Curiosas limitaciones dentro de un sistema operativo

Me estaba comenzando a sentir un poco estúpido por no poder encontrar la opción de cambio de fondo de escritorio en Windows 7 cuando opté por ser práctico y ensayar en google: "cambio fondo escritorio windows 7 starter". Eso me llevó a un post de Taringa donde se informaba lo que temía: Windows 7 Starter no permite cambiar el fondo de pantalla. ¡¡¡¿Qué?!!!

Como era la netbook de un cliente acomodé una cara de piedra y expliqué porqué se vende un sistema operativo en un equipo nuevo (de más de $2000 en valor) con una limitación tan aberrante (que toca al usuario ahí donde le duele: en sus gustos de personalización). Cuestiones de precio y mercadeo. Por supuesto el empleado de SONY STYLE sucursal Cabildo que le vendió el producto a mi cliente no le comentó nada sobre la "pequeña" limitación.

Por un lado veo este tipo de maniobras de Microsoft (ya en Windows Vista Starter no podían abrirse más de tres programas a la vez) como una jugada muy baja, que sólo tiene el efecto de crear falsas distinciones entre versiones de su operativo y justificar precios menores. Una versión no es mejor que la otra, sólo tiene bloqueada una opción que naturalmente debería prestar.

Por otro lado es una forma de atraer a los clientes con un precio menor y luego, una vez entrados, forzar a comprar la versión no bloqueada. Una política más honesta sería:

1--Informar el precio del hardware y el software por separado y tener la posibilidad de comprar sólo el hardware (por supuesto pagando únicamente el hardware).

Esto es demasiado honesto para los acuerdos que existen entre fabricantes de software y de hardware. Otra opción más realista sería:

2--Vender el hardware (netbook o notebook) con un sistema operativo COMPLETO: Windows 7, con la posibilidad de vender el mismo hardware con un sistema operativo LIMITADO: Windows 7 'Locked Edition'. Por supuesto la edición Locked debería remarcar sus virtudes: ahorro de dinero.

Los vendedores tendrían la OBLIGACION de informarle a sus clientes lo que están comprando (¡que tomen nota en SONY STYLE para sus cursos de capacitación!); que están adquiriendo una versión que es económica por tener cercenadas ciertas funciones.

Me pregunto si realmente los operativos son diferentes, a un nivel más básico. Es decir, si removemos (mediante algún crack) las limitaciones de nuestro Starter tenemos realmente el mismo Windows 7 en versión superior (Home, Professional, o como se llame). ¿Acaso no es entonces más "barato" fabricar el Windows completo que el cercenado? Me recuerda una movida de Intel con los procesadores Intel Pentium II y los Celeron. La única diferencia era que los primeros tenían un caché interno que adolecían los segundos (por eso eran más baratos). Pero la fabricación de Celeron's era simplemente tomar un Pentiun II y 'quemarle' el caché. Es decir, que era más caro fabricar un Celeron (por el paso extra de cercenamiento del caché) que un Pentium II, aunque el precio para el consumidor fuese mayor en estos últimos. El precio no está de acuerdo al costo sino al beneficio percibido y a lo que la empresa quiere vender y a cómo se quiere posicionar, y a largas listas de etcéteras que los profesionales en marketing sabrán explicar.

Todo esto parece ser una extensión de las políticas de software de prueba (por 30 días, 30 aperturas, etc.), pero más artificial aún. Incluso pienso que podría degenerar; por ejemplo podríamos tener un Windows 7 BSOD Edition que cada hora de uso se cuelga indefectiblemente. Esa sería una buena limitación y haría que los compradores salgan corriendo a comprar versiones superiores de Windows (ya estoy viendo sonrisas maliciosas). Aquí abajo propongo humildemente un logo.

Un sistema operativo con nuevas características y los bugs de siempre.

No obstante toda la maniobra tiene su lado positivo. Pienso que algún porcentaje de usuarios defraudados por la jugarreta podrían estar interesados en probar sistemas operativos alternativos (o directamente hardwares alternativos, i.e. Apple con Mac OS) que no suelen venir bloqueados artificialmente e incluso algunos son gratuitos.

Evidentemente, y dada la expansión de la computación hacia públicos iletrados (computacionalmente claro), esta última no es una opción para la mayoría. No obstante es otra muestra de hasta dónde puede llegar la comercialización de los productos masivos.