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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

SEINFELD: A DIEZ AÑOS DE... ¿NADA? PARTE UNO

El 14 de mayo de 1998 (hace ya diez años…) decenas de millones de norteamericanos se sentaron frente a sus televisores para ver el último capítulo de una sitcom a la que se postula como la mejor que se hizo jamás. En 2005, una encuesta de la edición argentina de la revista Rolling Stone la consideró el tercer programa más influyente de la historia de la TV, sólo superado por Los Simpson y El Superagente 86. Como esas extraordinarias consideraciones se contraponen al hecho de que la serie llegó a estas lejanas y sureñas playas casi exclusivamente vía TV por cable, y que se hizo medianamente popular unos cuantos años después de terminada, no creo que esté de más contar la historia de un programa al cual sus propios creadores, famosamente (burlonamente) llamaron una "comedia sobre nada". Allá vamos.

 

“En mi barrio, la gente sale a pasear a sus perros con las bolsitas para guardar su caca, lo que es un buen indicio de hasta dónde puede caer la humanidad. Si los extraterrestres estuvieran observando a través de sus telescopios, pensarían que los perros son los líderes. Si vieras a dos formas de vida, y una de ellas caga un soretito y la otra lo levanta ¿quién pensarías que manda?"
“Seinfeld”, episodio The dog.

 

DE NIETZSCHE A LEX LUTHOR
La serie fue creada por dos amigos humoristas, Larry David y Jerry Seinfeld. Ambos, como Woody Allen, son judíos, neoyorquinos, y comenzaron su carrera actuando en el circuito de locales de comedia stand-up. Las marcas de este origen serán notorias, tanto en la elección de los temas (la sexualidad, la pareja, la publicidad, las costumbres sociales) como en la índole básicamente verbal de la comicidad: los intercambios de agudezas entre los personajes suenan muchas veces a una versión dialogada de una rutina de un comediante stand-up.
Hablábamos de los temas. Es sabido que Seinfeld y David dijeron alguna vez que la serie era "una comedia acerca de nada". En realidad esto no debe ser tomado literalmente, sino entender por “nada” toda la infinita serie de minucias y automatismos que ocupan la vida de los seres humanos a esta altura de eso que se hace llamar "civilización": conseguir lugar para estacionar, aprovechar una oferta a precio de ganga, alquilar un auto, colgarse del cable, discutir cuál es la mejor marca de hilo dental o de copos de cereales, evitar encontrarse con una ex pareja en una fiesta, ganarse la confianza del jefe sin esforzarse demasiado, elegir el modelo de invitaciones para la fiesta de casamiento, debatir interminablemente sobre el programa de TV preferido o la película favorita, hacer dinero ganándole un juicio a una tabacalera, soportar los a menudo kafkianos procedimientos de las burocracias públicas o privadas... Y todo ello con un ingenio como pocas veces se ha visto en TV.
Es difícil concebir a “Seinfeld” en otra época y otro lugar que la Nueva York de los '90. En otra época, porque la (aparente) superficialidad de los temas de la sitcom requiere la ausencia de grandes conflictos y un ánimo colectivo apático y autocomplaciente: ni los politizados '60 y '70 ni estos terribles años post Osama Horror Show toleran un programa que gire sobre la dificultad de un grupo de amigos para coincidir a la misma hora en la puerta de un cine. En otro lugar, porque la serie requiere un ambiente de clase media urbana y en extremo consumista, libre de mayores problemas económicos, ignorante de las masacres de Bosnia o Ruanda pero capaz de diferenciar docenas de marcas de golosinas sólo por el sabor del chocolate, y cuyos diarios motivos de neurosis raramente trasciendan la banalidad. Es característico de los personajes principales la imposibilidad de comprometerse de verdad con causa o persona alguna, o de poner en riesgo su confort en lo más mínimo: en ese sentido son fieles ejemplos del nihilismo pasivo del Último Hombre descripto por Nietzsche (1). Los propios creadores se encargarán de dejarlo en claro en el particular juicio que tiene lugar en el capítulo final: el abogado de los cuatro protagonistas puede afirmar que es absurdo que ellos estén presos por no socorrer a un tercero "porque de eso es lo que se trata este país"; el juez que responde al harto improbable nombre de Art Vandelay (2) pudo también decir que "su insensible indiferencia y completo desdén por todo lo que es bueno y decente socava las mismísimas bases de nuestra sociedad".
David y Seinfeld comenzaron por pensar la serie con un esquema simple y que resultara familiar para ellos: la sitcom giraría alrededor de la vida de un comediante stand-up, y cómo los hechos del día servían de material para sus actuaciones. Como pensaban que el programa no podría sobrellevar la carga de que sus dos papeles principales no fueran desempeñados por actores profesionales, decidieron que el protagonista fuera el propio Jerry (de allí el nombre de “Seinfeld”), mitad porque actuaba un poco mejor que Larry y mitad por el legendario terror a los papelones que paralizaba a este último.
Los papeles principales son cuatro. Con ustedes, los otros Fab Four:
* Jerry Seinfeld: versión libre del propio Seinfeld, es un comediante stand-up relativamente exitoso, soltero, delgado, agnóstico, de origen judío, en sus treinta y algo, que vive solo en un departamento propio. Es superficial, enamoradizo pero fóbico al compromiso de pareja, incapaz de abrazar causa alguna que no sea la tranquilidad de su pequeño mundo y, a medida que se desarrolla la serie, se acentúa su obsesión por el orden (una de sus muchas novias afirma que "si no fuera judío, Jerry hubiera sido un nazi perfecto") y la limpieza (llega a tirar a la basura un par de zapatos porque los salpicó con agua de un inodoro). Su pasión pasa por encontrar la mejor marca de copos de cereales y su ídolo es Superman: cualquier incidente le dispara comparaciones o metáforas relacionadas con el Hombre de Acero.
* George Costanza (el laureado actor de musicales de Broadway, Jason Alexander): versión libre de Larry David, es amigo de la infancia de Jerry, con quien comparte la banalidad y la inconstancia de sus pasiones (Jerry le dice, en una oportunidad, "soy como vos, pero exitoso"). Es bajo, con tendencia a la calvicie y a engordar, no demasiado inteligente ni muy afortunado con las mujeres, y su irascibilidad revela una personalidad acomplejada y neurótica. Tiene una escasa contracción al trabajo, es tacaño, acostumbra recurrir a mentiras o triquiñuelas de una sofisticación bizantina para obtener ventajas pueriles, y tiene una extraña obsesión con el confort de los baños. Al comienzo de la serie trabajaba en una inmobiliaria, de la que fue echado tras dopar a su jefe en una fiesta para vengarse de él. Estuvo un tiempo desempleado y tuvo que padecer el martirio de volver a vivir con sus padres (aún más neuróticos que él), escribió con Jerry el guión de una serie de la que después hablaremos, trabajó para los Yankees de Nueva York, estuvo al borde del casamiento por una apuesta con Jerry, se hizo despedir de los Yankees para conseguir un trabajo mejor (que obviamente se le escapó) y al terminar la serie trabajaba en una empresa en la que todos eran igual de irresponsables como él... y en la que terminó haciendo todo el trabajo duro.
* Elaine Benes (la excelente actriz Julia Louise-Dreyfus). Según los creadores de la serie, está basada en antiguas novias de ambos. Aparece recién en el segundo capítulo, como una ex novia de Jerry con la que ha conservado una amistad muy estrecha. (En varias oportunidades, se nos permite sospechar que Elaine y Jerry aún se aman, sólo que son incapaces de soportar la larga y fatigosa serie de compromisos y renuncias a las que los sometería formar una pareja). Es sexy a pesar de no ser especialmente atractiva, inteligente, cínica, vengativa, superficial, y al igual que Jerry, cambia de novios con frecuencia; muchos de ellos son esnobs incorregibles a los que sigue la corriente con tal de retenerlos... hasta que pueda dejarlos ella. Trabajó en una editorial hasta que ésta quebró, fue asistente personal de un insoportable hombre de negocios (el señor Pitt) e integró el consejo editorial de un pretendidamente sofisticado catálogo de ropa y accesorios, J. Peterman, propiedad del estrafalario personaje homónimo (3).
* Cosmo Kramer (interpretado por el multipremiado actor Michael Richards, admirador de Charles Chaplin y Jacques Tati y verdadero dotado para la comedia física o slapstick). Kramer se inspiró en un vecino de Larry David, Kenny Kramer, que nunca parecía tener nada para hacer y que a menudo ingresaba a la casa de Larry para proponerle salidas o diversiones disparatadas (4). Es alto, desgarbado, risiblemente torpe, viste pantalones que le quedan cortos, y su atractivo sexual (o kavorka, como supuestamente explica un no menos supuesto sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Letona) suele ser tan irresistible como inexplicable. Es una especie de niño grande, por su franqueza brutal (que suele meter en problemas a sus amigos, más que a él) y por la disparatada fantasía de sus dichos y hechos, a menudo muestras de una sabiduría que no sabemos reconocer si es la de los tontos, la de los locos o la de los dotados de una comprensión superior de la vida. No se sabe de qué vive (nunca trabaja), no tiene otra heladera que la de la de la casa de Jerry pero a la vez puede gastar centenares de dólares en proyectos estrafalarios, tiene relaciones sexuales sin necesidad de noviazgo formal... ¿Hace falta decir que la irrealidad de su mundo es la de la pura felicidad?
LOS PAPELES SECUNDARIOS
Además de estos cuatro, hay todo un universo de personajes disparatados, de una cantidad y profundidad sólo comparable al de “Los Simpson”. El cartero Newman (excelente Wayne Knight) bien podría ser el quinto de los Fabs: es a la vez gran amigo de Kramer y archienemigo de Jerry, por razones que nunca se aclaran (yo sospecho que es por su amor no correspondido por Elaine). Es gordo y de aspecto más bien desagradable, muy vanidoso, y el menor conflicto con Jerry desata en él ataques de una verbosidad digna de un diálogo de Shakespeare y una furia incontenible y disparatada.
Sabemos poco de las familias de Elaine (padre escritor, alcohólico y misántropo) y Kramer (su madre Babe es una ex prostituta) pero bastante de las de Jerry y George. La de Jerry incluye a sus padres Morty y Helen y al hermano de ésta, el Tío Leo: Morty y Helen viven en un condominio de Florida, con otros jubilados tan testarudos e irritantes como ellos; Leo es un as de la conversación pesada e irrelevante, pero oculta un pasado oscuro que incluye un crimen pasional. Los padres de George, Frank y Estelle, viven riñendo a los gritos por cuestiones absurdas, y al verlos, uno entiende los complejos de su hijo...
También merecen unas palabras una estoica prometida de George, Susan, y sus acaudalados progenitores: la madre es alcohólica, y el padre tuvo en su juventud una apasionada relación homosexual con el escritor John Cheever. David Puddy, novio intermitente de Elaine, es un mecánico no demasiado inteligente, aficionado al rock cristiano y al violento hóckey sobre hielo. Kenny Bania es un pésimo cómico que siempre goza de la suerte de la que Jerry carece. De J. Peterman y el señor Pitt ya hablamos, no así del excéntrico dueño de los Yankees, George Steinbrenner, y su asistente el señor Wilhelm, némesis de George en su paso por el club: Steinbrenner es el dueño de los Yankees en la realidad, y era representado por un actor que siempre aparecía de espaldas, y el encargado de imitar su voz era el propio Larry David. (La presencia de Steinbrenner hizo que la serie abundara en bromas que nuestro desconocimiento del béisbol y el paso del tiempo hacen difícil captar del todo).
No me perdonaría pasar por alto a la atractiva y rica heredera Sue Ellen Mishki, a quien Elaine envidia desde la adolescencia y a quien Kramer le quiere sacar unos millones, argumentando que sufrió un accidente automovilístico al verla caminar usando los sostenes sobre la ropa... Su abogado es el verboso, inescrupuloso y siempre desafortunado Jackie Chiles (Phil Morris) personaje calcado del abogado defensor de O. J. Simpson en su famoso juicio, Johnnie L. Cochran Jr. Y no quiero olvidarme del enano Mickey, uno de los insólitos amigos de Kramer, como Bob Saccomano, que es mencionado centenares de veces en la serie pero al que nunca se ve, por lo general como protagonista o parte de historias disparatadas (5).
Para el final de este verdadero bestiario, aquellos personajes que aparecieron sólo uno o dos capítulos, pero eso les bastó para quedar en el recuerdo de los fans: el maniático chef que mereció el mote de El Nazi de la Sopa ; Bookman, el detective cargado de todos los lugares comunes del género policial que persigue a... quienes no devuelven los libros de la Biblioteca Pública de Nueva York; el neurótico e hilarante mohel que interpreta un enorme Charles Levin; Babu, el inmigrante paquistaní y fracasado empresario gastronómico que termina deportado por una confusión con el correo; Poppy, un cocinero cubano que es ferviente anticomunista y enemigo del aborto y no se lava las manos al ir al baño; el director de la banda musical de los bomberos que se hace llamar Maestro; la novia de Jerry que siempre usa el mismo vestido; la novia a la que Jerry quiere dejar porque tiene manos de hombre; la novia virgen de Jerry que nunca está lista para su primera vez; la compañera de trabajo de Elaine que camina con los brazos pegados al cuerpo; la novia de Jerry que no le deja tocar sus juguetes y a la que éste le da somníferos...
LOS GUIONES
Lo que diferencia a “Seinfeld” de la mayoría de las otras comedias es el carácter intrincado y ajustado de sus guiones y sus historias. Casi todas las otras sitcoms intentan urdir situaciones humorísticas a partir de un único argumento: (la gran mayoría de) los capítulos de Seinfeld, por su parte, son delicados mecanismos de relojería de media hora de duración, y que involucran varios personajes y varias historias que siempre, y de un modo a veces casi mágico, confluyen en el final, usualmente de un modo inesperado e hilarante. (Así que es a veces difícil contar un capítulo de la serie: ¿con cuál de las historias se comienza?). Algunos capítulos me parecen, de verdad y juro que no exagero un ápice, muestras de puro genio: por ejemplo, The Bris. O The Marine Biologist. O The Chicken Roaster. O The Rye . O The Bizarro Jerry. O The Betrayal, capítulo narrado al revés, como Memento. O...
Este carácter de obra de arte no surgió de la nada. Es más: al principio de la serie, las historias se centraban en el personaje de Jerry, con sus amigos funcionando como contraste o comentario, y el resultado no era especialmente interesante, más allá de los apuntes ácidos que siempre la caracterizaron: Elaine personificaba el punto de vista femenino, George era el partenaire ideal para los diálogos en donde se desarmaba la locura de la vida diaria en el mundo moderno, y Kramer era un loquito gracioso encargado del toque de comedia slapstick. Luego todo se hizo más desatado y delirante: lo que arrancó como un show acerca de los costados absurdos del día a día de un grupo de neuróticos antihéroes neoyorquinos, evolucionó a frenética comedia de errores con toques de sátira social y cultural para, en su temporada final, complacerse en la autoparodia y los guiños a los fans. Crédito a la NBC , que esperó hasta que el mecanismo empezó a aceitarse, a fines de la segunda temporada, y hasta que se volvió un fenómeno popular, recién hacia la cuarta o quinta temporada. Hoy parece increíble tanta paciencia, pero es así: muchos creen que el despegue de la serie provino de que la cadena la programara después de su envío más exitoso, que era... Cheer's.
Otra de las razones extrínsecas para su éxito es el modo de trabajo de sus creadores, Larry David y Jerry Seinfeld, y que en el Río de la Plata es impracticable por su costo: se supieron rodear de un equipo de gente tan brillante como ellos, sin miedos a la competencia ni egos estúpidos. (En realidad, Larry es famoso por sus inseguridades y su baja autoestima). En los títulos de la serie podemos notar que hay lugar para un productor, un productor ejecutivo, un editor de historia, asesores de programa, director, supervisor de producción, además del guionista o guionistas. Todo esto no es una imitación de las características más desagradables del empleo público: es un método de trabajo que permite que, por ejemplo, unas personas se ocupen de pensar en desarrollos de historias o evoluciones de personajes, mientras otros se ocupan de escribir los capítulos en base a esas pautas (usualmente, un equipo rotativo de guionistas. Cada uno de ellos terminaba escribiendo cuatro o cinco capítulos en un año, con las ventajas de frescura y riqueza de enfoques que son de imaginar). Entre los miembros de ese equipo se contaron, entre otros y en diferentes etapas, Larry Charles, Elaine Pope, Tom Cherones, Andrew Scheinman, Tom Leopold, Peter Mehlman, Andy Ackerman, Carol Leifer, Tom Gammill, Max Pross, Bruce Kirschbaum, Jeff Schaffer, Alec Berg, Marjorie Gross, Gregg Kavet, Andy Robin, David Mandel, Spike Feresten, Steve Koren, Jennifer Crittenden
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NOTAS
(1) Ver al respecto “El choque de civilizaciones en el fin de la historia”, ensayo del filósofo esloveno Slavoj Zizek, donde hace afirmaciones como éstas: “(…) Friedrich Nietzsche percibió el modo en que la civilización occidental avanzaba en dirección al Último Hombre, una criatura apática, sin grandes pasiones o compromisos. Incapaz de soñar y cansado de la vida, no asume ningún riesgo y sólo busca lo cómodo y lo seguro (…)”. Odia “la cercanía excesiva de otro ser humano real, con sus deseos, temores y placeres. (…) El otro es aceptable mientras su presencia no sea invasora, mientras el otro no sea realmente otro. La tolerancia coincide con su sentido opuesto: mi deber de ser tolerante con el otro significa efectivamente que no debo acercarme demasiado”. Sigue Zizek: “A los que pertenecemos a los países del Primer Mundo se nos hace cada vez más difícil siquiera imaginar una causa pública o universal por la que estaríamos dispuestos a dar la vida”. Esto le recuerda el concepto de “nihilismo pasivo” de Nietzsche, y termina afirmando que “los Últimos Hombres de hoy, los individuos ‘posmodernos’ (que) rechazan las grandes metas y se dedican a sobrevivir colmados de placeres cada vez más refinados y estimulados en forma artificial. Si las antiguas sociedades jerárquicas oprimieron las fuerzas vitales a través de sus rígidos sistemas ideológicos y del aparato del Estado que los impusieron, las sociedades de hoy están perdiendo su vitalidad por medio de su hedonismo demasiado permisivo: todo está permitido, aunque descafeinado y despojado de su esencia”.
(2) "Art Vandelay" es el nombre que George Costanza utiliza cada vez que quiere ocultar el propio.
(3) Jacopo Peterman (John O'Hurley) es el excéntrico propietario de J. Peterman, una compañía de venta por catálogo de ropa y accesorios. Ahora bien: dicho catálogo existe, y su propietario es un tal John Peterman, amigo de los creadores de la serie, Jerry Seinfeld y Larry David, así como de O’Hurley. La particular forma de hablar del Peterman de Seinfeld es muy parecida a la del Peterman real, así como la estrafalaria prosa de su catálogo es muy similar a la del catálogo real. Ahora bien: hace unos años, el catálogo de John Peterman estaba pasando una situación económica muy complicada, y quien acudió en su ayuda fue… O’Hurley. Sí, el Peterman de la ficción. Y hoy O’Hurley / Peterman es el presidente de la firma. “La realidad imita al arte”, decía Oscar Wilde...
(4) Kenny Kramer intentó sacar provecho de la fama de la serie, montando una especie de recorrido por lugares relacionados con la serie, algo parodiado en “Seinfeld” en el capítulo The muffin tops. “La realidad imita al arte”...
(5) Kramer: "Estaba hablando por teléfono con Bob y me di cuenta de que tenía que devolver unos pantalones, y entonces salí". Elaine: "¿Y qué pasó con Bob Saccomano?" Kramer: "Nada, su parte en la historia terminó. Tomé el subte, pero se detuvo por un desperfecto, así que tomé un atajo en el túnel pero me caí en el barro, ensuciando mis pantalones. Los mismos pantalones que iba a devolver". Elaine: "No entiendo: ¿llevabas puestos los pantalones que ibas a devolver?" Kramer: "Bueno, sí". Elaine: "¿Y qué te  ibas a poner para volver a tu casa?" Kramer: "Elaine ¿me estás escuchando? Nunca llegué a devolverlos".
(6) George: "Que ella [Elaine] me tirara el peluquín por la ventana fue lo mejor que me ha pasado jamás. Fui el de antes enseguida. Totalmente inadecuado, completamente inseguro, paranoico, neurótico... es un placer". Jerry: "Es como si hubieras tenido un despertar religioso. Ahora eres un calvo-de-nuevo" [Bald-again, juego de palabras con born-again, por aquel que ha experimentado precisamente dicho despertar]".
(7) Kramer: "Entonces ustedes se preguntaron si hay algo más en la vida. Bien, dejame decirte algo: no hay nada más". Jerry: "¿No hay nada más?". Kramer: "Absolutamente nada. Quiero decir ¿en qué estás pensando, Jerry? ¿Casamiento? ¿Familia?" Jerry: "Bueno..." Kramer: "Son prisiones. Prisiones hechas por el hombre. Estás apurado. Te levantas por la mañana. Ella está ahí. Te acuestas por la noche. Ella está ahí. Es como si tuvieras que pedir permiso para usar el baño. '¿Puedo usar el baño ahora?'" Jerry: "¿En serio?" Kramer: "Sí, y olvidate de ver TV cuando comés". Jerry: "¿No puedo?" Kramer: "Oh no. ¿Sabés por qué? Porque es hora de comer. ¿Y sabés qué se hace a la hora de comer?" Jerry: "¿Qué?". Kramer: "Comentás tu día. ¿Cómo fue tu día hoy? ¿Tuviste un buen día hoy, o uno malo? ¿Qué clase de día fue hoy? Bueno, no sé. ¿Y tú? ¿Cómo fue tu día?" Jerry: "Vaya". Kramer: "Es triste, Jerry. Es una situación triste". Jerry: "Qué suerte que tuve esta conversación con vos". Kramer: "Ni te lo imaginás".
 
PARA PROFUNDIZAR
* Edición argentina de la revista Rolling Stone, mayo de 2005.
* "Cinefeld", nota de mi autoría, publicada originalmente en Televicio Webzine, sobre los abundantes apuntes cinéfilos de los autores de la serie.
* Algunas citas y diálogos selectos.
* "Sobre Seinfeld", nota del blog Il Corvino.
* “Seinfeld, a History”, historia muy completa de la serie, preparada por la BBC (en inglés)
* Sitio Oficial
* Seinfeld en TV.com (en inglés)
* Seinfeld Scripts (completa transcripción de todos los guiones, en inglés)
* Seinfeld en IMDb (en inglés)
* “A page about nothing”, otro sitio interesante (en inglés)
* Seinfeld-fan.net (sito de fans, en inglés)
* Premios recibidos por la serie (en inglés)