BRASIER ARDENT, LE (1923)

Títulos en español:
- BRASERO ARDIENTE, EL (Argentina)

Dirigida por:
Ivan Mosjoukine
Protagonizada por:
Ivan Mosjoukine
Nathalie Lissenko
Nicolas Koline
Camille Bardou
Adeline Delacroix
Estudios: Albatros (Prod.) Pathé (Distr.)
País: Francia
Estreno: 2 de Noviembre de 1923
Duración: 120'
Género: Intriga

Títulos alternativos:
- EHEGESCHICHTEN (Alemania)
- BURNING BRAZIER, THE [FEST: 1982] (EE.UU.)
- BURNING CRUCIBLE, THE [DVD] (EE.UU.)

Reseña crítica:  Una mujer sufre una pesadilla en la que ve a un hombre desnudo que está atado a una estaca y que la tiene asida de los cabellos. La estaca está en el medio de una hoguera, así que mientras el hombre se quema la mujer intenta escapar. Luego de algunas instancias tanto o más alucinantes, la mujer despierta y se da cuenta que se quedó dormida en su cama luego de leer un libro sobre las aventuras del Detective Z (Ivan Mosjoukine). La mujer resulta ser la alocada esposa de un hombre maduro y vive en una casa automatizada que, empero, no le ofrece mucho atractivo. La mujer, por supuesto, sale a divertirse en el París nocturno mientras su esposo se queda esperándola como un padre. Creyendo que la solución está en irse a vivir a América y abandonar esa ciudad de vicios, el Marido anuncia que venderá todo y se marcharán, sin embargo ella se niega a partir con él. Apesadumbrado, el marido llega a la puerta de una Sociedad de Detectives "Encuentra Todo" cuyo Presidente le ofrece a su mejor elemento (el mencionado Detective Z) para investigar el caso y devolverle el amor de su esposa, pactando la tarifa de la Sociedad y conviniendo que, si cumple el objetivo, el Detective percibirá una suma en concepto de honorarios que será determinada según "la buena voluntad del Marido". La película entonces, se plantea como un alegórica (y por momentos, satírica) operación estilo "Misión Imposible", en la que el Detective utiliza sus dones deductivos y su estudio de la psicología humana para ir llevando a la Mujer a algún tipo de condicionamiento que, suponemos, la atraerá nuevamente a los brazos de su ignorado marido. La película es una rareza, debido a que su director (el propio Mosjoukine, su única película como tal) se permite un tour de force actoral y al mismo tiempo, imprime en la pantalla imágenes dignas de un Benjamin Christensen (para la terrorífica secuencia onírica), de un Sergei Eisenstein (por el estudio de rostros humanos) y de un F.W. Murnau (por la profundidad de desarrollo de sus personajes). A pesar de la dilatada extensión, la película logra un interesante clímax en la secuencia del "baile al compás de una melodía endiablada" y ofrece un desenlace casi sin precedentes en la Historia de la Cinematografía Universal. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com:

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