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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

LARRY DAVID: NO ES PARA TANTO

El próximo domingo 1o. de octubre [de 2017] HBO emitirá el primer capítulo de la demoradísima y esperada novena temporada de Curb your enthusiasm, la serie humorística con la que Larry David pasó de co-creador y cerebro en la oscuridad de Seinfeld a celebridad por derecho propio. La que sigue es una nota apta para el smartphone de la dama y la notebook del caballero, pletórica de conceptos que algunos no entenderán y los otros ya los conocían. Por empezar, el sentido del nombre de la serie, que quiere decir algo así como "moderen su entusiasmo" o, en versión libre, "no es para tanto"..

 

¿Quién? Larry David, neoyorquino, judío, 70 años, divorciado, dos hijas. Monologuista fracasado, exitoso co-creador y guionista de Seinfeld junto a Jerry Seinfeld, factor y protagonista de Curb your enthusiasm. La serie en la que encarna a Larry David, neoyorquino, judío, 70 años, divorciado, sin hijos, monologuista fracasado, exitoso co-creador y guionista de Seinfeld junto a Jerry Seinfeld. ¿Percibo cierto estupor, tal vez? Normal, teniendo en cuenta que hablamos de Larry David. ¿Más datos? Mide 1 metro 80 de altura, igual que Jerry Seinfeld. Michael Richards, para comparar, mide 1 metro 90. Si sabés más de política norteamericana que de TV, te podría agregar que es muy parecido al senador demócrata y derrotado precandidato presidencial progre Bernie Sanders. A quien representó en algunas emisiones de Saturday Night Live.
¿Se representa a sí mismo? ¿Quién se cree que es, Mirtha Legrand, Susana Giménez, algún otro figurón de ego desmesurado? Nada más distante al culto a la personalidad: se me ocurre más acertado relacionarlo con aquel justamente famoso texto Borges y yo. El personaje televisivo es una versión caricaturesca del Larry David real, que enfatiza hasta la hipérbole sus peores características: neurótico, gruñón, egocéntrico, a menudo trivial, falto de empatía, emocionalmente inmaduro, propenso al papelón público, absolutamente incapaz de comprender las a menudo sutiles convenciones que rigen la vida en una sociedad dicen que civilizada y que a veces llamamos simplemente tacto. (Algo así como un remix de un personaje de Seinfeld, el inolvidable George Costanza, que estaba basado abiertamente en... Larry). ¿O acaso alguna vez vieron a Mirtha Legrand o Susana Giménez burlándose de que son dos viejas ricachonas a medio escolarizar y fachas a tiempo completo?
En el programa también aparecen otros famosos representándose a sí mismos, a menudo de un modo paródico o al menos burlón, como Ricky Gervais, Mel Brooks y Anne Bancroft, Ben Stiller y Christine Taylor, Alanis Morissette, Hugh Hefner, Rosie O'Donnell, Michael J. Fox, Lucy Lawless ("Xena la Princesa Guerrera"), David Schwimmer, los habituales Ted Danson o Richard Lewis, o los Fab Four de Seinfeld: Julia Louis Dreyfus / Elaine, Michael Richards / Kramer, Jason Alexander / George y Jerry Seinfeld.
¿Así que Curb your enthusiasm? La serie comenzó con un especial en 1999 y una primera temporada en 2000. El título hace referencia a unos cartelones que se le solían mostrar al público de algunas comedias que se emitían en vivo para que bajaran la intensidad o duración de las risas: "refrenen su entusiasmo" sería la traducción literal. Que yo prefiero traducir libremente como "no es para tanto". Para, de paso, conseguirme un título irónico para estas líneas. Porque la serie sí es para tanto.
¡Qué interesante! Sólo recordame de qué estamos hablando. Curb your enthusiasm es una comedia filmada con cámaras portátiles y con un libreto oral. Esto es, con pautas, tonos, algunos chistes y algunos pies y remates guionados, y el resto es librado al trabajo de improvisación de los actores que, por cierto, son todos muy buenos y algunos excelentes, como Susie Essman (Susie), J. B. Smoove (Leon) y Cheryl Hines (la adorable y sufrida esposa Cheryl, el contrapunto ideal para la locura de Larry). El del libreto oral como soporte de la improvisación es un método de trabajo que parece más novedoso de lo que en verdad es, ya que se usaba en los albores de la TV en Estados Unidos e Inglaterra ¡y era el que usaron toda la vida Hugo y Gerardo Sofovich en la mera televisión argentina! En homenaje a los hermanos Sofovich es que Larry David incluye tangos en la banda de sonido de la serie, como Tango Passionata del compositor italiano Piero Umiliani o Slow on the uptake del músico argentino radicado en Italia Luis Bacalov.
¿En serio homenajea a los Sofovich? No, en realidad no.
Voy a hacer como que me interesa el tema, sólo para no entorpecer la lectura de este texto. Perfecto, porque al fin y al cabo sos un mero recurso para darle a esta nota una apariencia de diálogo socrático en pantuflas. Aprovecho tu momentáneo silencio para recordar algunos momentos divertidos de la serie, como la actuación de un perro rastreador de corpiños (sic), la decisión que toma una judía fundamentalista a la que el atardecer sorprende con un hombre apenas conocido en una aerosilla detenida en las alturas, la presentación de un personaje que pretende romper el hielo en una reunión diciendo "ya no recuerdo cómo escribir en cursiva", la indignación del huésped casi voluntario Leon cuando tiene que irse de la casa de Larry junto con él porque Cheryl quiere divorciarse, o la infructuosa búsqueda de un manco que abusa en el Scrabble de un viejo actor racista con demencia senil (un gracioso eco de El fugitivo). O para postular a Susie y Jeff Greene (Jeff Garlin) como la pareja con peor química de la historia de la TV mundial. O para elegir como las dos sex-symbol de la serie a la tintorera jasídica Anna, una impagable Gina Gershon, y a Caddy Huffman, la impactante actriz de The Producers con trastorno obsesivo-compulsivo y fiel votante de George W. Bush interpretada por... Caddy Huffman.
¿Y qué cosas terribles pasan como para justificar que el personaje Larry David sea considerado una persona al borde de la sociopatía? Niega su colaboración a un evento benéfico en Los Ángeles con la excusa de que se iba de viaje a Nueva York por tres meses, se va a Nueva York por tres meses para sostener la mentira, y acaba teniendo que viajar a París cuando en Nueva York le hacen una propuesta similar. Acusa a Michael J. Fox de usar su condición de enfermo de Mal de Parkinson en beneficio propio. Propone que Hitler debería haber perseguido a quienes usan peluca. Se saca de encima su obligación cívica de participar en un jurado haciendo comentarios racistas acerca del acusado. Arruina una ceremonia nupcial interconfesional desatando una polémica religiosa. Responde a una persona que le pide ayuda que "estoy a tu disposición para lo que necesites" es una frase hecha que de ningún modo debe ser entendida literalmente. Interrumpe unos muy deseados y demorados besos de reconciliación con su esposa para criticarle que haya dejado un vaso húmedo sobre una mesa de madera ("¿respetas la madera?"). Va a un burlesque a ver la "actuación" de la novia de un amigo íntimo. Rechaza a una rubia soñada y bien dispuesta porque vota a otro partido. Coge con una fogosa palestina a la que, a modo de dirty talk, le hace gritar "¡invádeme ésta!". Critica a un muy anciano kamikaze japonés por haber sobrevivido a la guerra. Discurre en un velorio acerca del tiempo de espera necesario para romper un noviazgo con uno de los deudos. Deja a una novia cuando se entera de que a ella le han diagnosticado cáncer. Alecciona al deudo de un suicida con que el hecho de que el muerto no haya dejado una nota explicando los motivos de su decisión es una muestra de mala educación. Usa la reciente muerte de su madre como excusa para obtener favores ¡incluso sexuales! ¡Continúa una partida de póquer en la casa de una persona a la que acaban de informar de la muerte de un familiar, y una vez confrontado por esta actitud, pide disculpas con la boca llena de pistachos! ¡Recupera un palo de golf de su propiedad del ataúd de un muerto en pleno sepelio! ¡Grita a los deudos con los que acaba de discutir por una nimiedad "espero que no exista vida después de la muerte"! (Las costumbres relacionadas con la muerte y el duelo parecen ser uno de sus temas favoritos). Verdaderamente, el personaje Larry David es el puto amo de hacerle pasar momentos incómodos a los demás.
O sea que Larry David se complace en explorar los límites de la corrección política. Y tengo más ejemplos. En el capítulo The blind date ¡empareja a un ciego con una musulmana que usa niqab! (Tal vez de ese capítulo el Indio Solari sacó la frase "¿qué hace que abandone a su mujer por fea un ciego?" de El charro chino). Un capítulo, The Christ Nail, se burla de la creencia en el Hada de los Dientes (equivalente anglosajón del Ratón Pérez) tanto como del poder de los clavos de Cristo y la mezuzá judía (!). Convierte en tema de un programa televisivo de gran audiencia las eventuales complicaciones del cunnilingus, como la tortícolis o vello púbico atorado en la garganta, así como el primer período de una niña. Se atreve a un capítulo como Vehicular fellatio, cuyo título me exime de comentarios. Expone en Denise Handicap que una mujer en silla de ruedas puede burlarse de la calvicie de un hombre, pero éste no puede devolverle el golpe haciendo bromas con su condición. (Este hermosamente incorrecto capítulo termina con Larry engañando a una parapléjica con otra, y además hay un gracioso gag acerca de lo incómodo que es practicar maniobras amatorias con una mujer que se moviliza en silla de ruedas). Propone que el mejor lugar para que un judío vaya a comer con una amante es un restaurante de comida árabe. Sostiene un duelo por el amor de una mujer con.. una lesbiana como Rosie O'Donnell. Va a comprar Viagra a... Washington Square de Nueva York como si fuera cocaína o heroína. Une exitosamente en un capítulo genial, el último de la octava temporada, el último hasta hoy, tres temas tan incómodos como la homosexualidad infantil, el Mal de Parkinson y el nazismo ("Hitler arruinó ese bigote").
Estás relacionando mucho Curb your enthusiasm con Seinfeld. ¿Es más o menos igual? Sí y no. La burla a los rituales absurdos de la civilización occidental se mantiene como tema central. Pero el humor de Seinfeld es más preciso e inmediatamente efectivo, al estar guionado al milímetro. Curb... es más espontánea, apuesta más al fluir de una trama ingeniosa que a los chistes continuos. Además tiende a centrar los remates humorísticos en el personaje de Larry: la estructura en Seinfeld era coral, y no sólo porque los protagonistas eran cuatro, porque hasta personajes secundarios como Estelle Costanza, Newman o Jackie Chiles gozaban de la oportunidad de un remate con que lucirse.
Ambas series tienen temporadas con arcos argumentales tenues y otras con historias más definidas. En la primera temporada de Curb... apenas hay relación entre los diferentes episodios. Pero en la segunda hay un proyecto para TV, en la tercera una sociedad para abrir un restaurante, en la cuarta (notable) Mel Brooks se propone contratar a Larry para una nueva versión teatral de The Producers, en la quinta hay dudas acerca de una paternidad y hay un amigo que necesita un trasplante de riñón, en la sexta el matrimonio David hospeda en su casa a una particular familia de víctimas del Huracán Katrina, en la genial séptima temporada el eje es la reunión de Seinfeld, y en la octava Larry, tras divorciarse, viaja a Nueva York para sostener su excusa para no participar de un evento a beneficio de niños enfermos.
Hay quienes manifiestan su disgusto con esta última temporada, afirmando que reitera viejos trucos y que es un tanto barroca. Para mí, que comencé a ver el show promediando la séptima temporada y continué con la primera al acabar la octava, puedo decir que eso es exclusivo efecto de la sucesión. La octava temporada, considerada aisladamente, es excelente y una de las mejores, con puntos altísimos como Palestinian chicken, The hero o Larry vs. Michael J. Fox.
El esquema de tres o cuatro líneas argumentales que confluyen en el final, que hoy asociamos con la Edad de Oro de Seinfeld, se mantiene en Curb..., con algunos éxitos descomunales. En The car pool lane hay un padre anciano afectado con glaucoma al que Larry se propone darle marihuana para aliviar su dolencia, un exabrupto racista con el que Larry pretende ser liberado de su obligación de ser parte de un jurado, una prostituta negra llamada Monena (genial Kym E. Whitley) contratada solamente para poder utilizar una vía rápida reservada para automóviles con más de un ocupante, y un amigo que no regala su boleto sobrante para un juego de béisbol porque desea homenajear a un padre muerto con el que siempre asistía al estadio. En el último acto todas las situaciones confluyen en dos escenas sucesivas, en el aeropuerto de Los Ángeles y en los tribunales de la ciudad, de una manera tan elegante e ingeniosa que uno no puede menos que reír a carcajadas, aún cuando las dos situaciones, en sí, no sean particularmente graciosas: lo que las hace tan efectivas es el modo perfecto y sorpresivo en que confluyen para resolver la trama. (Sería la demostración del acierto de la definición del humor como sorpresa intelectual que postulara Macedonio Fernández). Otros ejemplos acabados serían The black swan, The hero, Officer Krupke o el ya mencionado Palestinian chicken.
Pero más arriba escribí que el tema de la séptima temporada es una ficcional reunión de...
Seinfeld. Exacto. Cabe la módica objeción de que uno de los mejores capítulos de esa temporada, y de toda la serie, tiene poca relación con el pequeño mundo de Jerry, Elaine, George y Kramer: el ya mencionado Denise Handicap. Pero es cierto que la séptima temporada cuenta el intento de Larry por recuperar a su esposa Cheryl ofreciéndole un papel en nada menos que un programa de retorno de Seinfeld, como la esposa de... sí, George, el personaje modelado por Larry a partir de Larry, tanto en la realidad como en Curb... Ya Seinfeld había ficcionalizado burlonamente la génesis de la serie, durante su genial cuarta temporada: Jerry y George escribían una comedia a partir de los diálogos y sucesos de sus vidas, llamada Jerry. Curb... hace lo que parecía imposible, darle una vuelta de tuerca más: el regreso de Seinfeld sucede dentro del universo ficcional de otra serie, cuyo protagonista es uno de sus dos creadores. Que además Larry deba competir por el amor de su Cheryl con la versión ficcional de Jason Alexander, quien interpreta a George, es decir Larry, o que Larry fracase en representar el papel de George, escrito a partir de Larry, creo que cuentan como prueba de genio. (Jerry le recuerda a Larry que "no hay John, Paul, George y Larry").
Los capítulos The table read y Seinfeld recuperan tan acabadamente el sabor de la vieja serie que nos hacen dudar del paso del tiempo: los momentos de Seinfeld que se emiten están a la altura de su fama. Para el fan, como es mi caso, es impagable volver a disfrutar del verboso y tan malvado como desventurado Newman de Wayne Knight, así sea durante un fragmento tan breve como hilarante. Y cuentan como una alegría extra las escenas que comparten Michael Richards y Leon: el Kramer de Seinfeld frente a frente con el "Kramer" de Curb... Lo que de paso elabora en clave humorística, y de algún modo cierra de la mejor manera posible, aquel triste episodio real en que Richards insultó a unos jóvenes negros que se burlaban de él.
Así que Curb your enthusiasm vuelve en octubre. Vuelve en octubre, como Perón (?).
 
VÍNCULOS DE PRESUNTO INTERÉS
* Queríamos tanto a Seinfeld Compilación de diálogos y frases de la serie, publicada en esta página en enero de 2007.
* Cinefeld Nota que me publicó Televicio Webzine en setiembre de 2007, y que compila los abundantes apuntes cinéfilos de Seinfeld.
* Seinfeld: a diez años de ¿nada? / Parte uno y Seinfeld: a diez años de ¿nada? / Parte dos Extensa y comprehensiva nota en dos partes, aparecida en esta página en mayo de 2008.