KING OF THE COWBOYS (1943)

Títulos en español:
- CAMARILLA SINIESTRA, LA (Argentina)

Dirigida por:
Joseph Kane
Protagonizada por:
Roy Rogers
Smiley Burnette
Bob Nolan
Peggy Moran
Gerald Mohr
Estudios: Republic (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 9 de Abril de 1943
Duración: 73'
Series: Roy Rogers (filmografía)
Género: Western

Reseña crítica:  Tras comprobar la rabiosa popularidad que provocaban las giras musicales de Roy Rogers, los mandamases de Republic creyeron oportuno apostar a redoblar los presupuestos de sus films y la prueba piloto fue este western de espionaje y contraespionaje elocuentemente titulado KING OF THE COWBOYS.  
  En el fragor de una de sus presentaciones circenses, Roy es coptado por un funcionario que le avisa que lo está esperando nada más y nada menos que el gobernador de Texas para conversar de un tema muy delicado. Junto a su inseparable Smiley Burnette, Roy es recibido por el especialista en personajes de autoridad Russell Hicks, que le expresa su preocupación debido a ciertos sabotajes perpetrados por quintacolumnistas. Para fundamentar que un gobernador estatal recurra a un cantante del oeste para cumplir semejante misión se nos expone a modo de flashback, una escena de trompis en que el héroe atrapa a un trío de hampones que trataban de escapar a otro estado. En consecuencia le encomienda la misión de infiltrarse en una troupe artística y descubrir a los saboteadores y, de paso, detectar un espía que actúa en el seno del gobierno. Ya en los primeros fotogramas el espectador descubre las identidades de estos villanos incógnitos: son el secretario del gobernador (Lloyd Corrigan) y un artista de feria (Gerald Mohr) que tiene un acto de adivinación de pensamiento. También aparecen un par de intereses románticos (Peggy Moran y Dorothea Kent), un saboteador arrepentido (James Bush), el infatigable secundón Bob Nolan (y sus Sons of the Pioneers, agrupación vocal y musical omnipresente en cuanto film de Roy Rogers) y el comic-relief de un delicioso comisario de pueblo (Irving Bacon), refunfuñón y algo opa. Hay dos o tres secuencias de gran acción, como cuando Roy escapa por un tacón de la voladura de una usina o el atentado contra el automóvil del gobernador que, por medio de un espejo en medio de la carretera, se despeña (en una formidable y convincente combinación de miniatura, retroproyección y exteriores). El desenlace involucra un intento de dinamitar un puente metálico por el que debe cruzar un ferrocarril de pasajeros y permite al realizador unas sugestivas tomas nocturnas de tiroteos entre Roy y los facinerosos.  
  Originalmente estrenada con 73 minutos de metraje, AFI confirma haber visto una copia de 67 y la actualmente disponible consta de 56 (al adquirirse para su pase televisivo se le extipraron unas cuantas canciones). Lógicamente, estos 56 minutos, sin tanto musical, resultan escasos para el caudal de situaciones e incesante acción que plantean. Tomando la genial tónica hitchcockiana vista en THE 39 STEPS (Los 39 escalones-1935), con una pista fundamental oculta en la memoria de un performer de feria, Gerald Mohr encarna a un artista denominado “la Maravilla Mental”. Su metier consiste en adivinar los comentarios de sus espectadores debido a un micrófono oculto en su asistente femenina preanunciando, en cierto modo, el Tyrone Power del noir NIGHTMARE ALLEY (El callejón de las almas perdidas-1947). Claro, a fin de cuentas, lo que era un western clase B de Republic, con todos estos plus, hay que ascenderlo a B+ que incluye elenco multitudinario, escenarios clase A, efectos especiales y – estando en plena época bélica – mensaje propagandístico que hoy hace las delicias de todo arqueólogo del cine. [Cinefania.com]
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