Bride of Frankenstein
(La Novia de Frankenstein - 1935)

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La Novia de Frankenstein es una gran película por muchos motivos. Por empezar, posee un singular necrohumor (por ejemplo el Dr. Pretorius cena sobre un ataúd en el cementerio), y una espeluznante escenografía e iluminación que aportan un sentimiento gótico (y por ende tenebroso) a todo cuanto se muestra (el laboratorio, el castillo, el bosque o el pueblo semi-rural).

Además, la moraleja que aporta es interesante: un monstruo es tal cuando es rechazado por el resto de los seres humanos. Esta enseñanza surge de ver el patético peregrinar de la criatura, marcada por el rechazo colectivo, por su propia soledad y por el desamparo en que lo deja su propio creador, referencias lejanas a Jesucristo (especialmente en la escena en que el populacho atrapa al monstruo y lo ata a un poste con los brazos extendidos, como si estuviera crucificado).

El monstruo solo se ve aceptado por un ermitaño ciego que no tiene con quien conversar (escena que promueve la piedad del público, si es que este no ha visto la carnavalesca versión de Mel Brooks de 1974). Pero ¿cómo no lo van a rechazar si su rostro es feo? De esto parece darse cuenta cuando se observa en el espejo que forma el agua del lago, y, acto reflejo, agita el agua con su mano para no torturarse más.

El filme nos enseña que los monstruos son encerrados y recluídos, cuando no, se los exhibe en circos como el de la película FREAKS (Fenómenos-1932) o en el show de KING KONG (1933). En este caso o en el de King Kong, los monstruos deben ser destruídos. Las causas pueden ser de dos órdenes: en King Kong el monstruo lucha por la libertad en un lugar que no es el suyo. En La Novia de Frankenstein el monstruo evoluciona mental y espiritualmente hasta que concluye que tanto Pretorius como la novia como él están “muertos ya hace mucho”. El final es por lo tanto la autodestrucción, lo que significa paralelamente la autorredención.

Elsa LanchesterEs interesante la casi abusiva recurrencia a la frase "¡It's Alive!". A lo largo del metraje, casi todo el reparto "Está vivo": Primero, Elizabeth exclama tal frase con respecto a Henry, cuando da indicios de despertar de su inconciencia; más tarde el propio Henry dice lo propio con respecto a Elizabeth, cuando escucha su voz por el teléfono; lo mismo dirá del monstruo; finalmente, es Pretorius que exclama, a coro con Frankenstein, “¡Está viva!” observando a la criatura que es el cadáver reanimado de una mujer sometida a los rayos estelares y a las costuras que acaba de despertar y lanza repetidas miradas de desconfianza a través de unas vendas que le cubren toda la extensión de su cuerpo. “¡La novia de Frankenstein!” apunta jolgorioso Pretorius. Pero la singular autómata de pelo electrizado (a causa de la tormenta de rayos que le dio la vida), canas prematuras y lengua bífida, nada quiere saber con aquel que la ha solicitado como compañera.

La riqueza de La Novia... no se termina con la trama, están también los personajes. Hay tenemos a Pretorius (interpretado por Ernest Thesiger), quien acude a la mansión de los Frankenstein para persuadir a Henry de buscar juntos los secretos de la inmortalidad. Nunca más la saga Universal de Frankenstein tendrá un villano secundario tan rico e importante. Pretorius le muestra a Henry los resultados de su investigación a lo largo de los años, que son unos seres en miniatura que están guardados en campanas de cristal. Pretorius se pone una especie de quipá cuando trae el baúl que contiene estos seres. ¿Fueron confeccionados a través de la ciencia o con la magia negra? Esto es lo que se pregunta Henry al ver a los pequeños homúnculos, que tienen forma de rey, de una reina, de una bailarina, una sirena, un arzobispo... Ciertamente la imagen de Pretorius en esta secuencia inolvidable es más lejana del académico que supuestamente era que de un Mephistófeles (y ahí la conexión con el Fausto de Goethe, con el tema de los homúnculos y la tentación en superar a Dios).

Otros personajes remarcables son el de Minnie, ama de llaves de los Frankenstein, que interpreta el mismo personaje (aunque con diferente nombre, por supuesto) que en THE INVISIBLE MAN (El Hombre Invisible-1933), es decir, una parroquiana bastante chillona. El personaje cumple la misión de cubrir las partes cómicas de la película (a mi gusto, el director James Whale le da bastantes diálogos y tomas para Minnie, preciosos momentos que se podrían haber invertido en mostrar a otros personajes, como por ejemplo el Karl interpretado por Dwight Frye, varias de cuyas escenas fueron cortadas del montaje final).

Sin embargo hemos de reconocer que el punto más fulgurante de la película es el personaje de Karloff. En primera instancia, cuando el actor supo que el Monstruo tendría que hablar, sugirió a Whale que sería peligroso que así lo hiciera. Pero el director inglés insistió en tal detalle, y Karloff logró ciertamente la interpretación de su carrera, adicionando a la ya memorable mímica exhibida en la primera parte de la saga, unos diálogos que se coronan con las últimas líneas que pronuncia en la película (en las siguientes películas de Universal el Monstruo jamás vuelve a hablar), que son: "We belong dead", es decir "nosotros ya estamos muertos". Es la aceptación de su destino infatuo y el rechazo por esa desgraciada forma de vida. Karloff imprime en cada segundo de esta secuencia una energía y un patetismo nunca antes visto, solo comparable a un Lon Chaney en su mejor hora.

O.P. Heggie y Boris Karloff

Whale no estaba muy entusiasmado en un principio, por volver sobre FRANKENSTEIN (1931), una película que había tenido éxito y había sido muy buena. Luego de reensamblar el reparto original (con la excepción de Mae Clarke, que fue reemplazada por Valerie Hobson), Whale pensó que sería interesante aprovechar el presupuesto más generoso en aumentar y superlativizar aquellos detalles que en la anterior película habían sido aciertos. Así, Henry Frankenstein cuenta con un laboratorio mucho más impresionante, la persecución de la criatura es mucho más dinámica y el maquillaje del Monstruo (que muestra las quemaduras sufridas en el incendio del molino), es sumamente impresionante. En efectos especiales, el director tuvo, gracias al especialista John P. Fulton, un resultado memorable, especialmente en la secuencia en que Pretorius presenta a sus Homúnculos, elemento casi supérfluo en la trama, pero en donde el truco está llevado a cabo de manera excelente. Pero no solo con eso se conformó Whale. Hizo que su monstruo hable, lo que se reveló como un efecto mucho más sensacional que el maquillaje.

El trabajo de cámara, notable en FRANKENSTEIN, es sencillamente espectacular en su secuela. El director, enamorado de la pintura y del expresionismo alemán, pintó verdaderos cuadros barrocos en ciertas tomas de primer plano, especialmente sobre los rostros de Henry y Pretorius. La secuencia del calabozo, con sus altas paredes semicirculares, nos recuerdan los escenarios de DAS KABINETT DES DR. CALIGARI (El Gabinete del Dr. Caligari-1919); el diseño del laboratorio, en tanto, es reminiscente de THE MAGICIAN (El Mágico Dominio-1927) con Paul Weggener. Sin embargo, no es esta la atmósfera predominante en el filme de Whale, sino una cierta combinación de necrofilia y humor negro. A las secuencias de Pretorius cenando sobre una tumba, hay que agregar los varios simbolismos visuales con que se pretende comparar el destino del Monstruo con el de Jesucristo. No habrá tal sentido del humor en las próximas películas de la saga, exceptuando con tibieza a GHOST OF FRANKENSTEIN (El Fantasma de Frankenstein-1941).

Elegida usualmente como la mejor película de terror de la historia, La Novia de Frankenstein es con certeza una excelente coincidencia, la de numerosos talentos, tanto frente como detrás de las cámaras, que tiene como resultado el logro de una obra maestra, que en virtud de su extravagancia macabra, encuadra no solo en el género terrorífico sino en la comedia negra.

La Novia de Frankenstein


Una película Universal
El reparto está encabezado por Boris Karloff, quien es acreditado solo con el apellido, honor que le fue reservado solo a los más grandes: Greta Garbo, Rodolfo Valentino...
Mary Shelley (Elsa Lanchester) explica a Lord Byron (Gavin Gordon) y a su marido Percy Shelley (Douglas Walton) que su cuento de Frankenstein no finalizaba con el incendio del molino...
... ya que el padre de Maria (Reginald Barlow), la niña ahogada, no se convencerá de que la criatura hubiera muerto quemada hasta no ver el cadáver mismo. El hombre se introduce en las ruinas y es asesinado por el monstruo.
La esposa (Mary Gordon) del aldeano busca a su marido y no tarda mucho en comprender la causa de su demora...
El monstruo (Boris Karloff) está vivo y está suelto; y el único testigo es, Minnie (Una O'Connor), ama de llaves del Castillo Frankenstein.
En tanto, Elizabeth (Valerie Hobson) se alegra de la recuperación de su amado Henry (Colin Clive), y le confiesa que durante su agonía, ella tuvo visiones de un ser cadavérico que rondaba la habitación.
En ese mismo momento hace su aparición el Dr. Pretorius (Ernest Thesiger), que ha venido solo para hablar con Henry Frankenstein acerca del Monstruo, que sabe está con vida.
Pretorius solo desea unir fuerzas con Henry, su ex alumno, para encontrar juntos la manera de crear vida. Henry se niega a seguir adelante, pero accede sin embargo a visitar a Pretorius en su propia casa.

Material fotográfico: http://rhs.jack.k12.wv.us/classic/feature/bride/bride_of.htm