Det Sjunde inseglet
(El Séptimo Sello-1957)

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Pero es interrumpida por una procesión de pueblerinos atemorizados por la peste.
Un sacerdote increpa a la multitud, para que se arrepientan antes de morir víctimas de la peste.
Plog, el herrero busca a su esposa (quien está con el jefe de la troupe).
En la taberna, los parroquianos comentan las tétricas novedades y creen que el Juicio Final se avecina.
El herrero pregunta el paradero de su esposa al pobre Joseph y el seminarista ladrón acusa de que la mujer huyó con su amigo.
Acusado, es humillado por la multitud ...
... hasta que la llegada de Jöns pone en su lugar al seminarista ladrón.
Block visita el carromato de los comediantes. Más tarde llega Jöns y la chica que salvó del ladrón.
Block dice que guardará esa amable hora, con fresas salvajes y buena compañía como si fuera el tazón de leche que le han convidado.
Pero la Muerte no le da respiro, y aparece para continuar la partida.
La Muerte cae en una celada, y Block, sonriente, da jaque.
Por la noche Jöns conversa con el inconformable herrero cuya esposa ha huído.
Unidos a la caravana de Block, el herrero se topa con su esposa, de la mano del actor prófugo.
Para salvarse, el actor finge su muerte, y es la auténtica Muerte quien ciega su existencia.
Por la noche, la caravana observa el paso de una carreta escoltada por soldados que transporta una joven que va a ser quemada por bruja.
Poco después la carreta llega al lugar indicado. Block pregunta a la joven acerca del Diablo.
Cerca de la pira, Block trata de encontrar respuestas ante la cercanía de la muerte de la joven bruja.
Al amanecer el grupo acampa en un claro. Oyen unos gritos. Es el seminarista ladrón, que dice estar apestado y luego muere.
Llega la hora de Block, quien pierde su dama frente a la Muerte.
Joseph se despierta y nota que Block juega al ajedrez y no está solo, detalle que solo es percibido por él.
Block pierde la partida mientras observa como la familia de cómicos huye en su carromato.
Al llegar a su castillo, Block y su grupo se encuentran con una mujer...
... (su esposa) quien le informa que todos se marcharon por miedo a la peste.
Preparan una mesa con unos mendrugos y en un momento tocan a la puerta. Jöns va a ver quien es, pero dice no ver a nadie.
Sin embargo, era alguien. La Muerte.
Lejos de ahí, el carromato de Joseph está libre de peligro. Recortados en el horizonte, el cómico ve unas figuras.
Son los muertos que danzan de la mano, guiados por la Muerte.

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