Terror Universal
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Seccion: Películas (Lecturas: 22773)
Fecha de publicación: Marzo de 2007

La Novia de Frankenstein: la criatura que todos llevamos dentro

A partir de la famosa película de James Whale, echamos un vistazo a las costuras y rizos electrizados de Elsa Lanchester.

Fabián Cepeda



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Pocas imágenes cinematográficas son tan memorables como la definitiva de THE BRIDE OF FRANKENSTEIN (La novia de Frankenstein-1935): cuando, inesperadamente, una criatura salvaje, grotesca pero atractiva a la vez, rechaza al monstruo de Frankenstein emitiendo un sórdido graznido, estamos en presencia de una contundente imagen que ha quedado congelada en la memoria de todo fanático del género. A la vez, fue éste el papel que la valió a la actriz Elsa Lanchester su inmortalidad en el celuloide.

Esta película fue la primer secuela de la taquillera FRANKENSTEIN (Íd.-1931), y, nuevamente bajo la dirección de James Whale, tanto el original monstruo, Boris Karloff como Colin clive en el rol del doctor repitieron sus papeles anteriores. Pero ¿quién sería la novia de la criatura? Desechando nombres famosos, Whale personalmente eligió a la británica Elsa Lanchester, con quien había trabajado en sus primeros pasos del teatro inglés.


Elsa Lanchester, al natural y como Mary Shelley

Lanchester, casada con el astro inglés Charles Laughton, había coprotagonizado con su esposo varios éxitos cinematográficos en su Inglaterra natal, y el ser llevados a Hollywood les permitió probar suerte en la Meca del Cine. La Universal, productora del film, quedó impactada por el extraño look de la experimentada actriz, y le otorgó el rol que sería el más importante de su carrera. Whale convenció a los productores que la elección era certera, y no solamente le dió el rol de la supuesta pareja del monstruo, sino que también la hizo interpretar a Mary Shelley, la verdadera autora del libro original, ya que en su visión él creyó que debía mostrar que existía un fuerte lazo común entre la escritora y la criatura que había imaginado. Y para aumentar el suspenso, Whale decidió no acreditar en el comienzo de la película a su estrella, colocando un signo de interrogación para el crédito de la criatura.


Elsa Lanchester, la Novia del Monstruo

En el comienzo de la celebrada película, el director imaginó una escena en la que se veía a Lord Byron (el actor Gavin Gordon), en animada charla con los esposos Shelley, Percy (protagonizado por Douglas Walton) y Mary (la ya citada Lanchester). Los tres discuten acerca de por qué la escritora pareciera haber dado un abrupto final a su libro original, a lo que ella responde que la saga continúa, dando así pie al desarrollo de la secuela. Whale insistió en lograr que la actriz interpretara ambos roles, con el objeto de demostrar, a través de esa ambigüedad, la existencia de un supuesto "monstruo" dentro de cada uno de nosotros. Aunque mostraba al papel de la escritora como frágil y asustadiza, luego nos clarificaba que detrás de esta endeble fachada existía una mente capaz de concebir a un horrible monstruo.


Una novia con costuras (pero no en el traje)

Para personificar a la criatura, la actriz debió soportar largas y tediosas horas de labor, vendada de pies a cabeza. Y una vez que el vendaje se removía, su trabajo de "la novia" se mostraba en todo su esplendor, ante la mirada atónita de los presentes, incluído su supuesta futura pareja. El maquillaje, creado por el experto Jack Pierce (también autor del make-up del propio monstruo de Frankenstein, así como los de la momia y el hombre lobo de otras películas), fue todo un hallazgo: luego de largas jornadas de trabajo, emergía el rostro de una mujer palidísima, de mirada profunda, con un aún hoy famoso peinado terminado en punta, de cabello renegrido surcado por listones blancos. Aunque esta criatura aparece en los últimos minutos de la película, su presencia causa tal impacto que bien vale la espera del desarrollo.

THE BRIDE OF FRANKENSTEIN fue filmada en poco más de un mes, utilizando un presupuesto de casi $ 400.000. La meticulosidad del director James Whale, a la que se sumó un electrizante fondo musical de Franz Waxman, logró su cometido, y la película se convirtió en un inmediato éxito de taquilla.

Originalmente titulada como EL RETORNO DE FRANKENSTEIN, la película fue duramente criticada en un principio, por permitir que el monstruo (Karloff) dialogara, algo que no hacía en el film inicial. Pero el desarrollo de la historia en sí y la presencia de situaciones inesperadas y personajes interesantes y desiguales (como el de la actriz Una O'Connor, interpretando a la chismosa y extremista Minnie) pergueñaron una historia entretenida, que transformaron al elemento criticado en simplemente un detalle más.

Mientras que la película presenta toques de innegable brillantez y momentos de exquisita originalidad y profunda emoción, también abunda en situaciones forzadas y poco creíbles, lo cual a veces aleja al espectador del nudo de la historia, recordándole, al fin y al cabo, que esta cruenta historia gótica no es más que una buena y lograda película.