DEAD MAN (1995)

Dirigida por:
Jim Jarmusch
Protagonizada por:
Johnny Depp
Gary Farmer
Crispin Glover
Lance Henriksen
Michael Wincott
Estudios: JVC (Prod.) Miramax (Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 10 de Mayo de 1996
Estreno en Argentina: 26 de Mayo de 1999
Duración: 121'
Género: Western

 Reseña Cinefania.com
Reseña:  El contador William Blake viaja en tren al pueblo de Machine con la promesa de un trabajo seguro, pero se va a encontrar en el inhóspito y violento oeste americano asesinando, en un confuso episodio, al hijo de un magnate que pone precio a su cabeza. A partir de ese momento, Blake debe huir sin saber a donde, con una bala alojada cerca del corazón, perseguido por comisarios y cazarrecompensas e inicia un periplo con una sola certeza: la muerte.  
  La película se abre con una frase del poeta belga Henri Michaux: “Es preferible no viajar con el hombre muerto”. El indio Nobody (Nadie) reconoce en William Blake la reencarnación del poeta inglés y le recita un verso de su autoría, Augurios de inocencia: “Algunos nacen para la dulce delicia, algunos nacen para la Noche interminable”. También le pregunta, con retórica borgeana: “¿Mataste al hombre blanco que te asesinó?” En el misterioso tren del inicio, el hombre que echa los leños para alimentar el fuego de la locomotora, con la cara sucia de tizne negro, le inquiere, sin conocerlo: “Mira por la ventanilla, ¿No te recuerda cuando estabas en el barco?” y también: “Tu novia te dejó por otro. Eso no justifica que hayas venido aquí, al infierno”, y aún más: “Es probable que encuentres tu propia tumba”. Citas de un poeta surreal, otro con estilo críptico y profético, un maquinista que se comporta como un oráculo. Está claro que Jim Jarmusch plantea un lirismo sin la mínima vocación de anclaje en lo real.  
  Más que un film fantástico, el tono es de ensoñación, de extrañeza. Las cosas ocurren porque ocurren, sin exigencias narrativas. Una estrella fugaz surca el cielo sin otra pretensión que esa. Los pistoleros yerran los disparos, una y otra vez, porque el destino así lo quiere, y el inexperto Blake acierta por igual motivo. El indio Nobody aparece y desaparece a su antojo, sin mayores explicaciones. El paisaje que se ve desde el tren es de constante desolación, carretas destruidas, carpas indias abandonadas, de-sierto, y los pasajeros que no conversan entre ellos se levantan al unísono y se ponen a disparar porque sí, estúpidamente, a los búfalos. Los indios se asoman y observan a Blake en el bosque y llamativamente no le disparan. Nobody toma unas drogas sagradas y entonces ve que el rostro de su amigo es una calavera. Un hombre pega un pisotón a la cabeza de un muerto y ésta queda aplastada, completamente chata, como si tal cosa. Hay diálogos banales que se repiten como leit motiv sin aspirar a ningún sentido: “¿Tienes tabaco?”, “No, no fumo”. Y en un momento de llamativa autoconciencia ante la pregunta de un perseguidor: “¿Usted es William Blake?”, él le responde, antes de matarlo de un tiro: “Sí, ¿Conoce mi poesía?”. Nobody roba los anteojos de William y los vende, y le predice con acierto: “Quizás ahora veas mejor”. Blake encuentra un ciervo muerto de un balazo, toca el orificio de la bala que lo mató, se pasa la sangre por su cuerpo y se acuesta a dormir junto al cadáver animal. La reserva india es, por lo menos, excéntrica: tótems, dibujos “modernos”, aborígenes estrafalarios, puertas que se abren mecánicamente. Cúmulo de situaciones extravagantes que se van enlazando creando un clima de extrañeza, plagado de subjetividad, que es reforzado por la elección de la imagen en blanco y negro, el ritmo pausado del relato y por los punteos recurrentes de la guitarra de Neil Young.  
  DEAD MAN es una película en movimiento, William Blake debe desplazarse todo el tiempo. Primero el tren que lo lleva a Machine, el infierno de su perdición, luego la huida por desiertos y bosques, por último la canoa que lo conduce a la muerte, o como le dice Nobody: “Es hora que vuelvas al lugar del que viniste, de donde salen todos los espíritus, y al que todos los espíritus regresan”. Un regreso al origen. El viaje de William Blake es el camino hacia una muerte que está fijada de antemano, es un hombre que estaba muerto desde antes de comenzar la odisea, como comprendieron el maquinista y Nobody apenas lo conocieron, como lo era el Benjamín Otálora del cuento El muerto (otra vez Borges).  
  DEAD MAN quizás sea la película más importante de Jim Jarmusch y una de las mejores del cine norteamericano de los años ‘90, un film disruptivo, difícil de encuadrar. Un reparto que incluye a Johnny Depp, Lance Henriksen, John Hurt, Iggy Pop y Robert Mitchum completan esta obra excepcional. (Claudio Huck) [Cinefania.com]
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 Ficha Técnica
Reparto
Ver créditos
  Photo Johnny Depp
Johnny Depp
(1963)
  ... William Blake  
  Gary FarmerGary Farmer   ... Nobody  
  Crispin GloverCrispin Glover   ... Train Fireman  
  Photo Lance Henriksen
Lance Henriksen
(1940)
  ... Cole Wilson  
  Michael WincottMichael Wincott   ... Conway Twill  
  Eugene ByrdEugene Byrd   ... Johnny 'The Kid' Pickett  
  Photo John Hurt
John Hurt
(1940-2017)
  ... John Scholfield  
  Photo Robert Mitchum
Robert Mitchum
(1917-1997)
  ... John Dickinson  
  Iggy PopIggy Pop   ... Salvatore 'Sally' Jenko  
  Photo Gabriel Byrne
Gabriel Byrne
(1950)
  ... Charlie Dickinson  
  Jared HarrisJared Harris   ... Benmont Tench  
  Mili AvitalMili Avital   ... Thel Russell  
Rubros Técnicos
  Dirección:   Jim Jarmusch
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