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VIGILEMOS LA BRECHA CAMBIARIA
El análisis de la marcha de la economía argentina por nuestro columnista exclusivo, el coronel albañil (RE) Oliverio Oligarcay

En los últimos meses se ha producido una depreciación del peso con respecto al dólar del Gran País del Norte, lo que dificulta las importaciones y los viajes al exterior, con lo que la menguante parte sana de nuestra sociedad se enfrenta a graves restricciones en su libertad de derroche. Esto es consecuencia de la vocación marxista leninista del know-how de nuestro gobierno y de la prédica de nostálgicos del Muro de Berlín como el desaparecido Papa Juan Pablo II.

La brecha cambiaria (ver abajo el gráfico de currency gap) y las retenciones a las exportaciones de ciertos commodities (combustibles, aceites, soja, cereales), además de representar una distorsión intolerable del free market y de alejarnos incluso de los escenarios de second best, son empleados para subvencionar a la chusma desempleada, en vez de recomponer los financial statements de las empresas como toda economía capitalista sana debería hacer.

Así se manifiesta la brecha cambiaria (cuadro según datos según Fundación Quintacolumnista Liberal, 2005).

Al respecto correspondería aplicar una solución final que ofrece las ventajas de una extrema eficiencia y una contribución a la mejora de la productividad global de nuestra economía: habría que acabar con el hambre comiéndose a los hambrientos. Idea que claramente está expuesta en las obras de Charles Darwin, pese a que él no se molestara en hacerlo evidente, y que maximiza las virtudes de la libre competencia, el laissez faire y el crecimiento del national gross product.

Una última referencia a la crisis de Bolivia. Este pueblo hermano de nuestra chusma olvida las virtudes de la libertad de explotación y ha arremetido contra el proyecto de exportación de su gas a través de puertos chilenos. El gobierno marxista leninista castrista estalinista neoguevarista maoísta titoísta chaplinesco y maradoniano de nuestra pobre Argentina debería ofrecer una solution que conviniera a todas las partes: debería renunciar a su reclamo contra la Rubia Albión por la soberanía de las Falkland Islands y cedérselas a Bolivia, que así tendría por fin salida al sea. Por lo menos así lo veo yo, mi hija Mary Julie y mis amigos Bernie y Mariano.

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