FUGA EN EL SIGLO XXIII
Logan’s Run, La fuga de Logan en España. Serie norteamericana emitida por la cadena ABC en cinco temporadas, 6 filmes para TV y 99 capítulos, 1976-78. Ideada por William F. Nolan y George Clayton Johnson. Con Gregory Harrison, Heather Menzies, Randolph Powell, Donald Moffat y elenco.
El héroe abandona su tierra natal, a veces huyendo de peligros mortales, a veces solo y a veces en compañía de sus pares. Vive aventuras extremas que modifican su carácter, volviéndose más sabio pero también más triste, y tras mucho vagar alcanza el final de su camino, que a veces es una forma de regreso. En pocas palabras, esto es el viaje iniciático, una de las historias más antiguas y nobles de la literatura. Esa historia puede ser la de Ulises o la del Quijote, pero también la de protagonistas de narraciones menores en las que el viaje es apenas una excusa para enfrentar al héroe con un monstruo diferente en cada episodio. A veces, en las ficciones menos logradas, el camino es del todo inútil, porque el protagonista permanece igual a sí mismo desde la partida hasta el final. A veces ese final llega intempestivamente, cuando el héroe enfrenta al monstruo más espantoso y cruel de todos, el ejecutivo de la cadena televisiva que está disconforme con el nivel de audiencia.
Logan’s Run nació como novela de William Nolan y George Clayton Johnson en 1967, llegó al cine en 1976, y para 1977, decenas de licencias argumentales mediante, ya fatigaba las pantallas televisivas de medio mundo. La premisa era interesante: una guerra con armas atómicas había destruido la civilización, y algunos siglos en el futuro algunos de los sobrevivientes, recluidos en un domo, habían dado origen a una sociedad tecnológicamente adelantada pero sociológicamente arcaica: tanto que la gerontocracia gobernante legitimaba su hegemonía sacrificando a sus hijos cuando éstos llegaban a los treinta años de edad, disfrazando esta circunstancia fatal bajo un oropel metafísico de ocasión. (Cómo no recordar aquí aquella famosa frase de los años sesenta que advertía a los jóvenes que mejor “no confíes en nadie de más de treinta años”).
Una pareja descubre la verdad y logra escapar, y en su huida por el páramo devastado que alguna vez fue el territorio de los Estados Unidos encuentran otras sociedades tribales tan extrañas como la propia, además de androides, viajeros en el tiempo, seres extraterrestres y hasta espíritus (sic): un vale todo narrativo para revisitar todos los temas de la ciencia ficción y aún de toda la literatura, y que cierra mejor en los papeles que en la pantalla. Tanto que la serie no sobrevivió a su temporada inicial: las repeticiones nos han dado a los televidentes argentinos la sensación de que pareciera haber durado más.
Hay algunas curiosidades interesantes para el arqueólogo aficionado de series olvidadas. Uno de los guionistas contratados fue nada menos que Harlan Ellison, el celebrado autor de ciencia ficción que fuera principal responsable del guión de uno de los capítulos más recordados de Star Trek, The city on the edge of forever. Otra de los responsables de ese libreto, Dorothy Fontana, estaba a cargo de la supervisión de la historia. La serie se emitió en países como Perú y Argentina como Fuga en el siglo XXIII intentando usufructuar un improbable éxito de la versión fílmica que se conoció en Sudamérica con ese nombre, pese a que la versión televisiva está ambientada en el año 2319, en rigor… el siglo XXIV (!). La muy negativa idea de la religión como ideología legitimadora de la barbarie es sorprendentemente cercana al marxismo para una serie norteamericana, aunque bien podría ser una simple rima con Zardoz, memorable película de Sean Connery estrenada unos pocos años antes, o un remoto eco de la religión marciana de Barsoom, la venerable saga de Edgar Rice Burroughs, cuyo principal rito era un engañoso peregrinaje que encubría la muerte al alcanzar una cierta edad.