Terror Universal
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Seccion: Entrevistas (Lecturas: 10525)
Fecha de publicación: Abril de 2004

Entrevista a Pedro Temboury

Entrevista con una de las más importantes promesas del nuevo cine español, discípulo de Jesús Franco.

Sara Rodríguez Mata



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Karate a Muerte en TorremolinosNombrar a Pedro Temboury significa hablar de uno de los referentes del joven cine español con más proyección y futuro. Con Kárate a muerte en Torremolinos ha demostrado que en el siglo XXI todavía se puede hacer cine con poco dinero. Además, Pedro Temboury es el gran continuador de toda una filosofía y un género cinematográfico: el cine casposo y el cine de Jesús Franco. Ha tenido la suerte de trabajar como ayudante de dirección y producción en varias películas del tío Jess, y eso, además de imprimir carácter, es todo un lujo.

Terror Universal contactó con él y en esta entrevista pudimos conocer cuáles son las inquietudes de este joven director.

Loco, ingenioso, simpático, derrocha energía...Y lo más importante, demuestra que lo que el interesa es hacer cine. En definitiva, contar sus historias.

Su obra prima, Kárate a muerte en Torremolinos, fue considerada por Cinemanía, la peor película de la historia del cine español. Todo un orgullo, que viene a demostrar que hasta las peores críticas, pueden ser la mejor carta de presentación.

Quedamos el 28 de diciembre de 2003, y a pesar de ser el día de los Inocentes, no me gastó ninguna broma, ni me dio plantón. El mejor lugar para esta entrevista no pudo ser otro que la Plaza de la Merced, justo en frente de la casa de Picasso.

Sara: Bueno, Pedro, vamos a empezar hablando de ti, aunque todo va a ser sobre ti... Dicen que eres el joven prodigio del cine español y que eres el continuador de Jesús Franco. Eso es un elogio en toda regla, ¿no?

Pedro: Para mí, verdaderamente, que se me compare a Jesús Franco, el cual es una de las personas por las que yo verdaderamente he empezado a hacer cine y un poco ha empezado mi afición por el cine de serie B, pues para mí es un gran, gran halago. Siempre hay gente que Jesús Franco le parece un director más que nada de serie B y un poco encasillable, para mí es todo un placer parecerme a un director que ha sabido hacer, al menos de las 170 películas que ha hecho, como mínimo 15 o 20 películas de género que son fundamentales en la historia del cine en España. Y, que se diga que me parezco a él o que más o menos sigo sus enseñanzas con nota, para mí es un honor. Claro que sí.

Sara: Después de hacer varios cortometrajes, por fin, en el año 2000, te lanzas y haces Kárate a muerte en Torremolinos, además con un presupuesto ínfimo de 1 millón de pesetas, en Málaga y en 2 semanas. ¿Eso cómo se hace?

Pedro: Yo desde siempre he hecho cortometrajes muy en plan serie B, con dos duros, contando con mis amigos, contando con apoyos muy puntuales y en cierta manera empecé a hacer cine así. También estuve de ayudante de dirección de Jesús Franco y fui jefe de producción en 5 largometrajes suyos, más o menos no es que te dé la enseñanza, pero sí que te da el valor para lanzarte ahí. Yo, la verdad, es que gracias a Jesús Franco y a esa experiencia anterior con los cortometrajes que he hecho con mínimo presupuesto, fue posible lanzarme y hacer esa primera película con 1 millón de pesetas, rodada en 12 días y con amigos.

Sara: ¿Y cómo era esa relación con Jesús Franco?

Pedro: Jesús Franco es un gran profesional y como gran profesional que es, es muy estricto, es muy exigente en todo lo que pide. Aunque ruede con poco presupuesto, él intenta sacar lo máximo de ese ínfimo presupuesto que tiene (en otras películas contó con más dinero). En las películas en las que yo trabajé con él, los presupuestos eran muy limitados y eso requería que él estuviera encima del equipo, que fuera muy exigente con nosotros, y para nosotros que estábamos empezando a meternos en el mundo profesional, fue una gran alegría porque él no es la típica persona complaciente, sino que siempre intenta exigirte un poco más y no gratuitamente sino porque tiene razón: siempre se puede hacer mejor y tampoco el dinero es una condición sine qua non para que las cosas salgan mejor. Hay que echarle más ingenio y más imaginación a la hora de producir con poco dinero que con mucho dinero. Entonces, Jesús Franco, en ese sentido, era una persona muy dura a la hora de rodar con él, pero con toda la razón porque para hacer una película con poco dinero hay que tener los pies en la tierra.

Sara: ¿Por qué elegiste Torremolinos para rodar esta película?

Pedro: En mi caso Torremolinos es una ciudad muy cercana. Yo soy malagueño y para mí Torremolinos es una ciudad emblemática por lo que fue en los años 60, por toda la iconografía pop de España, incluso más que Benidorm. Es un enclave situado en una época, con una memoria colectiva y es muy fácilmente definible. Y qué mejor que hacer una película ambientada en una localidad que toda España conocía y que siempre ha estado relacionada con “la caspa”. La caspa es el cine que a mí me gusta. En palabras de Jesús Franco, son películas hechas con poco dinero y sin avergonzarse de ello. Y ese era el sentido. Hacer una película enclavada en Torremolinos, y que no sólo Torremolinos sea una localidad sino que represente el espíritu de la película.

Sara: Además, la realización fue muy vertiginosa: rodasteis en dos semanas y la postproducción fue en una semana. Una película que se hizo tan solo en tres semanas... ¿Aparecieron después dudas sobre si habías hecho un buen trabajo?

«Mis referentes son Jesús Franco, Ed Wood, Los Ramones y para muchos críticos musicales, los Ramones han sido uno de los peores grupos musicales porque tocaban con cuatro acordes. Jesús Franco ha sido uno de los peores directores españoles porque ha rodado películas con dos duros y con muchas carencias. Eso es lo que yo admiro...»

Pedro: Sí, totalmente. El germen de Kárate a muerte era el querer hacer una película antes de cumplir los treinta o justo al cumplir los treinta porque la industria ahora mismo te impide mucho rodar justo cuando tú quieres rodar, y por eso preferí hacer una película con poco dinero, pero en el momento que yo quería. En ese sentido, sí que te impide mucho, en un momento dado, decir “podría haber quedado mucho mejor, si hubiera tenido tiempo de trabajar con los actores...” Pero ahí está. De todas formas, Kárate a muerte ha sido un experimento cinematográfico de cómo hacer una película en el menor tiempo posible. Ha sido una película experimento porque nos preguntábamos si lo que estábamos rodando iba a salir bien o mal. Pero, por otro lado, coge esa frescura y ese envoltorio loco, aventurero, gamberro...

Sara: También se veían a los actores muy desvergonzados. Incluso tú hacías un papel. Y se podía ver que había muy buen ambiente, a pesar de la rapidez.

Pedro: Sí. Tenemos que pensar que estas películas parten mucho de la amistad porque cuando ruedas una película con 1 millón de pesetas, no puedes pedir que te ayude un equipo profesional. Son siempre amigos y gente de tu círculo profesional en el que puedas pedir favores del tipo de trabajar dos semanas gratis en Málaga, y pagarse a lo mejor el autobús de ida y vuelta. Por lo que tiene que ser gente muy particular, igual que los actores. Nosotros rodamos Kárate a muerte durante la feria, y en Málaga la fiera es muy importante. Y decirles a los actores que no se pueden emborrachar en la feria, para un malagueño es muy duro. Y quieras o no, aunque ellos no cobren, tampoco les puedes exigir que hagan la interpretación más magnífica del mundo porque no son personas con experiencia, porque si tuvieran esa experiencia podrían llegar a serlo. Pero son actores con muchas ganas. Lo que sí da es cierta frescura y uno se tiene que adecuar a lo que tiene. Nunca con estas películas se puede hacer una obra maestra, me refiero académicamente hablando porque son películas hechas a partir de la carencia y por lo tanto hay que saber sacar partido.

Sara: Algunos se preguntarán qué es eso de Kárate a muerte en Torremolinos... Una película que se basa en el mito de Jocántaro, un monstruo mitad pulpo, mitad centollo, que habita en las profundidades de la playa de Torremolinos, esperando ser despertado. Quien te contó esa historia fue tu amigo Jorge Explosion, quien ha colaborado en la banda sonora de la película. Cuéntales a quienes no hayan visto la película, de qué trata la película.

Pedro: Mi película cuenta la historia del Doctor Malvedades, un loco argentino que llega a Torremolinos con ansias de conquistar el mundo. Para conquistar el mundo necesita raptar a cinco chicas que hayan perdido la virginidad durante la luna de agosto, arrancarles el corazón y tras un rito muy misterioso, despertar al monstruo Jocántaro, que es un monstruo mitad pulpo, mitad centollo que dormita en la bahía de Torremolinos. Este Doctor Malvedades secuestra a una de las chicas, una de ellas es Danuta, que es la novia de un surfero católico, quien es el héroe de la película porque lucha contra el Doctor Malvedades e inicia el intento de recuperación de la normalidad en Torremolinos. Torremolinos se ve abocada a una ola de terror por zombis karatecas, surferos católicos y monstruos marinos... Es una película con muchos referentes.

Sara: Y para el papel del profesor Miyagi, contaste con la colaboración especial de Jesús Franco. Un personaje que, a mi modo de ver, creaste con mucho cariño.

Pedro: Para mí, que Jesús Franco participara en Kárate a muerte ya fue una especie de empujón, por poder contar con una persona que tiene un gran carisma y que es un referente en el cine de serie B y en el cine independiente, no solo en España sino en todo el mundo. Contar con él fue, también, una especie de agradecimiento que él tuvo por todo el apoyo que yo le di. Sé, además, que a él le gusta mucho el cine que yo hago. Pero, que él participara, para mí fue muy emocionante. Fue algo así como cuando Ed Wood trabajó con Bela Lugosi: una especie de relación fan-maestro. Jesús Franco para mí es mi maestro y tenerlo “a mis órdenes” en el sentido de que participe en mi película y haga un papel tan fundamental como Miyagi, que enseña kárate a este grupo, tiene una doble lectura: es como el que enseña cine al director. Si no hubiera estado Jesús Franco en esta película, sería una freekada, pero no sería una freekada con fundamento.

Pedro TembourySara: Esta película tiene muchos gags, toques de humor. Por ejemplo, el orlofón, que para la gente de nuestra generación es un referente porque crecimos con aquel juguete: el simón. Tú cogiste ese juguete y creaste el orlofón.

Pedro: En esta película hay que tener en cuenta que parte del corazón de fan, de espectador. Normalmente, la gente cuando hace una primera película, normalmente intenta poner su interior. Yo he mostrado las fuentes de las que he bebido. Yo de pequeño era un fan del “Simón”. Me acuerdo que me tiraba horas y horas con el Simón, y qué mejor arma para el Doctor Orloff, que iba a ser yo, que tener el Simón. Es la referencia de cada uno. Yo crecí en un ambiente de una generación que es la que ve ahora Kárate a muerte y que son quienes ven tantas referencias personales porque todos pertenecemos a la misma generación. Las películas de kárate, la música surf o referentes de películas. Hay guiños a miles de cosas: a American Grafitti, con el locutor hablando, como a películas de Buñuel...Hay miles de guiños.

Sara: Por otra parte, Cinemanía dijo que Kárate a muerte era la peor película de la historia del cine español. En vez de tomártelo a mal, tú te lo tomas muy bien y con orgullo.

Pedro: Mis referentes son Jesús Franco, Ed Wood, Los Ramones y para muchos críticos musicales, los Ramones han sido uno de los peores grupos musicales porque tocaban con cuatro acordes. Jesús Franco ha sido uno de los peores directores españoles porque ha rodado películas con dos duros y con muchas carencias. Eso es lo que yo admiro. Y Ed Wood ha sido considerado el peor director de la historia del cine porque hacía unas películas de las que no se avergonzaba de hacer con poco dinero. Entonces, partiendo de eso, que mi película sea considerada la peor película del cine español, me parece que no hemos podido dar en mejor cupo porque todas mis influencias son las peores. También hay que diferenciar la crítica. En Cinemanía la pusieron como la peor película, pero en Fotogramas, el crítico Jordi Costa la puso como una de las mejores películas que se había hecho en la última década, dándole 4 estrellas, algo bastante extraño para ser Fotogramas. Entonces, esa divergencia de opiniones, y que los críticos más academicistas (del cine clásico) la pongan a parir, para mí es un orgullo porque verdaderamente no es una película hecha para todos los públicos: es una película para adolescentes y para quienes tengan un humor muy cafre, gamberro y personal. No pretendo entrar en la historia del cine, lo único que pretendo es divertir con mis películas a la gente.

Para mí, que Jesús Franco participara en Kárate a muerte ... fue algo así como cuando Ed Wood trabajó con Bela Lugosi: una especie de relación fan-maestro.

Sara: ¿Cómo fue la acogida de la película en los festivales?

Pedro: Fenomenal. Estoy muy orgullos de la película porque al público al que iba destinada le ha encantado. En los festivales la gente aplaudía, y lo que hacíamos era sacar a Jocántaro al final de la película para que atacara al público, y cuando ven que se involucra al público la gente se sentía encantada. A parte, la película dentro del círculo de los freekes ha sido emblemática. Eso de ir por cualquier sitio y que te reconozcan como el Doctor Orloff, eso te alegra. No te lo dice el típico tertuliano de "Qué grande es el cine" sino que te lo dicen adolescentes. Que ellos reconozcan la película es muy gratificante.

Sara: Pedro Temboury pertenece a una de las familias de más solera de Málaga. Tu abuelo, por ejemplo restauró la Alcazaba, fue amigo de Picasso y en tu familia también hay muchos artistas: tu primo, Pedro Molina Temboury, es escritor... ¿Eso te ha imprimido carácter a la hora de hacer cine?

Pedro: Yo he mamado desde pequeño todo eso. Mi padre era fan de las películas de serie B y me decía "mira, esta noche ponen El increíble hombre menguante"... Y son películas que te van marcando y te van marcando un poso. En cierta manera, también mi familia ha sido muy cultural y he aprendido mucha de cultura. Me acuerdo de haber subido a casa de mi abuela y tener un montón de libros a mi alcance, a los que echaba un vistazo. Pero creo que el cine no ha sido una consecuencia de eso, sino que empecé a rodar casualmente, como una forma de intentar expresarme. Yo estaba intentando tocar música, no era muy bueno con la guitarra. Entonces, me reuní con unos amigos, empezamos a hacer cortos en super-8 y de ahí surgió el germen; no es que fuera una tradición familiar. Si mi familia siempre ha sido muy amante del arte, poca gente se ha dedicado al arte. A mi abuelo le gustaba mucho el arte, pero era ferretero y siempre ha sido un hobbie dentro de la familia...

Sara: Tu primer cortometraje se llamó Drácula y del Doctor Malvedades, personaje de Kárate a muerte, podemos decir que es un trasunto de Bela Lugosi. ¿Hasta qué punto te ha influido Drácula?

Pedro: Bela Lugosi es uno de mis actores favoritos, fue uno de los primeros que me llamó la atención en el cine fantástico. Cuando conocí a Bela Lugosi, Boris Karloff, Vincent Price, Roger Corman, Tod Browning... Se trata de una serie de directores y actores que marcaron una mitología personal. Yo tengo libros, y soy un coleccionista de poster y fotos de todas esas películas. Para mí Bela Lugosi fue, además, el primer actor que se creía su papel junto a Johnny Weissmuller. Un actor que murió vestido de Drácula, que fue yanqui y que era muchas cosas dentro de Bela Lugosi. Incluso con Bela Lugosi ocurre que con Drácula, el personaje al que interpretó, vampirizó a Bela Lugosi y finalmente Lugosi fue Drácula. En cierta manera, esos personajes, esa historia que unen tanto la vida y el cine real, me llaman mucho la atención. Y Bela Lugosi, en ese sentido, me parece uno de los actores más importantes del cine mundial.

Sara: Podemos decir que lo que más te interesa es el cine de serie B y que te mueves en ese círculo. ¿Alguna vez te veremos viendo alguna película dramática, un film histórico...? ¿te planteas eso?

Pedro: Sí, claro, por supuesto. No es que el cine fantástico sea mi único referente. Yo soy un amante de todo tipo de cine. Además, ahora afortunadamente que estoy trabajando en la tele [trabaja en el canal de cine Cinemanía!], estoy viendo muchas películas. Y si antes yo había entrado en el cine por el lado del cine de serie B y fantástico, ahora sí que estoy ampliando mis miras a todo tipo de cine. A mí lo que me gusta es que cada película que haga sea diferente de la anterior, buscar nuevas lecturas. El cine fantástico es lo que más me gusta, pero no descarto nunca hacer un drama, comedia, o una película realista.

Pedro y SaraSara: Ya para terminar. ¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?

Pedro: Tengo un par de guiones. Uno está terminado y otro a medio terminar. Uno es Pelos, una historia que llevo unos cuantos años con ella, intentando que salga a producción y parece ser que esta va a ser la próxima película que haga, la cual rodaré este verano en Málaga. Es una película que va a seguir la premisa de Kárate a muerte. Pero vamos a rodarla en más tiempo, un mes. Rodar una película en dos semanas es una locura; en un mes es otra, pero un poquito menos. La financiación está bien porque Antonio Resines ha comprado el guión, está interesado en la película. Se trata de una película crecepelos, de asesinos calvos que van detrás del crecepelos. Después, tengo otra película, Ellos salvaron la picha de Hitler, que trata de unos Skinheads que van a Berlín y roban la picha de Hitler e intentan clonarla a base de secuestrar a alemanes que veranean en la Costa del Sol. Las dos películas mantienen el rollo loco de Kárate a muerte, pero seguramente la que ruede será la de Pelos. Ya me estoy reuniendo con mis colaboradores para cerrar las fechas.

Termina la entrevista, y nosotros continuamos hablando... Hablar de Pedro Temboury es hacer referencia a uno de sus directores favoritos: Jesús Franco. Gracias a Temboury, nos pusimos en contacto con Jesús Franco a quien también hemos hecho una entrevista que se publicará proximante.

Málaga, 28 de diciembre de 2003