Terror Universal
E mail Nombre

Seccion: Entrevistas (Lecturas: 2060)
Fecha de publicación: Octubre de 2017

"Mañana puede ser verdad" vuelve a la vida

Medio siglo despues, un programa que todos daban por terminalmente perdido, vuelve a la vida y se proyecta en festivales. Se trata de la primera gran serie de ciencia ficción de Argentina y también de España. El equipo de Prointel, el documentalista Carlos Urrutia e incluso el mismísimo Chicho Ibáñez Serrador responden a nuestros interrogantes.

Darío Lavia



Registro de marcas

Bookmark and Share

En agosto de 1962 los medios de prensa y revistas especializadas de Argentina comenzaban a anunciar la realización de un nuevo programa. Hasta ese momento, la ciencia ficción solo había tenido pocos y aislados ejemplos en nuestra televisión. Algunos envíos amalgamaban noticiarios y documentales sobre tecnología, como Hacia el mundo del futuro (Canal 7, 1959/60); otros estaban apuntados al público menudo, como el olvidado protagónico de Guillermo Bredeston en Yo soy invisible (Canal 9, 1960) y otros incursionaban en la llamada space-opera, el caso de Destino: A la Luna (Canal 7, 1960) y Z.P.15 al espacio (Canal 9, 1961) con Mercedes Carreras. En 1961 una serie iniciática había comenzado a propalarse por Canal 13, The Twilight Zone (La dimensión desconocida-1959/64), y su temática argumental así como pretenciones, suponían un peldaño superador de todo lo anterior.

Así que, luego de varios meses de preproducción, al año siguiente y por Canal 7, Narciso Ibáñez Menta y su hijo, Chicho Ibáñez Serrador, anunciaron el lanzamiento de Mañana puede ser verdad, antología de episodios adaptados de autores internacionales como Ray Bradbury, Robert Heinlein y Mann Rubin o bien, nacionales como Agustín Cuzzani y Dalmiro Sáenz. Un artículo de Radiolandia (08/1962) aclaraba que "la mayor parte de los episodios transcurren en los Estados Unidos e Inglaterra y es sabido el apego de estos actores por la fidelidad, y por lo tanto, han debido realizar una cuidadosa selección de extras que dieran el tipo sajón". La parte musical se encomendó a un joven compositor que, a la postre, se convertiría en inseparable elemento del equipo artístico de Chicho en sus incursiones cinematográficas e infinidad de episodios de Historias para no dormir, Waldo de los Ríos.

Las gacetillas de prensa de la época apuntaban que "en un intento por entrar en franca competencia con las series americanas, el 70% de cada programa ha sido filmado, para darle mayor ritmo". Antena (07/08/1962) aporta otro dato interesante sobre el backstage: "Por tratarse de un ciclo de muy difícil realización, se ha decidido dividir la dirección e interpretación de los diferentes programas entre los Ibáñez, padre e hijo. Vale decir que, cuando actúe Ibáñez Serrador, el programa estará dirigido artísticamente por Ibáñez Menta, confiando la dirección de cámaras a Edgardo Borda, mientras que cuando interprete Ibáñez Menta, será responsable de la dirección integral Ibáñez Serrador, con la ayuda de seis asistentes".

Mañana puede ser verdad

En aquel primer episodio, publicitado en las revistas y medios como El hombre que vendió su risa, el argumento giraba en torno de un payaso (Ibáñez Menta) que tenía un encuentro cercano de la tercera fase con una especie de exobiólogo alienígena interesado en el misterio de la risa. "A cambio de algunas volteretas de Narciso", apuntaba Radiolandia, este invidivuo proveniente de otro mundo "le asegura la inmortalidad". Convencido de ello, Narciso cometía un asesinato por celos que, al no tener testigos, era un crimen perfecto. Pero aún así se entregaba a la policía "en la segura creencia que la silla eléctrica no habrá de causarle ningún daño". El carácter familiar de este primer episodio se amplió con la presencia de Adriana Gardiazábal, ex Miss Argentina y esposa de Chicho, en un pequeño papel y Teresa Serrador, tía de Chicho por parte materna.

Reemplazando en la grilla catódica a la tercera y última temporada de Obras maestras del terror, Mañana puede ser verdad también nos acarreaba algunos misterios. En principio, el programa tuvo - como reseñamos - una estimulante difusión. Tal y como adelantara Antena, el segundo episodio fue protagonizado por Chicho, en el rol de H. Newman, doctor en medicina, en base a un relato de "Luis Peñafiel" (su eterno sinónimo como guionista) y en el tercero, Entre los muertos, según informan las revistas especializadas, intervinieron padre e hijo como actores, recayendo la adaptación en Agustín Cuzzani. Tomando su tema de las colecciones de relatos de Ray Bradbury, El hombre ilustrado y Crónicas marcianas, Chicho adaptó El zorro y el bosque y La tercera expedición. Una ambiciosa historia propia, Los bulbos, no limitada a una emisión sino serializada en cuatro capítulos, cerraría el ciclo en octubre de 1962, dejando la incógnita de un levantamiento evidentemente prematuro debido a que no se llegaron a producir los anunciados episodios sobre obras de Heinlein y Dalmiro Sáenz...

Mañana puede ser verdad

Mañana puede ser verdad
Canal 7, sábado 22 hs
04/08/62 El hombre que vendió su risa de Mann Rubin
11/08/62 H. Newman, doctor en medicina de Luis Peñafiel
18/08/62-25/08/62 Entre los muertos de William Tenn
01/09/62 El zorro y el bosque de Ray Bradbury
08/09/62 La tercera expedición de Ray Bradbury
15/09/62-06/10/62 Los bulbos de Luis Peñafiel

Mañana puede ser verdad

Entre abril y mayo de 1963, las revistas de TV anunciaron de nuevo Mañana puede ser verdad, los viernes a las 20 hs, pero sin especificar títulos de episodios ni mayores anuncios o publicidad lo cual nos mueve a pensar que se trató de una reposición de aquella primera temporada, grabada originalmente en videotape. En mayo del año siguiente, pero por Televisión Española, se lanzó un programa con el mismo título y cuyo primer episodio fue El hombre que perdió su risa del que no había mayores datos certeros. Los títulos de los episodios de esta versión española coincidieron con aquellos emitidos en Argentina, y se trató de virtuales remakes pero con elencos hispanos. Un episodio especial, y emitido en 1965, fue NN23 que, luego de ganar el 2do. premio en el Festival Internacional de Televisión de Berlín, por "los altos valores espirituales que contiene como por su excelente expresión televisiva", terminaría funcionando como una especie de nexo con el más famoso ciclo fantástico de TVE, Historias para no dormir.

Mañana puede ser verdad

Mañana puede ser verdad
TVE, viernes 22:30 hs
01/05/64 * sin datos, figura en grillas el título genérico pero no de episodio
15/05/64 El hombre que vendió su risa de Mann Rubin
29/05/64 El zorro y el bosque de Ray Bradbury
26/06/64 La tercera expedición de Ray Bradbury
16/10/64 H. Newman de Luis Peñafiel
06/11/64 Los bulbos de Luis Peñafiel
23/04/64 NN23 de Luis Peñafiel

Hasta ahí la historia del programa que, debido sobre todo a conformar un ciclo perdido, podemos reconstruir más o menos en base a los registros de prensa y de cuya encarnación hispana, hasta ahora solo se conservaba NN23, editado en DVD junto a las famosas Historias para no dormir. Sin embargo, en septiembre de 2017 una noticia conmovía al mundo de los amantes del género: Prointel, la productora de Chicho, informaba del hallazgo de El hombre que vendió su risa, aquel primer episodio que sirviera al realizador literalmente como presentación en el medio español. Su proyección en el Festival de Televisión de Vitoria "Festval" y, recientemente y con un multitudinario homenaje a su autor, en el festival Nocturna de Madrid, sembró la esperanza y la ilusión de la feligresía del fantástico. Para los investigadores, el descubrimiento despejaba una duda capital: el tape producido y emitido en Canal 7 de Buenos Aires había sido el mismo que se emitió por TVE, siendo el resto de los episodios - salvo Entre los muertos- rehechos por Chicho con elencos hispanos.

Para saber algo más sobre este maravilloso episodio nos dirigimos a Prointel, y pudimos entrevistar al actor Carlos Urrutia, actualmente documentando una biografía de Chicho Ibáñez Serrador quien también, y en carácter de gran sorpresa, ha tomado parte en la respuesta a nuestras preguntas.

Mañana puede ser verdad

Cuéntennos en qué cápsula de tiempo sobrevivió este maravilloso tape durante tantos años hasta nuestros días. ¿Cómo fue el hallazgo de este importante episodio? ¿Fueron necesarias tareas de preservación o restauración?

La digitalización de este capítulo nace del empeño de Alejandro Ibáñez Nauta, por preservar  el patrimonio cultural de su padre Narciso Ibáñez Serrador. Y de la excelente labor de Carlos Urrutia, actor y biógrafo de Chicho (Narciso Ibáñez Serrdor) que se está encargando  de investigar, clasificar y recuperar todo el material posible de aquella época. Durante esta labor de investigación, un día Carlos Urrutia encontró la valiosa caja conteniendo la cinta en un almacén. La alegría al descubrir en la etiqueta que se trataba de El hombre que vendió su risa, fue enorme. Éramos conscientes del enorme valor de la obra al haber sido la que le abrió las puertas de Televisión Española a Narciso Ibáñez Serrador, lo que de alguna forma supuso un cambio en la forma de hacer televisión en España.

La digitalización de la cinta no ha sido fácil. No sabíamos si después de tanto tiempo habría sufrido daños irreparables. El propio sistema de grabación (AMPEX video tape de dos pulgadas), ya en desuso, hizo que la búsqueda de un estudio para digitalizarla fuese complicado. Finalmente en California encontramos el lugar donde la cinta, de 5 mm de ancho y que corría a 38 mm por segundo, volvería a cobrar vida después de 53 años.

La recuperación de este episodio de Mañana puede ser verdad nos recuerda, de este lado del Atlántico, una de las constantes en la historia de la TV argentina que es la pérdida, destrucción o simple borrado del material grabado en videotape. Sabemos, por ejemplo, que en 1960 El fantasma de la Opera, gran éxito televisivo de Narciso Ibáñez Menta, se grabó en dicho soporte con la idea de reprisarlo y exportarlo a países limítrofes. Sin embargo, por uno u otro motivo, ese valioso hito televisivo se perdió. Décadas más tarde, el propio Ibáñez Menta, consultado en una entrevista, opinó que “mejor que se hubiera perdido” en función de no percibir aquellos errores y fallos que, en su meticulosidad y perfeccionismo, tal vez aún recordaba de dichas grabaciones. Para los coleccionistas, investigadores e historiadores, en cambio y unánimemente, representa una ausencia lamentable. Tenemos entendido que en España los programas se han archivado como corresponde y en virtud de ello es que podemos gozar hoy en día de aquellas joyas. ¿Cómo se percibe, en materia artística y técnica, El hombre que vendió su risa al siglo XXI y cuál es vuestra apreciación del programa?

El público de los años '50 y '60 no es el mismo que el actual. La televisión y el cine han sufrido, una evolución increíble, y especialmente los medios técnicos y avances de producción que llenan de espectacularidad las obras de ficción. Si miramos esta obra con los ojos del siglo XXI seguramente el resultado sea pobre, tenemos que hacer un pequeño viaje mental en el tiempo para poder sacar conclusiones objetivas. Quizás antes primaba la idea, la historia... ahora parece más importante los efectos especiales. En cualquier caso El hombre que vendió su risa marcó un hito en el género fantástico/terror en España. Si la comparamos con el dramático de la época, estamos ante una obra absolutamente moderna. Su planificación, decorados y realización se alejan de las producciones puramente teatrales de aquella época. Y además la obra es una muestra de esa habilidad de Chicho Ibáñez Serrador de mezclar el terror y la ciencia ficción con el humor... lo que le hace experto en sacarnos una sonrisa justo después de habernos hecho temblar de miedo.

Mañana puede ser verdad

¿Consideran que la labor artística cesa una vez que el programa se ha emitido y se enfoca en el siguiente programa o es valorable la existencia del archivo, aunque sea, como material de perfeccionamiento y estudio de estilo?

Por supuesto que es valorable la existencia del archivo. Respondemos a esta pregunta con una frase del propio  Narciso Ibáñez Serrador y que su hijo Alejandro Ibáñez sigue aplicando como una máxima en su trabajo diario en  Prointel: "‘Si no sabemos de dónde venimos... ¿podemos saber a dónde vamos?, nuestra obligación es mirar, revisar y sobre todo aprender. Aprender de todos y de todo, de lo bueno y sobre todo de lo malo".

En Argentina, Mañana puede ser verdad estuvo precedida de tres temporadas de Obras maestras del terror. En España, Mañana puede ser verdad sirvió de precedente a Historias para no dormir, dándose el paso opuesto, de la ciencia ficción se pasó al terror (y ese género fue el elegido por Chicho Ibáñez Serrador a la hora de incursionar como realizador cinematográfico). ¿Fue la Televisión Española un ámbito más fértil para el género terrorífico?

En la España de 1963 el género de terror y ciencia ficción no se había tocado mucho y Narciso Ibáñez Serrador se dio cuenta  en los primeros programas de Estudio 3 que los que más éxito tenían eran los que estremecían o descolocaban al espectador. La decisión era sencilla, Ibáñez Serrador siempre ha sido consciente de que su trabajo era entretener, y también ha tenido siempre un buen olfato para ofrecer al público lo que éste demandaba. Para Ibáñez Serrador contar con la atención del público que dedicase su tiempo a ver sus obras, fue un enorme privilegio, pero también una enorme responsabilidad de no defraudarles. Por eso siempre ha sido tan inconformista y tan exigente consigo mismo.

Efectivamente Mañana puede ser verdad  fue el precedente en España de Historias para no dormir que en su emisión en TVE en 1966 supuso todo un avance en la narrativa televisiva de nuestro país, ya que por primera vez se aborda el género de terror, que antes no había sido tratado en televisión en España. Fue un rotundo éxito y hoy día se ha convertido en una serie de culto. Además la mítica serie supuso la consagración de Narciso Ibáñez Serrador en España.

Vista en retrospectiva, en aquellos años, la carrera de Narciso Ibáñez Menta y también de Chicho Ibáñez Serrador, trabajando en la TV argentina durante varias temporadas y luego emigrando a la TV española, parece replicar la de sus padres y abuelos, artistas nómades que actuaron en los teatros de toda España, Marruecos, Cuba y también Argentina. ¿Tuvo que ver esta predisposición del público televidente español al fantástico y especialmente al terror con el afincamiento de Chicho en España?

La causa de que Ibáñez Serrador se estableciera en España fue más bien debida al trabajo. Chicho abandona Buenos Aires rumbo a Madrid en 1963 por la suspensión de pagos en Canal 7 de la televisión argentina. Tanto Narciso Ibáñez Menta como él habían invertido todo su dinero en Mañana puede ser verdad y el éxito parecía asegurado pero toda la inversión se fue al traste, Canal 7 no tenía fondos, el peso se devaluaba y la vida en Argentina ya no era tan placentera.

Y precisamente esta cinta fue su carta de presentación a TVE. Cuando llegó a Madrid en 1963 empezó a trabajar en el teatro y al poco tiempo en televisión y luego en el cine, y no pudo parar durante 40 años. Él se siente muy afortunado por ello y está lleno de agradecimiento al espectador que le ha dejado trabajar todo ese tiempo...

Mañana puede ser verdad

Por último, una incógnita que nos desvela hace décadas. Creemos que como protagonista y director, ¿Es usted el asesino? fue el primer éxito televisivo propio de Narciso Ibáñez Menta en España. En los títulos de crédito figura un tal "León Cotanda" como responsable de la adaptación; los teóricos y estudiosos se debaten sin esperanza o soluciones. ¿Quién fue este "León Cotanda"? ¿Algún seudónimo de Chicho Ibañez Serrador? ¿O del propio Narciso Ibáñez Menta?

Esta pregunta se la hemos hecho al propio Chicho y aquí transcribimos su respuesta tal cual: "Este dato solo lo conocen unas pocas personas cercanas a mi... León Cotanda [mira por encima de las gafas] es un misterio y lo divertido de los misterios es que sigan siéndolo".

Muchas gracias al equipo de Prointel: a Alejandro Ibáñez, a Carlos Urrutia, a Loreto Pérez Jiménez por coordinar la entrevista y a nuestro admirado Chicho, por prestarnos su tiempo y tocar temas que apasionan y apasionarán a todos los amantes del género de ambas márgenes del Océano.