo del cielo o En las montañas de la locura o incluso El caso de Charles Dexter Ward me ayudaron muchísimo. A partir de allí mis textos resonaron diferentes por que en mi mente estaban las imágenes que me provocó leerlos.

Hay makings de Coppola muy interesante donde muestra cómo trabajó con sus actores cuando filmo Drácula con todo el procesos que vivió Gary Oldman para componer su criatura,De eso observe por ejemplo donde apoyaban el cuerpo algunos actores para moverse como un "ser" que va siendo poseído, lo ibamos cotejando con el director hasta llegar a una síntesis de lo que iba a ser la transformación de Judith (la escena cuando se levanta de la silla de ruedas, por ejemplo).

Necronomicon: El libro del infierno

Tener la silla de ruedas un mes antes me dio mucha libertad de movimiento, lograr que fuera parte mía en cualquier espacio, poder levantarme de la cama, sentarme y siempre dejar la mitad de mi cuerpo abandonado, tener conciencia de eso permanentemente. Respecto a la caracterización conversamos con las áreas de maquillaje y vestuario hasta encontrar la fisonomía del personaje. Judith tenía muchos resentimientos incorporados por la vida que había llevado y decidimos que por medio de unos "arañazos" (realizados a propósito a mano y con desprolijidad)  de color rojo en el pelo, sumaran a transmitir ese dolor. El tipo de actuación no debía ser costumbrista, eran situaciones con un tempo diferente, y cuando logramos ese tempo las escenas fluían mejor y generaba un clima inquietante que era muy interesante. La canción que tarareo y aparece en la película  la propuse yo, es una canción que me cantaba mi mamá de pequeña; con esa canción aprendí a andar en bicicleta. Ahora es de terror, ella me carga y me dice: "¡Mirá en qué transformaste esta canción de cuna!"

Había un equipo de gente super profesional especialista en efectos especiales, tuve a mi niño verde sosteniéndome mientras estaba al borde de edificio, tenía un arnés puesto y el chico además me sostenía. Fue arriesgado porque sufro un poco de vértigo. Me contuvieron muchisimo, por que debia subir como una animal y pararme. Despues bajar y desaparecer de la misma forma. Pero para la escena que camina para atrás hubo una doble de cuerpo, una chica contorsionista.

Las escenas de maquillaje eran largas, se necesitaban 3 o 4 horas de preparación. Judith va transformándose de a poco así que hubo jornadas de preparación largas. En una de esas jornadas yo ya estaba lista esperando. Ese día filmábamos un exterior, tenía la mitad de mi rostro transformado, eran las 8 de la noche y estaba oscureciendo. Por un costado se acerca un señor a preguntarme qué filmábamos... cuando me di vuelta gritó de un susto. Yo salté también por su grito. Allí le dije: "¡es una pelicula de terror!"

Me gusta que el cine de género esté creciendo en Argentina, que el público acompañe las propuestas nacionales es fundamental. Pero necesitamos más leyes de protección y de fomento a nuestro cine. Necesitamos apoyo del Estado, de las empresas, que las películas no duren una semana en cartel después de haberla estado soñando años, eso es muy triste. Ojala podamos crecer y ser como Francia que protege su cine por encima de los tanques americanos.

LUCIANO SARACINO – Guionista

La mayoría de mis ídolos literarios (Stephen King, Robert Bloch, Jorge Luis Borges, CliveBarker) se acercaron al universo de Lovecraft para ampliarlo, homenajearlo, jugar con él. Ahora siento que es mi turno (y el de Romero, y el de Schapces). Y esa certeza (la de saber que estás haciendo que otros hicieron; la de saber que estás haciendo lo que siempre soñaste hacer) da ansiedad. Y una sensación de responsabilidad enorme. Esteré a la altura de los nombres que te mencioné antes? Será nuestro granito de arena una parte más del enorme universo creado por el maestro Lovecraft? Se trata de todo eso. Y me encanta. Porque me encanta esa sensación en el pecho que tengo desde hace unos días y que me va a durar hasta que la película se estrene y comience a caminar.

Y, segundo, que todo lo que contamos suceda en Buenos Aires y que ese suceder no sea agarrado de los pelos sino que siga el camino propuesto por mismísimo Lovecraft al mencionar que un ejemplar del Libro estaba oculto en nuestras calles... ¿Hace falta más? Son las calles que camino. Las que me vieron crecer. Las que me asustaron. Las que me enamoraron. Las que me inspiraron. Las que me hicieron ser. Así que, sí. Todo esto es maravilloso. Lovecraft, Buenos Aires y Cine. Dame uno de cada.

Necronomicon: El libro del infierno

Todo nace de una idea de Marcelo Schapces. Hacía años que con él nos juntábamos a charlar, a mirar películas, a debatir. Y en un momento él me acerca la premisa: "hay un ejemplar del Necronomicón en Buenos Aires; ¿te animás a escribir sobre esto?". Y me dio un par de pautas en las que él venía trabajando desde hacía años. ¡Te imaginarás mi reacción! Me puse a escribir de inmediato. Pero, cuando la historia comenzaba a armarse, me di cuenta que era enorme. Que era un camino que quería caminarlo acompañado porque acompañado se disfruta más. Y ahí fue que le propuse a Ricardo Romero que se sume. Es importante que sepas que con Ricardo somos amigos. De esos amigos que, con el tiempo, se vuelven hermanos. Y el proceso de escritura del guión de esta peli fue un proceso atravesado por dos amigos.

Ricardo Romero es uno de los novelistas más lúcidos y geniales de su tiempo. Yo soy historietista; amante de las buenas historias. Y cuando nos juntamos a escribir, Ricardo y yo, se genera un monstruo que no es ni Ricardo ni soy yo. Es una criatura. Un monstruo. Una tercer mente, como se dice. Y fue esa tercer mente la que dio génesis a Necronomicón.

No hubo ni una sola línea que hayamos escrito en soledad. Todo lo que está en el guión, lo hicimos a cuatro manos, en reuniones que se prolongaban hasta la madrugada. Regadas de "Cynar" y alimentadas por lecturas de libros que nos aparecían y nos sugerían por dónde seguir. Porque Necronomicón es una película sobre libros.

Lovecraft me llegó luego de Poe, pero antes de Stephen King. Supongo que leí mi primer relato de H.P.L. a los once o doce años, sugerido por mi hermano mayor (ya me había leído varias veces las Historias extraordinarias de Poe, y mis gustos no iban a mutar mucho, en lo que vendría de vida). Había, en esas lecturas, una búsqueda iniciática. Absolutamente pre-sexual.

Nunca volví a ser el lector asombrado que fui cuando leí a Lovecraft.

Este año vamos a sacar con el dibujante chileno Rodrigo López una adaptación a formato de historieta de Herbert West: Reanimador, que se va a publicar en algunos meses (en Argentina lo hará Utopía Editorial). Y estoy seguro que voy a tener ganas, en algunos meses, de volver a visitar estas fauces de la locura, porque de estas fauces soy.

Buenos Aires es una ciudad muy lovecraftiana, creo. Está construída sobre un pantano. Su clima es impredecible, al igual que su arquitectura. Las cúpulas y los subsuelos ocultan historias.

Creo que es mucho más fácil hacer caminar a Lovecraft por esta ciudad que a Poe. Lovecraft se siente cómodo, doblando la esquina de tu barrio. A la hora de escribir tuvimos siempre en mente eso. La bruma. Las paredes pintadas. Cierta decadencia. Cierta idea de que el mundo ya ha sido. De que algo está despertando...

No fue tan difícil pensar las locaciones por lo que te decía: Buenos Aires todo es un teatro lovecraftiano. Lo que más costó encontrar fue el tono. Queríamos que fuera una película lovecraftiana desde lo visual pero también desde los formal; desde lo conceptual. La mayoría de películas basadas en el universo de Lovecraft fallan, de algún modo, porque escapan de él. Encontrar el tono y traducirlo a un relato actual sin traicionar su acento inicial fue el reto más complejo. Si logramos la mitad de los que nos planteamos al pensar el germen del relato... ganamos.

Si hay un pibe (o adulto) que mira la película y se entera de que hay un libro maldito que puede despertar a ciertos dioses y que... todo lo que viene, yo me sirvo un whisky y sonrío bajito. Es el objetivo. Hacer que otros pasen la puerta que pasamos, alguna vez, Marcelo, Ricardo y yo. Se trata de eso, ¿no? Para todo lo otro, ya hay suficientes cuentos...

RICARDO ROMERO – Guionista

No se necesita mucho para convertir a Buenos Aires en una ciudad gótica, en un lugar tan maldito como Providence, Innsmouth o Dunwich. Una pregunta que nos ayudó a imaginar fue, ¿por qué Lovecraft habrá elegido Buenos Aires? ¿Algo en la paradoja de su nombre? ¿Su lejanía? Todas las respuestas que se nos ocurrieron nos llevaron a la película. Y lo hicimos con el respeto que Lovecraft se merece, pero también con el entusiasmo y la irresponsabilidad de aquel lector que fuimos cuando lo descubrimos en la adolescencia.

La propuesta original, basada en lo que el mismo Lovecraft escribió en El horror de Dunwich sobre la existencia de un ejemplar del Necronomicón en Buenos Aires, sumado a la leyenda que dice que Borges hizo una ficha del libro cuando fue director de la Biblioteca Nacional, fue una idea que Marcelo venía pensando desde hace mucho tiempo. Él se lo propuso primero a Luciano y después a mí, porque quería sumar otras visiones. A partir de ahí, empezamos a trabajar. Los tres amamos tanto la literatura como el cine de terror, por lo que fue muy fácil congeniar.

Hay un antes y un después de Lovecraft. Su terror cósmico, que deja al hombre afuera de la ecuación, no puede ser más actual. Respecto a las libertades, creo que el espíritu juguetón de Borges al hacer la ficha de ese libro marcó el camino. En la película, hay otros libros apócrifos también...

El libro es, por una parte, una muestra de todo el trabajo que hicieron tanto Salvador Sanz como Aldo Requena, dos extraordinarios artistas, para llegar a plasmar el mundo visual de la película, y por otro, una suma de datos, informes y elucubraciones que fuimos juntando para el desarrollo de la historia: cómo el libro llegó a estar donde está, con qué genealogía de libros malditos se relaciona, quién es Dieter, el cuidador original del libro al principio de la película.

Necronomicon: El libro del infierno

La Biblioteca Nacional. Ese extraño y genial edificio en un atardecer de tormenta... parece haber sido hecho para esta película. Podría ser tranquilamente uno de los edificios milenarios de En las montañas de la locura.

Los dioses y criaturas de Lovecraft, son, ante todo, y en sus propias palabras, "casi indescriptibles", por lo que para verlos tendríamos que acomodarlos a nuestras cautas y pobres capacidades de visión. El desafío de la película era sugerirlos. Por supuesto, hay criaturas. Peones feroces que han construído y destruído ciudades. Los dioses siempre son titiriteros fuera de escena que nos manejan a su antojo, esos Dioses Finales "ciegos, mudos, tenebrosos, estúpidos" como el mismo Lovecraft los describe en La búsqueda onírica de la desconocida Kadath.

Esperemos que este film  sume al siempre vigente y vibrante mundo que nos dejó Lovecraft, y se ramifique por estas tierras. Creo que nuestro mayor aporte sería ese. Invitar a imaginar su mundo en nuestras calles.

ALDO REQUENA - Arte del libro e ilustraciones

La elaboración del arte para el Necronomicón para la película fue muy dinámica. Si bien había parámetros que Marcelo necesitaba que se cumplieran, tuve una gran libertad creativa. Eso me permitió adentrarme mucho más en el tema e investigar sin ataduras; afín de que pudiéramos elaborar un producto único y diferente. Me dieron el guión y algunas referencias visuales, el resto del arte como el texto usado para las páginas del Necronomicón dependieron de mi propia investigación. Trabajé en primera instancia con Alejandro Alonso Marcucci (ambientador) y Micaela Sleigh (directora de arte), quienes junto a Marcelo, supervisaban mi labor. Todo pasó directamente por la supervisión de Marcelo, con quien congeniamos muy rápidamente con ideas lovecraftianas y de a poco me fue dando cada vez más libertad creativa. Es muy fácil comunicarle las ideas y tener una respuesta concreta de lo que él necesitaba. Al mismo tiempo, Marcelo demanda cierta calidad en el trabajo y eso es una motivación extra a la hora de crear. En líneas generales, todos los involucrados en esta aventura teníamos nuestro propio departamento, como si fuéramos parte de un pequeño ejército con distintas funciones.

En términos generales, considero el Necronomicón uno de los libros, o EL libro, más emblemático de la literatura macabra y de la mitología de las ciencias ocultas. Literariamente tiene una leyenda propia entre los lectores lovecraftianos y es santo grial para muchos. Es un libro extremadamente peligroso y sombrío cuyo uso implica consecuencias nefastas. Existen tantas teorías al respecto que algunas escapan al mundo de la ficción. Información específica del libro puede encontrarse en el ensayo Historia del Necronomicón escrito por Lovecraft en septiembre de 1927, donde describe conceptos claves su origen, además de citar lugares precisos donde hay copias de ejemplares ocultos, uno de esos lugares es la Biblioteca de Buenos Aires. Retrospectivamente, Lovecraft ha citado El rey de amarillo (The King In Yellow) de Robert W. Chambers como uno de los libros responsables que fue base inspiradora para la creación del Necronomicón. Y ya sea de paso, Hastur es una creación de Chambers, reimaginada y adaptada por Lovecraft y otros autores a posterior. El mismo Robert E. Howard (creador de Conan y Kull, entre otros), al ser un gran colega de Lovecraft, ha incluído ritos a Los Antiguos y Cthulhu en sus historias.

Desde lo visual, uno trata de capturar la esencia de lo innominado e ignoto, de lo antiguo y oculto. Es como un ritual para darle tributo a aquello que no se puede ver pero que sabe que existe más allá del umbral de lo no-visto. Lovecraft advocó que sus relatos fueran de libre republicación. Grandes magos de la escritura como August Derleth, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard y otros escritores de la edad de Weird Tales y futuras generaciones que comprenden desde artistas y músicos, expandieron el Universo del Ciclo de Cthulhu y el mundo lovecraftiano. Y ahora nosotros, gracias a la iniciativa de Marcelo, tenemos la oportunidad de contribuir y formar parte de este cosmos creado por Lovecraft.

Necronomicon: El libro del infierno

Para el trabajo artístico de las entidades del Necronomicón, lo dirigí hacia un plano onírico y surreal, con un estilo agresivo, primitivo y rústico. No queríamos que lucieran 100% a una ilustración fantástica realizada en la actualidad. Sobre las recitaciones negras o textos que acompañan el arte, investigué libros de ocultismo en latín, estilos de escriturasde pacientes mentales y otros libros bizarros. Hay ciertas claves ocultas en los textos, algunas más fáciles que encontrar que otras. Al mismo tiempo tratamos de embellecer los textos con tipografías especiales. Y como dato especial, el arte tiene manchas de sangre reales mías. Tal vez, allá “especializados” en el tema que nos criticaran duramente. Pero yo me siento muy orgulloso de este trabajo y si tanto mis compañeros de trabajo les ha gustado lo que hice y Marcelo le ha dado su bendición, eso es suficiente para mí. Creo que Lovecraft esbozaría una sonrisa de complicidad al ver el efecto que ha tenido su obra. El resto queda a disposición de la gente tanto para venerar o sufrir tormentos.

El libro, en que se cuenta la historia de este misterioso ejemplar, es un complemento de la película que narra el misticismo del Necronomicón en Buenos Aires. Es una extensión creativa que busca darle a los seguidores algo más que una simple experiencia de "ver" una película. Lo edita Utopía Editorial y contiene material ilustrado que realicé para la película, así como los conceptos de Salvador Sanz y la pluma de Marcelo y de los guionistas, Luciano Saracino y Ricardo Romero.

Necronomicon: El libro del infierno

Ser parte de este proyecto no solo es un honor y placer por estar involucrado junto a personas muy profesionales y talentosas desde los actores y el departamento del arte, a la musicalización y todo el escuadrón escenográfico del rodaje;es también muy en lo personal adentrarme más en el abismo del R'lyeh. Marcelo Schapces supo rodearse de un equipo creativo que compartesu pasión insana por lo macabro y lovecraftiano.

Para mi toda obra artística marca un principio y fin hacia nuevos horizontes. No hay absolutamente nada definido ni concreto. Todo es una continuidad de acciones y hechos. Mis manifestaciones artísticas son mi manera de contribuir a un mundo mágico y dejar mi pequeña huella en los anaqueles del tiempo.Mi parte en Necronomicon es sin dudas otra oportunidadde rendir tributo a esa "magia arcana" que despertó mi deseo creativo, no solo a leer Las montañas de la locura de Lovecraft por primera vez cuando tenía 17 años, sino por elegir este sendero de la auto-expresión artística. Los amantes de Robert E. Howard sabemos que Crom solo recompensa el coraje y la dedicación tenaz para cumplir los objetivos – así uno debe dirigirse en la vida. Creo que si uno enfrenta los sacrificios y cree en sí mismo, será recompensado. Obviamente hay mucha gente que me acompaña, y que maximizan mi potencial. Uno necesita aliados en esta vida para compartir conquistas y glorias; pero también de enemigos y detractores para mantener la llama de la no-rendición ardiendo y dar lo mejor de sí.

SALVADOR SANZ - Art Concept

La metodología del trabajo se dio a través de varias reuniones donde se discutieron qué camino estético tomaría la película, el director tenía una  visión de hacia donde quería ir pero hubo bastante libertad para proponer ideas. En lo personal, siempre supe de la existencia de Lovecraft, pero recién lo leí detenidamente pasando los veintilargos. A partir de ahí me obsesioné con su obra y la leí completa. Mientras leía sentía la necesidad imperiosa de ilustrar esas descripciones increíbles. Varias veces lo hice de manera espontánea pero sabía que en algún momento lo haría de una manera más seria. Era una necesidad.

Dedico mucho tiempo al diseño de criaturas, trato de probar muchas ideas libremente hasta encontrar el camino, por lo general trato de ser lo más original que me da mi imaginación, aunque las influencias siempre están presentes.

Respecto de mis relatos preferidos del autor, difícil elegir uno, El llamado de Cthulhu siempre estuvo entre mis preferidos, pero La sombra sobre Innsmouth me fascina. Hay muchos. Las novelas de Charles Dexter Ward y Las montañas de la locura me encantan. Y últimamente he descubierto muchos cuentos en colaboración con otros autores que están en su nivel.

Necronomicon: El libro del infierno

OMAR KISCHINOVSKY (NUTS MEDIA) - Art Concept

Nuts Media participó en la realización de los VFXs de Necronomicon, desde la preproduccion estuvimos pendiente junto a Baraka Films, que las ideas que se tenían en cuenta tanto en guión como en rodaje, puedan ser realizadas en la etapa de postproduccion. Nuts Media tiene un equipo multidisciplinario de animadores, realizadores integrales 3D y compositores digitales, y sus tareas fueron variadas desde rotoscopia y realización de background en la mayoría de los chromas de la película, modelado de personajes basados en conceptos de Salvador Sanz. Y la realización de todas las herramientas para que puedan ser animados dichos personajes. También participamos generando trucas y otros aspectos de completivas 3D para varias escenas de la misma.

Durante varios meses trabajamos en conjunto con el equipo de color y montaje final, para que el empate de nuestro material VFXs sirva como integración en las escenas crudas de rodaje. El equipo de Nuts Media utilizó diferentes técnicas para integrar la iluminación y las escenas de rodaje con el empate de iluminación 3D sobre todo en el caso de personajes que era uno de los más grandes desafíos de la película. Fue un desafío con mucha motivación teniendo en cuenta la temática de la película y los aspectos diversos que esta demandaba.

El equipo utilizo tanto soft digital como material de footage para lograr los objetivos, tanto soft de postproduccion, animacion 3D, modelado y texturizado avanzado. Una de las técnicas típicas es poder obtener de manera fotográfica la información de color y luz de la escena en rodaje y a posteriori poder utilizarlo para la composición de las escenas en 3D.

Necronomicon: El libro del infierno

SCHAPCES Y LOS MAESTROS ARCANOS

Fui amigo de Alberto Breccia (en el año 1988 hice una de las primera películas largas en formato viedo, que fue Breccia x cuatro sobre Alberto y sus hijxs) y conservo el ejemplar de Lovecraft-Breccia cuando recién había salido, firmado y dedicado por él.

La narrativa oscura de Lalia, el genio de Enrique en su Vida de Lovecraft y las exquisitas ilustraciones de Alcatena del panteón de dioses y criaturas de la mitología lovecraftiana. Pero probablemente a quien más tuve en la cabeza al momento de filmar fue a Alberto Breccia por su fabulosa transcripción al dibujo de lo monstruoso que resulta innominado e indescriptible. Conozco casi de memoria esas ilustraciones y lejos de querer imitarlas en la puesta en escena (cosa imposible por otro lado) las tenía como inspiración subjetiva en mi cabeza.

A los artistas no hay que guiarlos ni imponerles nada. Solo conversamos sobre lo que yo veía como imagen de la película y de sus criaturas y luego Salvador Sanz nos iba enviando bocetos (todos maravillosos) para que yo eligiera o para volver a charlar y de alguna de mis preferencias y de su imaginación quedaron los diseños con los que luego trabajó la gente de VFX (efectos digitales), consultando con él cada vez que fue necesario.