WHEN WORLDS COLLIDE
(Cuando los Mundos Chocan-1951)

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Arriba: En la escena del terremoto los protagonistas aguardan los efectos en una oficina del campamento de Hendron. Junto a la puerta está el Dr. Drake, prometido de Joyce. A la izquierda, detrás de un armario que se derrumba, están Joyce y Dave, que, ante el peligro, se abrazan. Cuando se corta la luz (abajo), Drake prende su linterna y enfoca los rostros de la pareja. De esta manera ve por fin, de manera literal y metafórica, lo que antes no veía a la luz del día: ya no es el dueño de los sentimientos de su prometida.

Hay algunas escenas realmente memorables. En la secuencia del paso de Zyra por las cercanías de la órbita terrestre, la Tierra se ve sacudida por marejadas y terremotos. Y la pantalla nos muestra una selección bastante depurada de catástrofes que, en contra de la costumbre para estos casos, no consiste en escenas de stock footage sino que son filmaciones de maquetas y miniaturas de gran verosimilitud para la época. Aún hoy en día compiten bien frente muchas de las películas que optan por la utilización de imágenes generadas por computadora.

Pasada esta instancia, los sobrevivientes tratan de suministrar ayuda humanitaria a aquellos que quedaron aislados. De esta manera los dos pretendientes del corazón de Joyce (Dave y el Dr. Drake) suben a un helicóptero para entregar medicinas y víveres a un campamento de la Cruz Roja. En el camino pasan por lo que supo ser la ciudad de Nueva York, ahora completamente inundada. No es la primera vez que el cine muestra a una Manhattan bajo las aguas, pero si es la más impresionante (y de la que muchas películas posteriores hicieron eco). Más adelante, y faltando pocos días para la llegada de Bellus, que aniquilará los restos del planeta Tierra, se realiza el sorteo que decidirá quienes serán los afortunados 40 que tripularán la nave. La idea es perfectamente lógica, aunque no todos serán sorteados. Algunos tienen aseguradas sus plazas en la nave. Como ya se dijo antes, Stanton ocupará una plaza (él y su silla, claro está). El Dr. Hendron, como líder del proyecto, también ocupará una butaca. Debido a cierta carencia de ética, Joyce, su novio y Dave tampoco serán sorteados, ya que también viajarán en la nave. En este momento se suma un nuevo drama al conjunto. Hay una pareja de jóvenes, un chico y una chica, que son novios. Ambos son sorteados, pero, cuando se publican los números ganadores, se enteran que él irá en la nave, pero ella no. Amargado, él decide sacrificarse y rechaza su número de la suerte, devolviéndolo al Dr. Hendron. Mientras Stanton advierte sobre que, llegado el momento, los afortunados que viajen deberán defender sus lugares con armas, el asistente de Stanton, Ferris, toma un arma y amenaza a los demás, diciendo que él viajará en esa nave por más que tenga que matar al resto. Ferris escupe todo el odio que ha venido sembrando por su patrón durante los últimos años. La situación la resuelve, de manera expeditiva, el propio Stanton, bajando al amenazante Ferris de tres disparos (Stanton también estaba armado, por lo visto). El incidente, que sirve para afianzar las palabras del propio Stanton, no deja de recordar al espectador actual una escena similar en la película HANNIBAL (2001) de Ridley Scott, en la que un médico intenta asesinar a un tirano en silla de ruedas al que ha estado sirviendo durante varios años.

Sobre el final, entre terremotos y vientos huracánidos, tiene lugar el desenlace del principal drama de la película, el que tiene como antagonistas a Stanton y Hendron. Ambos se aprestan a abordar la nave. Está todo listo para el despegue, y la turba de amotinados trata de traspasar el alambrado que separa el campamento de la rampa de despegue. Traicionando a quien patrocinó la construcción de esta moderna Arca de Noé, Hendron conduce la silla de Stanton fuera de la rampa de acceso a la nave, y le explica: "No vamos a abordar la nave, Stanton. Ud. tenía razón sobre la naturaleza de los hombres. Pero ahora vamos a sacrificarnos, porque el nuevo mundo será de los jóvenes." Stanton se pone como loco y, en un esfuerzo sobrehumano, se para de la silla. Acto seguido se observa a sí mismo: ¡Está parado y trata de acercarse a su salvación! Pero es demasiado tarde, y la nave inicia su ascenso. El resto de los conflictos se resuelven de manera pueril, con Drake, reconociendo la realidad de su fracaso en el amor y ayudando a que Dave se reuna con Joyce en la nave (claro, Drake tiene asegurada su vacante como tripulante y no le cuesta nada quedar como un caballero frente a los enamorados, pero... ¿qué habría pasado si lo que se jugaba no era el amor de Joyce sino un puesto en la nave?). La parejita joven también aborda la nave y se salva, e incluso viaja un niño pequeño y su perra (que al llegar a destino ha tenido cachorritos, lo que es un símbolo bastante claro de que el final es feliz). Felizmente, la película no hace mucho hincapié en estas subtramas menores, ya que la acción es presidida siempre por las constantes intervenciones de Stanton. El cénit dramático del filme entero sobreviene en el momento en que el viejo se levanta de la silla (tal vez Kubrick homenajeó esta secuencia en su DR. STRANGELOVE). Por eso decir que la fuerza dramática de la película reposa en el personaje de John Hoyt no es ningún despropósito. ¿Será que el suyo representa el carácter egoísta del Ser Humano? Así como Jesús, que se redime en la cruz, para seguir cerca con la Biblia, ¿es descabellado pretender que Stanton se redime con este milagro? Stanton, que financió por motivos egoístas la salvación de la Humanidad, que predijo los desmanes, que fue chantajeado, termina traicionado por Hendron y pierde su salvación. ¿No es este suficiente motivo como para curarse de su parálisis?

Cuando los sobrevivientes de la hecatombe llegan al Nuevo Mundo, se abren las escotillas y no solo que hay aire y que este es respirable, sino que el paisaje que se les presenta parece salido de la portada de un disco de Awankana. Por más que uno suponga que la intención del director fue ofrecer una imagen de "Nuevo Edén", la impresión es que los protagonistas llegan a un mundo irreal. ¿Los planetas que no tienen injerencia del Hombre son así de edénicos? ¿Es esta irrealidad una metáfora del nuevo principio, un comienzo desde cero, sin tecnología, sin otra cultura más que la transportada en la nave? Y respecto de este nuevo comienzo, la película, a pesar de ser de una época social y políticamente difícil, tiene un mensaje sabrosamente incorrecto. Por empezar, todos los integrantes de la nave son de raza blanca: ¿Es esto para eliminar futuros problemas raciales? En varias escenas se menciona que en "otros países también se están construyendo naves", pero, visto y considerando el dineral que costó armar una sola (empresa que solo pudo ser afrontado por un conglomerado de magnates), se hace difícil suponer que una nave brasileña, argentina o incluso española, pudieran llegar al nuevo planeta. Otra cuestión incorrecta es la inacción del gobierno norteamericano. La película parece indicar que la salvación de la Raza Humana se debe a la iniciativa privada, cuestión factible y probable. De hecho, en la mencionada DR. STRANGELOVE (Dr. Insólito-1964) del gran Kubrick, un grupo de poderosos planea su propia preservación del holocausto nuclear. En general, el cine tiende a mostrar que todos los empresarios son como nuestro ya querido Stanton. Pero hay otros empresarios, que son los inversores del instituto de Hendron, que ofrecen su dinero y parecen preferir afrontar la muerte junto a sus respectivos seres queridos. Otros clichés rotos son el del científico excéntrico, que pierde noción del entorno con tal de cumplir sus planes (todos los científicos que aparecen en la película tienen los pies en la tierra) y el de la mujeres ineptas, que en el cine de ciencia-ficción suelen ser tomadas como generadoras de errores o situaciones insalvables para los protagonistas masculinos (la Joyce Hendron no solo no provoca ningún desmán, incluso no llora por el autosacrificio de su padre).


Dave y Joyce (Richard Derr y Barbara Rush) encaminándose hacia un cuadro con pintura matte que representa el Nuevo Mundo

Hoy día, a medio siglo del estreno de este filme, con el anuncio de una nueva versión, de la mano del inefable Steven Spielberg, se plantea el temible interrogante de si estas interesantes cuestiones ideológicas estarán presentes en la trama. El mundo ha cambiado varias veces desde 1951, pero el espíritu humano no y las aristas oscuras del alma, expuestas a través de los Stanton y Hendron, se mantienen intactas.

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