Terror Universal
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Seccion: Biografías (Lecturas: 11)
Fecha de publicación: Noviembre de 2007

Martín Mendilaharzu, el abuelo de los FX

A través de las caracterizaciones de Narciso Ibáñez Menta para El Hombre que Volvió de la Muerte, repasamos la vida y obra de un genio olvidado del maquillaje.

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Natán Solans



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Narciso travestido como Ekaterina Hansen.
A la derecha: Una fuente de inspiración (Walt Disney) y una influencia (Rick Baker)

Martín Mendilaharzu me contó que el primer personaje que elaboraron fue Ekaterina Hansen. El nombre lo puso Narciso, pués tenía una gran admiración por Katherine Stubergh, la creadora de figuras de cera que diseñó las reproducciones de "House of Wax" (Museo de Cera-1953), la famosa película donde trabajó Vincent Price. Era algo delicado ya que se trataba de una escena de travestismo, muy mal visto en aquella época llena de susceptibilidades. Primero Narciso se afeitó su famoso bigote y hasta su cabello, tambien los antebrazos y las manos. Narciso contaba que Toshiro Mifune, en el Festival de Cannes, le aseguró que los actores japoneses que trabajan en el Teatro Kabuki (Teatro de Maquillajes) se despersonalizan, eliminándose cejas y vello general, estirándose y pasando días moviéndose como mujeres, animales, gordos, plantas... para quedar vacíos como botellas para ser llenados con los personajes: Narciso, como buen Maestro siempre escuchaba a otros Maestros.

Aclaremos algo: Martín Clutet figuraba como director de "El hombre que volvió de la Muerte", así como Marta Reguera lo hizo en "El Fantasma de la Opera" y Enrique Carreras con la versión fílmica de "Obras Maestras del Terror", pero, pero esas no eran direcciones tradicionales. Narciso, pese a ser muy meticuloso con la pre-producción, solía tener ideas en el medio de las grabaciones y las ponía en práctica. El staff de maquillaje (la palabra FX no existía entonces, y, todavía hoy muchos no la comprenden) contaba con talentos tales como Vicente Notari, Suni Alfaro, Pisani y algunos otros nombres de nómina más, pero el único artífice era nuestro amigo Mendi.

A las 6 AM comenzaba la grabación, y a veces continuaba hasta las 2 AM (del día siguiente). Narciso siempre gustaba vestirse con su pijama habitual (hay muchas fotos de reportajes que lo atestiguan). Así vestido, subía junto con Mendi al Camarín Nro. 2 del Canal 9. Este camarín pertenecía a la antiguo edificio que había sido "El Armenonville", un Cabaret de la década del 20, muy estilo "Los Intocables". Era una belleza: el empapelado era el original; entelado en negro y oro, en riguroso "Art Deccó", al igual que el lujoso mobiliario, los espejos y plafón de cristal esmerilado y la alfombra persa auténtica, intacta, pues el Zar Romay la restauró. Había allí un "Secreter" (escritorio) que servía para apoyar los maquillajes, pero, para completar esta visión, debo mencionar los 2 baúles, uno verde inglés y otro borra vino, propiedad de Narciso que eran siempre acarreados desde su domicilio en la ciudad de Buenos Aires (Pueyrredón 619). El baúl verde guardaba piezas de utilería de acción: bastones, sombreros y gorros, cuellos duros, corbatas moños, polainas, una colección de "Elevators" (tacos que, dentro del zapato hacían aumentar hasta 15 cm. de estatura), botargas (rellenos de tela) que fingían panzas, músculos o, particularmente, los senos de la Srta. Ekaterina Hansen, por ejemplo. El Borra Vino era todavía más apasionante, pués era un muestrario de Maquillaje Profesional. Dentro había una colección de pelucas, barbas, bigotes, patillas y apliques capilares diseñadas por Julipi Ruiz. Este posticero madrileño trabajó también para Charlton Heston, Alan Ladd, Peter Sellers, David Niven... También había allí una colección de narices pre-moldeadas de látex: ganchudas (su preferida era "la nariz de bruja tipo Disney"), las de boxeador, las redondas tipo eslavo, etc. Cientos de frasquitos de maquillaje graso, líquido o en polvo, reproducciones de su rostro en cera, calcos, lentillas oculares primitivas, ojos artificiales, dentaduras, etc.


Hailé Tibiade, enorme autoridad africana

El primer personaje abordado fue, como ya dijimos la solterona Ekaterina Hansen, el segundo fue el líder africano Hailé Tibiade (Narciso ya había hecho varias etnias negras, por ejemplo su exitoso personaje teatral de "Sangre Negra"), un negro enorme de 1,98 m (Narciso solo medía 1,59 m) que tenía una corpulencia semejante a Tyson y, además una muela falsa, donde guardaba un secreto (Mendilaharzu solucionó todo esto con imaginativos trucos).


"El coleccionista de penas capitales":
Aquí están presentes todos los principios de Martín Mendilaharzu

El tercero (varios días después) fue "el Coleccionista de Penas Capitales", un alemán (¡que raro!) cincuentón, muy rubio, casi tan albino como el asesino de "El Código DaVinci", que pagaba fortunas para poder fotografiar ejecuciones; una de esas fue la de Elmer Van Hess, ejecutado injustamente.


El "Cristo-Elmer de los electrodos":
Para esta escena Narciso no paró para almorzar sino que prefirió quedarse "crucificado" para lucir torturado, transpirado para la escena

La cuarta caracterización no era joda: ¡Se trataba del mismísmo doble de Jesúscristo! ¡Imaginen esta escena en plena influencia militar! Narciso, valientemente, rebelándose contra la opinión del dueño del Canal, el Director, la Comisión de Censura, (el mismísmo Mendilaharzu le dijo que no hiciera semejante personaje), algunos actores pacatos que no querían "tener problemas", y contra su misma familia (solo tenía a favor al autor, el prócer Abel Santa Cruz) decidió interpretar a Elmer Van Hess crucificado en una cruz de concreto, y una corona de electrodos suplantando la de espinas: Quién vio aquello difícilmente lo olvide.


"El Hombre Gris": Simple distorsión del rostro muy usado por los Servicios...

La quinta se trataba de mi caracterización preferida: El Hombre Gris; un pequeño homúnculo calvo de gran y vulgar nariz, enorme bigote y encorvado con un inmenso anteojo estilo "La Mosca". Pasaba tan inadvertido que lo probó en la calle (a él, como a mí, le gustaban los maquillajes de "mimetismo", esos que se usan para pasar desapercibido, esos que lo convierten a uno en "El Hombre Invisible" en una reunión o una multitud), y hasta logró confundir al ojo de Cristóbal, el Portero-Sabueso de Canal 9 que no lo dejó pasar.

No voy a mencionar aquí todas sus caracterizaciones en aquel éxito, no los voy a aburrir, pero quiero detenerme dos muy importantes, ambos maquillajes gastronómicos: "La-del-Dulce de Leche" Y "La-de-los-Fideos".

La historia contaba que Elmer Van Hess, un hombre sencillo es condenado mediante subterfugios, acusándolo injustamente con el objeto de obtener su cuerpo (mmm...) y son muchos los que colaboran para este asesinato. Ahora bien, su cuerpo, al igual que habían experimentado ya con una rana, es suplantado orgánicamente hasta convertirlo en una especie de "cyborg" (al estilo Van Damme). Debo decir aquí, por mi cuenta, que estoy segurísimo que este argumento de Santa Cruz fue "afanado" para hacer "Darkman" (Darkman, el Rostro de la Venganza-1990), que es muuuuy parecida. Su inteligencia de hombre común se potencia enormemente, porque "al no estar distraído por los apetitos mundanos, esta inteligencia se vuelve químicamente pura...".

Era bien entrado Marzo de 1969 y faltaba poco para comenzar el "rodaje" y Narciso disfrutaba de su desayuno en Pueyrredón 619, 3er.piso; aunque no estaba exactamente en el guión, en cierto momento Elmer inventaba una "Carne Artificial" y con esta se disfraza de Katherina Hansen, Haile-Tibile, El Hombre Gris y todos los demás cubriendo con esta maravilla biológica su cráneo metálico de Robot Asesino. Ahora bien , este invento no era perfecto, era más perecedero que el pescado; en unas 5 horas comenzaba a biodegradarse, a derretirse y volver a "sus materias originales", y Narciso, la verdad no sabía como hacerlo, al igual que Mendilaharzu.

Narciso en Buenos Aires o en España, siempre se desayunó con galletitas "Criollitas" con manteca y Dulce de Leche de "La Martona", "pues, -decía- este era más blando , más cremoso y deslizante..." Y fue al mirar la cuchara y el dulce de leche cayendo que se le prendió la lamparita; estaba escrito que ese día no se desayunaría; corriendo lo llamó a Mendi y ya, se diría que allí habían nacido los rostros degradables de Elmer Van Hess (y "Darkman", perdón).

El procedimiento fue sencillo televisivamente hablando; basándose en recuerdos de una película titulada "The H-Man" (El Hombre H-1958) de la Toho Film de Japón, Mendilaharzu realizó máscaras completas de los personajes modelándolos con media cara derretida y luego (en algunas ocasiones se usaron dobles y amigos, creo que Juan Carlos Galván fue uno de ellos aunque no estoy seguro) picando la cámara justo donde empieza la cabeza daba pie para que fuera del campo de cámara, Mendi, con un tarro lleno de dulce de leche más bien caliente tirara un chorrito de éste. El dulce se escurría por la máscara, por los surcos de la representación de la cara, destruyéndose y, francamente, quedaba bárbaro!.

Para el que lo vimos, es difícil olvidar a Elmer con su rostro derritiéndose, llevándose pedazos de su cabellera, al tocarse la cara y arrancarse un pedazo, para decir:

- Claro, sustancia protoplasmática, se disuelve en sus materiales originales.... vuelve el polvo al polvo...

La creación de "El-Maquillaje-de-los-fideos", fue diferente; aunque suene increíble, Narciso me contó que la inspiración vino nada menos que en el Imperio de los fideos; en el Restaurante "Pipo", lugar frecuentado por Parravicinni, Muiño, Sandrini, Federico Luppi....

No entiendo, francamente, como el Incomensurable Narciso asoció el aspecto de los queloides (piel quemada y deformada) con un plato de fideos embebidos en tuco y pesto, pero el resultado fue soberbio.

Años después, en los '80 el maquillaje del rostro quemado de Freddie Krueger fue hecho sacando moldes de los caprichosos firuletes que produce la muzzarela caliente en una pizza: más gastronomía.

En ocasión del documental biográfico sobre Narciso Ibáñez Menta "Nadie Inquietó Más" de Gustavo Lionel Mendoza, fui invitado por este a reproducir El-Maquillaje-de-los-Fideos: Lo logramos por el mismo procedimiento de Mendilaharzu: Calco de yeso del rostro / Escultura en arcilla del rostro quemado / Reproducción en látex de la escultura / Pintura y decoración del mismo / Aplicación de un ojo acrílico falso, también quemado / Sujetar mediante el antiguo pegamento "mástic", al rostro / Repasado final.

La verdad sea dicha; jamás existió un quemado de 3er.grado que luciera así, pero después de todo esto era ciencia-ficción.

La realización de "La Máscara Egipcia de la Venganza" es lo último que relataré (realmente hay material para hacer un grueso libro) de esta novela histórica. Aquel diseño, aunque en plástico, fue copiada para la nueva versión que hoy está en el aire.

Pero la original fue una creación del libro de Abel Santa Cruz, sin mucha descripción. Entonces Narciso fijándose en una Enciclopedia dibujó esta deidad inexistente; incluso junto con Mendi, hicieron una pared de cartón piedra que reproducía unos jeroglíficos egipcios donde se veía un Sumo Sacerdote enmascarado con dicha máscara de oro. Si nos fijamos con atención veremos que esta máscara es más bien una pieza de "Art Decó", el estilo que brillaba en los años '30. Hay muchos ejemplos de esto en los Palacios del Cine de arquitectura Hollywoodense.

La Máscara de la Venganza fue modelada en plastilina sobre un busto de Narciso, alisada finamente con vaselina, moldeada y luego reproducida en carta-pesta; el método que usan en Valencia, España para realizar los Monumentos Falleros que luego son quemados.

Se finalizaba el acabado cubriendo todo con enduído de coches y una fina capa de dorado a la hoja, que es verdero oro laminado y pegado con cola de conejo, una capucha de paño lenci y un tul de seda completaban el siniestro personaje, dos tules tapaban la visión de los ojos. Alguien me dijo que terminado el ciclo La Máscara adornó la chimenea de la casa-laboratorio de Ezeiza, donde Mendi guardaba sus recuerdos de "El Satélite Chiflado" (1956), "Desalmados en Pena" (1959), "La Venganza del Sexo" (1966), "Sangre de Vírgenes" (1968) y muchas producciones más (que, lógicamente no figuran en esa otra prestigiosa página que es Cine Nacional, pués se lo solía ignorar en los créditos de las películas), otros me dicen que todo ese material es guardado celosamente por hijos o sobrinos, pero otros me contaron que todo aquello ya no existe...

Quizá ya haya encontrado su indeseado descanso final, aunque Merlín vivió 640 años; quien sabe, quizá esté en algún sótano trabajando a sus 107 años... a mi me gusta imaginarlo como aquel personaje de Ray Bradbury del cuento "Back Lot". Trataba de un técnico de Hollywood, muy parecido a Mendi; se había jubilado pero igual se pasaba todo el tiempo paseando por el Back Lot (las calles falsas donde se ruedan las películas) de los Universal Studios, lejos de su casa, de su familia. En un momento dado un sobrino llega a toda velocidad en un coche y divisa al técnico apoyado en una arcada de una falsa iglesia, fumando, con la corbata floja como Humprey Bogart, como Mendi. El muchacho le reprocha a gritos su indiferencia, le dice que cómo puede preferir ese montón de chatarra a estar con los suyos... le grita, se cansa y parte con su coche con igual velocidad.

El Técnico, Mendi, lo mira filosóficamente, tira el pucho en dirección a la nube de tierra del coche que se aleja y se dá la vuelta.

Entonces se vé que no era un hombre real, era un artilugio: Un bastidor, un maniquí hueco hecho de tiras de madera y cartón...

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