SIX-GUN TRAIL (1938)

Dirigida por:
Sam Newfield
Protagonizada por:
Tim McCoy
Nora Lane
Ben Corbett
Stephen Chase
Ted Adams
Estudios: Victory (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 25 de Noviembre de 1938
Duración: 59'
Género: Western

Reseña crítica:  El segundo volumen de Forgotten Horrors de George E. Turner y Michael H. Price, obra imprescindible en la biblioteca del buen cinéfilo, alude a LIGHTNIN' BILL CARSON (Arg: Vomitando fuego-1936) como “fatal meditación sobre mortalidad y destino en la cruel frontera”. Un par de temporadas más tarde, demandas judiciales y gira circense de por medio, el coronel Tim McCoy fue llamado por el realizador de aquella rareza, Sam Newfield, a revivir al personaje en una serie de ocho films para la Victory Pictures de Sam Katzman. De tal serie, destacamos el segundo título, SIX-GUN TRAIL, por estar sazonado con su protagonista caracterizado de anticuario chino.  
  Un violento tiroteo entre unos facinerosos y los empleados de una oficina de correo culmina con un tendal de muertos, un hampón herido y la huída del resto de la banda. El capitán Bill Carson (McCoy) interroga al sospechoso y le extrae algunas pistas que lo conducen junto a su ayudante (Ben Corbett) a un pueblo de frontera. En el saloon de turno se da cita con la cantante del lugar (Nora Lane), que le trata de advertir del peligro que corre en ese tugurio de bandidos. McCoy sabe que los hampones ocultan un botín de piedras preciosas así que planifica una estratagema que incluye hacerse pasar por un chino, Sam Song, especialista en antiguedades y ávido por hacer negocios. Lógicamente, tras entrar en tratos con el jefe de la banda (Stephen Chase), va conduciendo a los villanos para obtener su confianza hasta el previsible desenlace en que los reduce y ofrece una oportunidad a la chica para reformarse.  
  Salvo por algunas secuencias de cabalgata al aire libre en el último rollo y el desenlace con puñetazos y tiroteo entre unas rocas, este western es todo un thriller de misterio, con la investigación del protagonista y su impostura como honorable oriental, siempre en ambientes cerrados y bajo techo. En cierto momento, una secuencia de gran tensión eleva a su realizador al Olimpo de Sergio Leone: es el protagonista sentado a una mesa del saloon observando a varios hampones equidistantes, en diferentes mesas o en el pasillo de la escalera, dispuestos a desenfundar en cualquier momento. La cámara sigue los movimientos de pupila de McCoy y muestra a los secuaces en actitud expectante, obteniendo todo un alegato del suspenso en el western. El resto son un par de temas musicales – por entonces, el público manifestaba su preferencia a los films de Gene Autry, símbolo de los vaqueros cantores de las praderas, y como McCoy no cantaba ni siquiera un trino, la responsabilidad vocal recae en Hal Carey y la propia Nora Lane – y la cándida mímesis oriental de McCoy que, salvando las distancias, lo equipara con Warner Oland o Peter Lorre cuyos Charlie Chan y Mr. Moto, por entonces, abandonaban las carteleras. A pesar que, tal y como enfatizan Turner y Price en el citado libro, “hay más violencia explícita que weird menace y las caracterizaciones de McCoy son risibles”, el clima ominoso respaldado por la iluminación sugerente es germen de lo que en la década siguiente evolucionaría en el film noir. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com:

Vistanos en nuestro Facebook oficial

  All Movie
  Amazon
  Ebay
  Google
  Google Books
  IMDB
  Metacritic
  Movie Review Query Engine
  Rottentomatoes
  YouTube

---

Agregar un link