Terror Universal
E mail Nombre

Seccion: Efectos Especiales (Lecturas: 8)
Fecha de publicación: Noviembre de 2005

Caracterización cinematográfica de Drácula

Los secretos del maquillaje de Bela Lugosi en su memorable interpretación de Drácula.

Sara Rodríguez Mata



Registro de marcas

Bookmark and Share

Jack Pierce en acción, sobre el rostro de Glenn StrangeSi el trabajo de efectos especiales está muy ligado a las películas de fantaterror, no lo es menos el del maquillaje y la caracterización. Como podemos comprobar a través de las transformaciones de Boris Karloff, Bela Lugosi y otros muchos, la labor de los maquilladores fue de vital importancia.

En lo concerniente al maquillaje en el cine, la experiencia y la cultura teatral de poco sirvió al cine, ya que la dimensión de la pantalla cinematográfica y los primeros planos, hicieron necesario el estudio de un nuevo método para impregnar de mayor realismo el maquillaje de los actores. La dificultad era mayor cuando por exigencias del guión, los actores debían aparecer más viejos o con caracterizaciones de monstruos, vampiros, licántropos, etc. Estos extraños seres inspiraron la creatividad de los maquilladores de entonces, los cuales tuvieron que buscar otros métodos, hasta entonces desconocidos, para poder realizar las caracterizaciones. La consecuencia de todo lo anterior fue que comenzaron a aparecer una "estirpe" de maquilladores que consiguieron hacerse muy famosos.

Sin duda alguna Tod Browning fue quien más brilló como director de películas de este género. Demostró su talento dirigiendo en varias ocasiones al gran actor Lon Chaney, pionero del género y maestro en el arte del maquillaje. Para el escritor Pere Gimferer, Bela Lugosi componía un Drácula de suprema elegancia y refinamiento. El terror que inspiraba era más intelectual que físico; provenía principalmente de la intensidad de su mirada y de su rostro casi impasible, empolvado y cadavérico. De todos los vampiros del cine, Lugosi es sin duda el que ha dado muestras de mejor gusto y ha renunciado más completamente a toda clase de efectismos. El Drácula de Browning-Lugosi no exhibía sus colmillos, no mostraba la sangre vertida, ni siquiera recurría al espectacular maquillaje de Nosferatu (1922) de F.W. Murnau.

Bela Lugosi a cara lavadaLa casa Max Factor sacó un producto especial de sangre artificial que era utilizado por los maquilladores de películas de vampiros. El nombre era "Theatrical Technicolor blood special light" y se comercializaba en un frasco de 225 c.c. También los transplantes y prótesis fueron ampliamente utilizados por la ciencia ficción. Peter Lorre ya efectuó un transplante de manos en Las Manos de Orlac (Mad Love, 1932) de Karl Freund y en The face behind the mask (1941) de Robert Florey, se cubrió el rostro quemado con una máscara de cera.

Edgar Lander en "Bela Lugosi, Biografía de una Metamorfosis" (1987, Ed. Anagrama) dice lo siguiente a cerca de la fisiología del Drácula de Lugosi: "El perfil del rostro es regular, a excepción de la barbilla un tanto prominente; las facciones son suaves (con el paso de los años se harán pesadas, hinchadas), los labios gruesos y muy colorados; la nariz, ancha, tiene agujeros espaciosos, el ojo es negro, la mirada algo tenebrosa y oscura los cabellos son lisos y negrísimos. Una débil sombra violeta encima de los labios es la única huella de los bigotes a lo húngaro, es decir, hacia arriba, que ha debido afeitar para no parecer anacrónico en el escenario." Fixateur (fijador) se llamaba el cosmético que en aquellos años se utilizaba para mantener tiesos los bigotes.

Lugosi ya caracterizado como vampiroEl vampiro es la proyección material y viviente de un muerto. [...] Se aparta del fondo del ataúd y aflora a la superficie más hinchado y nutrido que cuando se había introducido en él. Sus cabellos superan el cuello de la camisa y las uñas de las manos y de los pies también han crecido desmesuradamente; los miembros presentan, en general, una flexibilidad extraordinaria. Sin duda, Bela Lugosi es el responsable del nuevo look del vampiro creado por Bram Stoker. En el libro el autor lo describe « negro de pies a cabeza, sin una sola nota de color en toda su persona». Lugosi aparece ante la pantalla con un frac, camisa blanca con botones de madreperla, pañuelo que asoma por el bolsillo y con una pajarita al cuello. Además, a Lugosi le brillan los zapatos y el pelo.

En cuanto al maquillaje, Lugosi aparece sobrio: el rostro, maquillado con una base de color verde-gris; las cejas se marcan con negro; los ojos se perfilan para parecer más profundos y penetrantes y los labios se colorean de rojo muy oscuro y logra prescindir de los falsos colmillos. Para finalizar, el "siniestro brillo de los ojos" lo conseguía haciendo converger la luz por medio de dos pequeños agujeros practicados en un trozo de madera.