Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 8666)
Fecha de publicación: Abril de 2001

Mis adorados desconocidos

Una reseña de algunos filmes de fantásticos y de ciencia ficción que se han visto relegados al olvido producidos entre 1893 y 1951.

José Miguel Pallarés



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Artículo publicado en el sitio www.dreamers.com

Con este artículo, totalmente subjetivo, sólo pretendo dar a conocer algunas películas de Ciencia Ficción, verdaderos hitos de creatividad e inventiva, que no merecen caer en el olvido. Para evitar aburriros me limitaré a algunos comentarios, un entremés para abrir vuestro apetito, para que os pique la curiosidad y debáis luchar para haceros con ellas. Estos films forman parte de mis monstruos más queridos, de mis "adorados desconocidos"

Imagen de L'Éclipse du soleilen pleine lune (1907)En 1893 el francés Georges Méliès (1861-1938), un mago del engaño fotográfico y la animación, rodó la primera película del género "La luna a un metro" ("Le reve d’un astronome, ou la Lune a un metre"). La revolución industrial se halla en todo su apogeo. Dos años antes el ingeniero alemán Otto Lilienthan había inciado los primeros vuelos en planeador y el año anterior un tal Rudolph Diesel había presentado en sociedad el famoso motor que hoy lleva su nombre. Pese a realizar varios cortos fantásticos y de CF. Méliès ha pasado a la historia por su mítica "Viaje a la luna" (1902) inspirada en el éxito del primer vuelo de un Zeppelin. Nunca catorce minutos han reportado tanta fama. Pero dado que autor y obra son sobradamente conocidos ahorraré reiteraciones estériles.

Desde 1893 hasta 1951 existen media docena de películas absolutamente cojonudas. Puede que no resulten tan impactantes como en la actualidad pero esos maestros nos aventajaron claramente en dos cosas: además de crear un género, hicieron este viaje, tachonado de dificultades por las limitaciones técnicas) "inventado" nuevos trucos para hacerlo verosímil y, encima, las historias narradas eran sólidas, de alta calidad. Uno hecha de menos ese oficio de artesano enamorado de su obra y creatividad en los films actuales (muchas virguerías infográficas y poco nutriente).

Dentro del denominado "periodo silente" la Ciencia Ficción no se rezagó. De la época del cine mudo (hasta 1927) descollan tres grandes títulos: Metrópolis, la soviética "Aelita" y Himmelskibet (de origen danés),

"Aelita" (1924) se basa en una novela de Tolstoi (palabras mayores). En tres cuartos de hora el director soviético Jacob Protazanov narra el primer intento coherente de la CF soviética. La película es deliciosa pese a su final "cobarde". "Aelita" no despega, no hay agallas por parte de los guionistas (Fyodor Otzep y Alexei Falko) para llegar hasta la afirmación de la CF. Pero ya llegaremos a eso más tarde.

Pese a la fama de "Metrópolis" yo me quedaré siempre con "Aelita". En el fondo son dos versiones de un tema. La cara y la cruz. En sus virtudes y defectos gana la producción rusa. En ambos casos el gran defecto es, curiosamente, cómo ambos directores (Lang y Protazanov) cierran sus notorias películas. Si algo me jode profundamente es el final de "Metrópolis" y su "entente cordiale" entre el capital y los trabajadores. "Aelita", impecable, no es capaz de reconocer lo que narra como tal, desnudo, debe ser justificado y explicado dentro de ese "realismo ruso". El libro, por el contrario, resulta muchísimo más valiente y contundente. En él la revolución en Marte fracasa y los personajes se hallan magníficamente construidos. El brillante film de Protazanov debe ser "políticamente correcto" o atenerse a las consecuencias. A nadie le apetecía ir a visitar las "idílicas" tierras de Siberia. Pese a todo estamos ante tres cuartos de hora de cine de calidad. Es cine mudo, la interpretación posee la exageración exigida por la mordaza política y los guionistas responden satisfactoriamente. De todos modos, quiero agregar algo: esta comparación es puramente teórica. "Aelita" se estrenó dos años antes que "Metrópolis"

Nikolai Tserectelli interpreta al científico Los, un tipo tan genial como celoso. Nos hallamos ante un celoso patológico escapado de la novela. Los y sus ayudantes intentan construir una nave espacial que pueda llevarlos al espacio. Y, en esa titánica impresa, la radio del centro de investigación capta un mensaje que, tras diversos cálculos, suponen procede de Marte. Tserectelli realiza una interpretación al uso, que responde a ese tipo de histrionismo que debe suplir la ausencia de sonido mas, a mi parecer, se equivoca en la parte fantástica aunque la parte donde se libera de su rigidez y saca al citado "celoso patológico" su personaje sube puntos. Su interpretación resulta de notable alto.

Una imagen de Metrópolis nocturnaYulia Solntseva da vida a la despótica reina de Marte, Aelita. Pese al blanco y negro y los "tics" propios de la época, Aelita es una de esas mujeres "protagonistas", con bastante mala hostia. La actriz que encarna a la despótica gobernante de Marte, Solntseva, barre del mapa al resto del reparto. Desde luego ha legado contención, habilidad para valerse de la rigidez del film sin sonido para mejorar su personaje y ofrece a este peliculón un par de sonrisas bien bordes, de ésas que calan.

Los guionistas empiezan a introducir los elementos que no encajan en los patrones de la realidad con talento y mucho cuidado, que desatan la pesadilla. Se genera una interesante tensión realidad-sueño. Por un lado, Aelita se haya en posesión de una peculiar máquina –algo así como los primeros videos- que le permite ver cuanto ocurre en la Tierra. Y Los, el científico terrestre, empieza a tener una desasosegante sensación: se nota vigilado literalmente por la reina de Marte en todo momento hasta cuando hace el amor con su mujer Natacha (un rostro muy "potito" que representa la "nueva mujer rusa"), papel atribuido a la siempre anodina Valentina Khiunzi cuya participación es (afortunadamente para la película) casi tan nula como sus dotes interpretativas.

Los, se siente permanente perseguido y vigilado hasta que cede a la locura de tan perenne espionaje y, en un ataque de celos, termina por matar a su esposa y camarada: Natacha. Si el terrestre se ha convertido en un parricida y tiene problemas, la magnética reina de Marte (que, por supuesto, tiene forma humana) no le va a la zaga pues empieza a experimentar el malestar con que sus súbditos reaccionan a su despótico gobierno.

Los y Gusev, su mejor ayudante (un secundario de lujo: Igor Illinsky), se trasladan a Marte. La bella Aelita fascina (los tiranos siempre tienen un lado oscuro y magnético que aquí se refleja muy bien) a Los. Pero nuestro buen Gusev, como un sosias de Lenin, es un "camarada" concienzudo cuya única obsesión es incitar a los marcianos a la rebelión.

Decepción: todo es una pesadilla de Los. El hecho de resultar incapaz de rematar del mismo modo que su modelo literario, no desmerece en absoluto a este recomendable film.

"Mandrágora" (Alraune, 1928) es una de las muchas adaptaciones del mito alemán de la mandrágora. La productora alemana UFA (Universum Film, A.G.), tras el éxito y prestigio obtenidos por "Metrópolis", vuelve a la carga con otra pieza maestra. La mandrágora es una planta ("alraune" en alemán) mágica pero el director y guionista Henrik Galeen introduce, de golpe, dos elementos básicos: el continuismo propio de un elemento literario y una novedosa aportación sugerida por el escritor Hans Heinz Ewers, aquí la mandrágora surgirá de la inseminación artificial.

El profesor Strong (interpretado por Paul Wegener) tiene una obsesión (si, amigos, el científico loco ataca de nuevo): ¿el criminal nace o se hace? Si despeja la incógnita de su ecuación estará en condiciones de corregir o paliar esa situación. Tras comerse el tarro varios años ha decidido qué experimento puede proporcionarle la respuesta a sus preguntas: insemina con éxito a una prostituta con el semen de un criminal recientemente ajusticiado. ¡Bingo! Han acertado: es niña.

Y, tachán, aparece Brigitte Helm (la mujer robot de "Metrópolis") jugando su rol de malvada. UFA, la productora, estuvo encantada pues huboo algunas dudas sobre cómo sería acogida su interpretación tras el papel en "Metrópolis". Y ella vio una oportunidad de lucimiento (son muy destacables los planos de cómo conduce al suicidio al muchacho) La película le ofrece un papel mucho mayor para su lucimiento y lo aprovecha. La crítica de la época acoge su interpretación muy favorablemente.

Brigitte Helm, tal y como aparecía en METRÓPOLISNuestra protagonista es borde desde el principio. Cruel y sin escrúpulos deja un rastro de maldad por donde quiera que va atrayendo, merced a su belleza irresistible, a los hombres. Tras seducirlos los lleva a su perdición. La "mujer fatal" en la CF nace aquí.

Mandrágora acaba por descubrir su origen "artificial" e, inmediatamente, busca a su creador. El profesor Strong es víctima de su criatura, también él es seducido para, posteriormente, ser humillado despiadadamente.

A diferencia de las versiones más coherentes con el mito, en la película el amor triunfa y, paulatinamente, su corazón se hace realmente humano suponiendo el triunfo del amor. All you need is love. Al ya menos joven Hitler, según dicen, le encantó, pero claro él se fijaba exclusivamente en el determinismo genético. Creo que Lennon y él tenían poco en común.

Comedia musical simpática e intrascendente, pero golosa y entretenida es el film americano "Just Imagine" (1930) producida por la 20th. Fox y dirigida por David Butler, entre nosotros fue estrenada con el título "Una fantasía del porvenir". El dicho italiano: "tradutore, traidore" es una verdad como un piano. La historia es una chorrada descabellada y enormemente entretenida en la que te ríes a gusto, disfrutas con unos decorados que engalanan la obra (serán la referencia obligada durante tres décadas para el New York del futuro) y la catalogan como propio del género. Al ciudadano "Simple 0" le cae un rayo en los años treinta y permanece dormido cincuenta años. Despierta en los ochenta y se involucra en una disputa amorosa entre J-21 (John Garrick) y MT-3 (Kenneth Thompson) que pugnan por la mano de la bella LN-18 (Maureen O’Sullivan). Ambos elevan al gobierno la petición de mano y la ley decide que LN-18 debe casarse con MT-3 pese a que ella está enamorada de J-21. Este alucinante viaje de absurdos parece culminar cuando el gobierno se muestra dispuesto a permitir que LN-18 se case con J-21 si acomete una hazaña que les demuestre que están equivocados.

Y, como diría nuestro amigo Arnie Schwarzenegger (el terror de los linotipistas) en "Total Recall": "Mueve el culo hacia Marte". Y aquí sigues alucinando pues los cuatro guionistas se superan en cada disparate tan absurdo como divertido. Tras llegar al planeta rojo con su cohete espacial toman contacto con los marcianos. El Marte que Simple 0 y J-21 se halla habitado por parejas de marcianos. En cada pareja hay un humano y un marciano. El uno es la hermana Teresa de Calcuta y el otro Saddam Hussein. Ahí está lo fácil. Lo difícil es acertar.

Lo demás, como siempre: ganan los buenos y los enamorados pueden casarse. Sus 113 minutos impiden más "divertimentos" por parte de los guionistas Ray Henderson, DeSylva, Lew Brown y el propio director. Parece uno de esos guiones escritos al borde del coma etílico pero estoy seguro que se disfrutaron. De ese film absurdo nos queda el carácter con que se nos presenta la década de los 80 vista en los años 30 (la escena del menú del día o la de una pareja eligiendo a su niño en una tienda y luego les entregan el niño) y, vuelvo a insistir los decorados (que influirán en las películas posteriores) de esa New York futurista. La parte musical, pese a la labor de Kay, no obtiene todo el jugo que uno pudiera esperar pero no entorpece el ritmo de la película.

Cartel publicitario de ¡ORO!"¡Oro!" (1934) es otra nueva incursión de la productora UFA en el género que con ochenta minutos consagran el mito del científico loco. Retoma el tema medieval de la piedra filosofal. Esta vez es un espectacular y revolucionario invento capaz de transformar en oro el agua. Un demente aristócrata inglés asesina a un honesto científico alemán (se han fijado en la fecha, ¿no?) con el perverso propósito de dominar el mundo de las finanzas. La película va de eso, del dominio de una máquina capaz de fisionar el átomo y hacerse rico.

El laboratorio subterráneo (al que sólo puede accederse por ascensor) constituye un decorado impresionante. Al final aquella ciclópea obra jamás será disfrutada por nadie pues el Atlántico lo devorará en un impresionante clímax final que os acabo de reventar. Si queréis buscar cómo fijar un personaje cliché, ésta es vuestra película. Y sólo son ochenta minutos. Dirigió Karl Hartl y entre los intérpretes encontramos a Brigitte Helm. Casi todos los laboratorios de científicos locos nacen de esta película, lo cual no es poco mérito.

El tema de la "reducción" ha sido tratado, corrijo, maltratado una y otra vez por el cine. Convertir a alguien en pitufo me parece estupendo cuando se trata de una película corta (79 minutos) y llena de mala leche. "The devil doll" (1936), estrenada en castellano con el título de "Muñecos infernales", es una producción de la Metro dirigida por Tod Browning basándose en la novela de Abraham Merrit "Burn,Witch, Burn" ("Arde,bruja, arde" es localizable todavía en nuestras librerías dentro de la fallecida colección "Última Thule, de Anaya).

Paul Lavond (interpretado por Lionel Barrymore) tiene como compañero del celda a Marcel (Henry B. Walthall). La prisión no es el peor sitio del mundo aunque hayas sido banquero y tus socios te la han jugado si encuentras a un tipo que te revela que su mujer y él han descubierto la fórmula para reducir de tamaño a los seres humanos.

Marcel y señora han ideado este remedio para remediar la superpoblación. Nos convierten a todos en enanos y se reducen drásticamente las necesidades porque los recursos son los mismos. ¡Vamos, que son los pioneros de las ONGs pero sin unas cuantas tuercas! El hambre del mundo solventado.

Tras evadirse (¿alguno lo dudaba?) nuestros muchachos acuden a casa de Marcel. Lavond obtiene el método para empequeñecer la talla humana. En cuanto le ha cogido el tranquillo al asunto decide disfrazarse y adopta la apariencia de una angelical ancianita (Madame Mandelip) regentando una inocente tienda de muñecas.

Así podrá realizar su venganza y se dedica a convertir en enanos a sus enemigos, logrando reunir a un numeroso grupo de muñecos humanos que deberán servirle fielmente.

1951 ofreció una cosecha excepcional: "Cuando los mundos chocan", "El enigma de otro mundo" (La cosa) y "Ultimátum a la tierra". Sin embargo, yo (para fastidiar más que nada) he preferido centrarme en una obra muy peculiar producida por los estudios Columbia: "Five" (Cinco). Arch Oboler, director, guionista y productor (probablemente también preparía los cafés) traza un estudio sicológico sobre el día posterior a la Tercera Guerra Mundial. Cinco son los supervivientes a la última guerra, cinco tipos enloqueciendo progresivamente. En su momento supuso un impacto relativamente influyente y se le debe reconocer el mérito de ser la semilla de la que brotarían otros films más acabados y perfectos. La interpretación es correcta, cada actor asume muy bien su personaje-tipo y eso facilita sustancialmente la digestión del film.

Barnstaple (Earl Lee) decide largarse porque ya no aguanta más. Eric (James Anderson), aventurero, alpinista y un racista de los toda la vida, no puede soportar la convivencia con un negro (el operador de ascensor Charles (Charles Lampkin) y obra en consecuencia: se lo carga. Luego, arrepentido, lo arregla y se suicida. Sólo quedan un idealista Michael (William Phipps) y Rosanne (Susan Douglas) quienes deberán emprender el camino de salir a flote superando las miserias y mezquindades. Su valor, como dije antes, radica sobre todo en que abre el camino para obras de más enjundia.

Fichas técnicas:

-Aelita. Título original: "Aelita".Año: 1924. Nacionalidad: URSS. Director: Jacob Protazanov. Guión: Fydor Otzaep y Alexei Faiko. Fotografía: Yuri Zhelauz y Schonemman. Diseños: Sergei Kozlovski, Alexandra Exter, Isaac Rainovich y Simov. Duración: 45 minutos. Productora: Mezharabpom. Intérpretes: Nikolai Tserectelli, Valentina Kiunzhi, Igor Illinsky y Yulia Solntseva. Cine mudo.

-Mandrágora. Título original: "Alraune".Año 1928. Nacionalidad: Alemania. Director y guionista: Henrik Galeen. Fotografía: Franz Hellbronner. Intérpretes: Paul Wegener, Brigitte Helm, Iván Petrovitch y Alexander Sascha. Productora: UFA. Blanco y negro.

-Una fantasía del porvenir. Título original: "Just Imagine". Año 1930. Nacionalidad: norteamericana. Guionistas: Ray Henderson, B. C. DeSylva, Brown y David Butler. Excepto el último ellos mismos compondría música y letra de las canciones.Director: David Butler. Director musical: Arthur Kay. Fotografía: Ernest Palmer. Duración: 113 minutos. Productora: 20th Fox. Intérpretes: El Brendel, John Garrick, Kenneth Thompson, Maureen O’Sullivan, Mischa Auer, Ivan Lino, Marjorie White, Hobart Bosworth.

-¡Oro! Título original: Gold! Nacionalidad: Alemana. Año 1934. Director: Karl Hartl. Guión: Rolf E. Vanloo. Fotografía: Gunther Tittau, Otto Beacker y Werner Bohne. Música: Hans-Otto Borgmann. Duración: 80 minutos aproximadamente. Diseñador del laboratorio: Otto Hunte. Productora: UFA. Intérpretes: Hans Albers, Brigitte Helm, Lien Deyers, Michael Bohnen y Friederich Kaysslerr.

-Muñecos infernales. Título original The Devil Doll. Nacionalidad: norteamericana. Año 1936. Director: Tod Browning. Guión: Tod Browning, Garrett Fort, Guy Endore y Erich von Stroheim. Fotografía: Leonard Smith. Diseñador: Cedric Gibbons. Música: Franz Waxman. Productora: MGM. Actores: Lionel Barrymore, Henry B. Walthall, Maureen O?Sullivan, Lucy Beaumont, Rafaela Ottiano y Frank Lawton.

-"Cinco". Título original: Five. Año 1941. Nacionalidad: norteamericana. Director, guionista y productor: Arch Oboler. Fotografía y asistentes de producción: Sid Lubow, Ed Spiegel, Lou Soumen y Arthur Serdloff. Productora: Columbia. Duración: 93 minutos. Intérpretes: William Phipps, Earl Lee, Charles Lampkin, Susan Douglas y James Anderson.

Para aficionados al género que deseen profundizar en el cine de Ciencia Ficción resulta muy aconsejable el impecable libro de Pablo Herranz, publicado por la Editorial Middons y titulado "Rumbo al infinito" recopilando las 50 películas más interesantes. Ninguna de estas seis ha merecido su atención. Simplemente he tratado de añadir seis títulos clave en la génesis del cine de la Ciencia Ficción, títulos que inventaron todo y no han logrado su lugar bajo el sol de la historia. Mi único propósito ha sido ofrecer un complemento a todos los amigos de THE DREAMERS.