Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 1269)
Fecha de publicación: Marzo de 2018

Necronomicón en el cine

Tanto en adaptaciones de obras específicas o bien meramente de sus conceptos narrativos, el cine hizo uso del Necronomicón, esa invención bibliográfica de H.P. Lovecraft cuyas páginas ilustraron lectores y realizadores.

Darío Lavia



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La misma fascinación que nos atrapa como lectores, muy probablemente, hubiera atrapado, en su momento, a los jóvenes Clark Ashton Smith, August Derleth, Robert Bloch, Robert E. Howard y Fritz Leiber, lectores pero también autores que comenzaban sus propios derroteros para quienes la presencia epistolar de H.P. Lovecraft, el autor de aquellos relatos fascinantes, era toda una lumbrera en el mundo de la escritura, la investigación de fuentes y la creación de universos. ¿Qué es lo que fascina a todo aquel que lee la obra de Lovecraft? Probablemente la sutil y ambigüa interrelación que se podía tejer entre cada una de sus relatos: los paisajes comunes de Arkham, el Miskatonic, los pueblitos de Nueva Inglaterra, o la cuasi permanente mención del Necronomicon, ese libro fantástico que muchos amantes del género creen que realmente existió.

Lovecraft bautizó al volumen como Al Azif y lo imaginó escrito por un árabe loco del Yemén, Abdul Alhazred hacia el 730 D.C. luego de revelaciones metafísicas. Tras circular entre sectas y círculos ocultistas durante más de un siglo, el volumen llegó a Constantinopla donde un sabio de nombre latino, Theodorus Philetas, lo tradujo al griego circa 950 y de ahí nació el título Necronomicon. En su Historia del Necronomicón, que Lovecraft escribió para dar un marco al mito, cuenta que en el siglo XII un estudioso, Ibn-Khallikan, describió la muerte del poeta a plena luz del día y frente a un numeroso grupo de testigos, asesinado y devorado por un monstruo invisible. Más tarde (en 1228) el sabio Olaus Wormius da con una versión traducida al latín que, debido al revuelo causado, cuatro años después sería prohibida por el papa Gregorio IX. A partir de ese momento, Lovecraft sigue los rastros de cada ejemplar en latín, da nociones para identificar la procedencia a partir del color de sus caracteres y deja constancia actual de existencia de traducciones al latín:

«Hay una edición del siglo XVII en la Widener Library de Harvard y en la Biblioteca de la Miskatonic University en Arkham; y también en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Muchas otras copias circulan en secreto, y corre el rumor que una copia del siglo XV forma parte de la colección de un conocido millonario norteamericano».

Hoy en día esta historia, a pesar de haberse comprobado ser obra ficticia del arte de Lovecraft (varias cartas a Derleth lo atestiguan), sigue provocando debates y no hay mejor síntoma de su fascinación que el hecho de los incontables casos de jóvenes que consultan en librerías en busca del libro blasfemo obteniendo por respuesta un "no lo conozco" o a lo mejor un "no pibe, eso no existe". El cine, de manera elusiva pero también litúrgica, nos fue mostrando rastros del libro maligno, a través de filmes que temerariamente lo citaban sin miramientos o bien, con volúmenes apócrifos que se podían deducir por sus métodos y consecuencias.

THE HAUNTED PALACE (1963)

Surgida como lo que hoy denominaríamos spin off de la onerosa serie de filmes inspirados en Edgar Allan Poe, The Haunted Palace (Arg/Mex: El palacio embrujado / Esp [tv]: El palacio de los espíritus-1963) fue la primera adaptación a la pantalla de una obra de Lovecraft, cuyo nombre es citado fielmente en los créditos pero como fuente secundaria debajo de Poe, de cuyo poema inmortal tomara el título. Versión de The Case of Charles Dexter Ward (El caso de Charles Dexter Ward, escrito en 1927 pero publicado en 1941, serializada, en la Weird Tales y en forma completa en 1943, gracias a August Derleth y Arkham House), Vincent Price interpretó al arcaico Curwen y al contemporáneo Charles Dexter Ward. El filme además marcó la primera mención cinematográfica del Necronomicon, herramienta con la que Curwen lleva a cabo actos de nigromancia que involucraban a una joven del pueblo y que, según se veía en el prólogo, provocaba a la turba iracunda a aprehenderlo, amarrarlo a un viejo árbol y lo quemarlo en una improvisada hoguera.

THE DUNWICH HORROR (1970)

Durante la segunda mitad de la década del '60, Lovecraft junto a su albaceas literario Derleth se convirtieron en medianamente rentables para Hollywood, con AIP llevando a la pantalla varios relatos en filmes menores pero con elencos relevantes. Uno de los proyectos más demorados, que ya se había propuesto en 1963 para ser dirigido por Mario Bava y protagonizado por Boris Karloff, fue una adaptación de The Dunwich Horror (El horror de Dunwich, escrito en 1927 y publicado en 1928 en la Weird Tales). Diversos factores fueron postergando el proyecto hasta que finalmente se materializó como The Dunwich Horror (Arg/Mex: Los endemoniados / Esp: Terror en Dunwich-1970), sin Bava ni Karloff, pero bajo la dirección de Daniel Haller y el protagonismo de Dean Stockwell y Ed Begley. Stockwell interpreta al extraño Wilbur Whateley que se la pasa memorizando y recitando pasajes del libro prohibido, el terrible Necronomicon. Lo más rescatable de este filme discutible consiste en la escena del final con el monstruo suelto en la campiña y un grupo de parroquianos guiados por Armitage y el médico del pueblo. Por momentos la cámara muestra extrañas vistas cenitales del bosque y da una impresión similar a la misma escena del relato original. Décadas más tarde, una remake The Dunwich Horror (2009), volvió a contar con Stockwell, pero ahora en el rol del anciano profesor y Jeffrey Combs como Wilbur Whateley.

EQUINOX (1970)

A través del típico recurso de escuchar una cinta grabada con el testimonio del único testigo que sobrevivió (desquiciado) a una tragedia, Equinox (1967/70) nos ofrece un extenso flashback en que se narra la historia de un grupo de adolescentes que viajan a cierto sector apartado del bosque, en respuesta al llamado de un profesor (el escritor de ciencia ficción Fritz Leiber) que se encontraba realizando una investigación en torno a un libro antiquísimo. El incunable contiene numerosos párrafos escritos en lenguas antiguas, grabados y una esquela manuscrita por el mismo profesor. Cualquier espectador familiarizado con el cine de Sam Raimi, percibirá Equinox como un honesto precedente "sixties", completamente diurno, del opus de Sam Raimi Evil Dead. Los aficionados al género podrán apreciar qué tan lejos se puede llegar en ciertos rubros técnicos (montaje, efectos especiales) cuando los realizadores son tan jóvenes que no pueden superar la fascinación ejercida por esos monstruos que, sacrificando trama e interpretación actoral, tratan de conjurar en pantalla.

PAURA NELLA CITTA DEI MORTI VIVANTI (1981)

En Paura nella citta dei morti vivanti (Arg: Pánico en la ciudad de los muertos vivientes / Esp: Miedo en la ciudad de los muertos vivientes / Mex: Las puertas del infierno-1981) se nombra insistentemente el Libro de Inoc y la acción principal se desarrolla en el pueblo de Dunwich, localidad en Nueva Inglaterra en la cual, tras el suicidio de un sacerdote, se abren las puertas del Averno y se liberan decenas de zombies que atacan a los seres humanos. No tiene mayores vínculos con el universo de Lovecraft ni siquiera en lo conceptual, prefiriendo mostrar tripas que salen por la boca de la gente, cabezas perforadas con taladros y lluvias de gusanos vivos. Aún así es un válido precedente de Evil Dead.

EVIL DEAD (1981)

Reiterando el concepto de Equinox a través de un cortometraje amateur titulado Within the Woods (1978) y cambiando las reliquias indias del corto por un auténtico ejemplar del Necronomicon, Sam Raimi realizó Evil Dead (Arg: Diabólico / Esp: Posesión infernal / Mex: El despertar del diablo-1981) en la que planteó nuevamente el relato del grupo de jóvenes van de día de campo a una cabaña en el bosque donde, tiempo atrás, un catedrático en estudio de un volumen titulado Naturum Demonto (es decir "Libro de los muertos", un alias del Necronomicon) había conjurado extraños demonios primordiales. Notable en lo estético y visualmente audaz, se trata de una película hecha con un presupuesto inexistente y con mucha habilidad para el chorreo de baldazos de sangre. El libro esta vez, más que un mero McGuffin, fue centro de atención mostrando páginas interiores y sus ya clásicas tapas, que promovían la idea más que de un grimorio surcado por jeroglíficos, de una especie de comic book de horror. El éxito, tal vez no comercial, pero sí como fenómeno de culto, promovió una remake en formato slapstick, Evil Dead 2: Dead by Dawn (Arg: Noche alucinante / Esp: Terroríficamente muertos / Mex: El despertar del diablo 2-1987) y una secuela en tono de aventuras fantásticas, Army of Darkness (Arg/Esp: El ejército de las tinieblas / Mex: El despertar del diablo 3-1993). Como guiño cinéfilo, loa a Raimi o vínculo para la futura serie de comic que fusionaría ambas franquicias, uno de los personajes de Jason Goes to Hell: The Final Friday (Arg: El último martes 13: La muerte de Jason / Esp: Viernes 13: Jason va al Infierno-1993) encontraba un ejemplar de este puntual libro (con su tapa evocando un rugoso rostro) en la cabaña de Jason Voohrees. Décadas más tarde, Hollywood lanzó una exitosa remake del filme original que fue la Evil Dead (Posesión infernal-2013) dirigida por Fede Álvarez.

FOREVER EVIL (1987)

Rodado en una temporada en que Lovecraft pareció ebullir como tema de los realizadores del género, Forever Evil (1987) fue un modesto filme independiente, dirigido por Roger Evans, que puso en pantalla al temible Necronomicon. El argumento seguía al único superviviente de una masacre en el bosque, que investigaba el incidente con la ayuda de un fotógrafo y un oficial de policía, siguiendo la pista de una secta que adoraba al dios Yog Kothag y que ya venía sacrificando varias víctimas a tal divinidad. En una escena, el libro maldito aparecía en un anaquel junto a tres volúmenes arcanos, Lost Gods, The Chronicles of Yog Kothag (alusión al lovecraftiano Yog Sothoth, uno de los antiguos primordiales) y The Gate and the Key de cuyo autor, un tal "C.D. Ward", no hace falta mucha imaginación para suponer que es "Charles Dexter Ward".

THE UNNAMABLE (1988)

Asunto supuestamente basado en The Unnamable (Lo innombrable, que Lovecraft escribiera en 1923 y publicara en el número de Weird Tales de julio de 1925), que en realidad solo toma el nombre de un personaje y el título del libro endemoniado, The Unnamable (Arg: Donde duerme el horror / Esp: Lo innombrable / Mex: El señor del mal-1988) seguía las peripecias de Randolph Carter, joven estudiante de una universidad de Nueva Inglaterra, que afrontará manifestaciones de fenómenos sobrenaturales, es decir, el monstruo consabido en el ámbito de una vieja mansión abandonada. A diferencia de los filmes previos, en este caso el Necronomicon provee al protagonista un hechizo para quebrar las influencias maléficas. Un lustro más tarde, el realizador norteamericano Jean-Paul Ouellette reincidió con la temática con The Unnamable II: The Statement of Randolph Carter (Arg [v]: Donde duerme el horror II-1993).

NECRONOMICON (1993)

Tomando relevancia como para ascender a título de un filme, en Necronomicon (Arg [v]: Necronomicón / Mex: Necronomicón: El libro de la muerte-1993) el libro fue eje de lo que se llama wraparound story, un relato encadenante que ponía en pantalla al propio escritor y al mítico volumen. Ambientada a comienzos de los años '30, Jeffrey Combs (dando un estimulante H.P. Lovecraft en pantalla) busca el libro y lo encuentra custodiado por sospechosos monjes en una vieja biblioteca. Del volumen relata en su grabador varias historias que se desarrollan en pantalla con irregular calidad, cada una dirigida por un artesano diferente, del que rescatamos The Drowned de Christopher Gans, homenaje directo a los mitos de Cthulhu.

L'ALTROVE (2000)

Necronomicon pareció haber sido el último coletazo cinematográfico del libro maligno por el resto del siglo, hasta que un joven realizador italiano, Ivan Zuccon, amante del género, tomó la posta de llevar a la pantalla sus propias adaptaciones. Reinventando pero mateniendo fidelidad a los conceptos primigenios, la acción de L'altrove (The Darkness Beyond-2000) se situó en la Bagdad de1571, donde el filósofo Al-Caleb moría al intentar traducir algunas páginas de un ejemplar del llamado Necronomicon. En Arkham, cinco siglos después, es decir en el futuro del 2071, una copia de aquel libro cae en posesión de aquellos que luchan por sobrevivir contra seres que poseen los cuerpos de los muertos. Zuccon planificó una trilogía de la que solo estrenó el segundo capítulo, Maelstrom: Il figlio dell'altrove (The Unknown Beyond-2001).

LA HERENCIA VALDEMAR (2010)

Ambiciosa saga del moderno fantaterror, La herencia Valdemar (2010) insinuó sus vínculos con Lovecraft, dejando todo preparado para una secuela que no se hizo esperar, La herencia Valdemar II: La sombra prohibida (2011), que puso en pantalla el arcano incunable como herramienta de un ritual, evento más en una sucesión de idas y vueltas temporales y también genéricas, que del drama gótico pasa al horror de mansiones oscuras así como, en el fondo, Lovecraft dirime su influencia con el propio Poe. A lo largo del filme (segmentado en dos partes, efímera costumbre del Hollywood del 2000) además de aparecer el propio Lovecraft como personaje también tendrían lugar la asesina Lizzie Borden, Bram Stoker y hasta el propio Alesteir Crowley.

NECRONOMICON: EL LIBRO DEL INFIERNO (2018)

A lo largo de más de medio siglo, el cine recogió el mito de cada uno de aquellos libros imaginados por Lovecraft, los ejemplares europeos fueron relevados por el cine italiano e hispano, las traducciones de Harvard y Arkham, así como las de los coleccionistas privados, por Hollywood y los cineastas indies ... todos salvo uno: aquel ejemplar que el destajista escritor ubicó en la "Universidad de Buenos Aires". Era previsible que algún realizador argentino levantara el guante y fue Marcelo Schapces que, tras cuatro arduos años de idear el proyecto e ir llevando adelante cada etapa de producción, realizó Necronomicón: El libro del infierno (2018). Tomando como única licencia la de convertir en recinto del libro maldito a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (en la que Jorge Luis Borges, durante su gestión como director, mandó a hacer una ficha del volumen), el filme parecería cerrar el círculo cinemato-bibliográfico abierto con la primera adaptación al cine del genio de Providence.