6to. día ... 10 de noviembre

Pajarito Gómez, una vida feliz, vigente más allá del Año 2000

PAJARITO GÓMEZ (1965) de Rodolfo Kuhn
En off una voz femenina (Nelly Beltrán) cuenta la biografía de "Pajarito" Gómez (Héctor Pellegrini), un chico de humilde origen provinciano que llega a Buenos Aires para cantar e impartir un mensaje de amor y "tierna rebeldía". Un empresario (Maurice Jouvet) y un manager (Lautaro Murúa) perfilan hasta el último detalle no solo de las letras de las canciones, la música y los shows de Pajarito sino hasta de su romance y compromiso con una joven cantante nuevaolera, Viviana (María Cristina Laurenz). A medida que se suceden los hits, Pajarito interviene en una delirante fotonovela ambientada en la Guerra de Secesión, debe prestarse a pasar todo un día como premio para una joven del interior (Beatriz Matar), interviene en un show televisivo en el que se sortea el "escapulario con el mechoncito del amor" y accede a cantar en la cancha de River Plate a beneficio de los dementes. Pero la película no se ciñe a su vida, sino que nos muestra algunas deliberaciones de empresarios y hasta un programa televisivo con invitados especiales en que se debate si Pajarito Gómez es equivalente a Carlos Gardel o si la música y la poesía de sus canciones es valiosa como cultura de masas. Rodolfo Kuhn, realizador del Nuevo Cine Argentino, nos expone la vida de un cantante "nuevaolero" como los que durante la década del '60 se esparcieron entre la Televisión y las bateas de las disquerías. En la mayoría de las referencias bibliográficas acerca del film, se suele mencionar que la inspiración del film viene de la carrera del entonces promisorio Palito Ortega y de los jóvenes astros del "Club del Clan". También se hace mucho hincapié en la crítica a ese consumismo desaforado fomentado por las revistas y la televisión. Creemos que, siendo un film satírico que posee elementos de discusión y reflexión acerca de la tan mentada cultura de masas, PAJARITO GÓMEZ nos permite observar de cerca el detrás del mostrador de esos ídolos de multitudes prefabricados por empresarios asesorados por sociólogos y artistas. Kuhn nos obsequia momentos de buen cine. Así como la carrera de Pajarito se derrama en varios medios -disco, televisión, fotonovela, presentaciones en vivo-, Kuhn echa mano a imaginativos recursos cinematográficos para cada uno. Sin embargo, y aquí vamos a aportar un punto hasta donde creemos no publicado en ninguna reseña o comentario, el director omite un medio que resulta esencial para la propalación de estos fantoches de oropel. Tal vez por su calidad de cineasta, Kuhn no menciona al Cine entre los responsables de esta parafernalia. Tal vez el film habría cobrado más vigencia de la que aún tiene si el autor hubiera expuesto que ese consumismo del que se burla es uno de los ingredientes que hacen que la vida sea pasable para millones de jóvenes desorientados que, al igual que Pajarito Gómez, tienen muy poco o, directamente, nada que decir.