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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

TEMA POR TEMA: PAJARITOS, BRAVOS MUCHACHITOS, DEL INDIO SOLARI

Este modesto rincón de Internet llega, tarde pero seguro, al nuevo disco del Indio Solari. Lo que sigue es un análisis tema por tema como sólo esta página puede brindar. Todas las demás lo hacen mejor.

 

A los pájaros que cantan en las selvas de Internet: gran arranque del disco, con un rock que suena a un gigante acercándose desde el horizonte a paso de vencedor, una introducción con un órgano que suena a El Fantasma de la Ópera, capas de guitarras incandescentes y hasta el toque Jethro Tull de un solo de flauta. ¿La letra? Se supone, dicen los que dicen que saben, que habla del Mundo Twitter pero ¿cómo saberlo? De las letras del Indio se puede decir lo que dijo Borges de Alfred Whitehead y la filosofía: no se puede entender al rock argentino sin las letras del Indio Solari, y casi nadie entiende las letras del Indio Solari. (En realidad, las letras del Indio en su etapa solista son más directas que las que escribía para Los Redonditos de Ricota. Algunas de aquellas, para nada todas, aclaro, y ni siquiera muchas, parecían experimentos en poesía "no figurativa", como Pool Averna y Papusa).
Beemedobleve: un midtempo con una melodía anodina, y una letra que vuelve a una de las obsesiones de la poética del Indio como solista, la mortalidad y el silencio de Dios, con grandes versos como "han clausurando las puertas del Cielo / y esas cosas no se pueden ocultar / Una crecida arrasa la ribera / el barro se hace cruel, nos viene a sepultar" o "si lo mejor de lo mejor del amor / Dios siempre se lo quedó para él / Bocado amargo que nos dejó en un manzanar". (¿Qué le ven de oscuro o indescrifrable a esos versos? Además, tengamos en cuenta que la función principal de la letra, en una canción, es acompañar bien la melodía, y si además de eso transmite algo, extraordinario entonces. Pero lo primero es lo primero).
A la luz de la luna: un lindo tema onda Tarea fina pero menos ágil. La pared de sonido suena demasiado densa y el tempo no es lo suficientemente rápido (¡dale gas, Indio!) como para un rockito más bien simple, engalanado por una gran frase con destino de consejo de autoayuda ricotero como "cree que no vale la pena / esa herida que no cierra más".
Las supersticiones traen mala suerte: en esta canción abrasiva vuelven las alusiones a la mortalidad y la imposibilidad de creer en religión alguna, una temática cuyas raíces se pueden encontrar en El árbol del Gran Bonete de Último bondi a Finisterre. (Y ya lo ve / y ya lo ve / es para Bergoglio que lo mira por TV). Grandes pinturas de angustia existencial como "no, no, no necesito huir así / del laberinto de mis miedos / No me seduce la visión ardiente / Ningún líder feroz, mártir doliente" o "algún rayo nos obligó a habitar un planeta extraño / Es otra historia de nunca acabar / Supersticiones de nunca acabar" confirman que las letras del Indio merecen una lectura atenta como pocas en el rock argentino.
Amok! Amok!: una logradísima canción con batería trip-hop, guitarras poderosas y un clima denso y asfixiante, además de una vuelta de tuerca más sobre la religión organizada y la mortalidad. Los versos "llegó el telejuego con chamanes / que puede curar todos los males" recuperan una vieja figura poética del Indio que viene de las épocas de El Delito Americano. ¿Más ejemplos de grandes frases? "Al fin serán bienvenidos todos / al show de la linda fe sonriente / Nos merecemos bellos milagros, y ocurrirán / Y los sermones más felices que hay", o "los gusanos siguen siendo fieles / a toda la carne que se muere".
Chau mohicano: un rock con una melodía bastante lineal, y en definitiva una canción no especialmente memorable. Ya promediando el disco, empiezo a notar que el concepto de sonido, más denso y complejo que el nivel promedio del rock argentino, es empero tan homogéneo que al oyente distraído le cuesta diferenciar los temas, que tienden a sonar todos parecidos, con pocos valles y picos.
Arca monster: un título hijo de la técnica del cut-up (como Alien Duce o Divina TV Führer) para una canción dedicada a las catástrofes climáticas del futuro inminente, como en Todos a los botes del disco anterior, por cierto, un disco del que ya nadie se acuerda. Nuevamente me río de los que claman por la "poderosa tiniebla" de las letras del Indio ante versos como "los mares van a hervir / y el Arca va a encallar / Otorgaba poder tener lugar / los cuervos de Odín ya no pasan más / volando sobre el mundo / Basta ya / se acabó / El futuro no es un reino de poder para los hijos del éxito". Hay una melodía atractiva, un estribillo bien disonante, y un final con una parte de violín que remite a los Beatles en su era psicodélica.
Cada pequeña muerte: una muy agradable canción midtempo acerca del desamor ("algo en tu interior murió / la bendita luz / la que se filtró una vez y me iluminó", versos muy spinettianos por cierto). Hay un gran solo de guitarra de Comotto. El título remite a una célebre hipérbole francesa acerca del orgasmo.
Babas del diablo: otro tema sin relieve melódico, ahora en versión rock. Con todos los discos solistas del Indio me ha pasado lo mismo: me llegan menos emocionalmente que intelectualmente. O sea, valoro la mayoría de las letras, algunas líneas melódicas, la complejidad de la pared de sonido, el nivel de los músicos acompañantes, que son todas cosas que se ve poquísimo en el rock argentino... pero a menudo pareciera que hay algo que falta, y que no puedo describir sin el recurso a metáforas más bien vagas.
Había una vez...: un lindo himno con un aire a Flight 956, otra canción de desamor ("sigo siendo el mismo de siempre y te aburre mi voz / llega el adiós") que contiene versos con destino de trapo o tatuaje como "con los puños en alto deseando al final / hacer la revolución / con una canción de amor". Para mí eh para mí.
Un par de fantasmas: un buen rock de tempo más urgente que el promedio del disco, con una letra que parece dedicada a un figurón de la TV a quien se le pasó el cuarto de hora. Éste es un tema que me empezó a gustar después de decenas de escuchas, como todo este disco salvo los temas inicial y final, que me gustaron de entrada. Llamativo este agrado tántrico: es como si el Indio post-Redondos hubiera perdido sensibilidad pop, la capacidad de engancharte inmediatamente con una frase o una melodía. ¿O el problema somos nosotros, que reclamamos que el Indio nos sorprenda y que a la vez sea el mismo de siempre?
La pajarita pechiblanca: reggae gitano en el que participan los ex Redondos Sergio Dawi, Walter Sidotti y Semilla Bucciarelli, quienes además compusieron la música. Una canción muy linda que se destaca del resto, rompiendo la homogeneidad del sonido, con una melodía muy atractiva, y un sonido que hermana a Jamaica con Bosnia, como decir Bob Marley con Goran Bregovic. La letra del Indio es juguetona y esquiva, tal vez no sea equivocado apuntarle al desamor como su eje.
 
Comentarios de otros discos del Indio Solari en esta página amiga (?).
* Porco Rex (2007).
* El perfume de la tempestad (2010).
* El ruiseñor, el amor y la muerte (2018).
* A los pájaros, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Villa Epecuén (2021).